10.04.2016

#URFestival2016 – [Egovistazo Edición Premium]

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio! (El autor está de ocioso publicando artículos)

Buenas las tengan (y mejor las pasen) … Espero que la estén pasando muy bien en esta primera semana de Octubre, con Halloween acercándose y un fin de año a la vuelta de la esquina. El siguiente será un Egovistazo Especial (en todo sentido) a uno de los mejores eventos que tuve la oportunidad de presenciar en este año que está a punto de acabarse.

Se trata del UR Festival; que por si no lo saben, es un mega evento que se realiza anualmente en la Universidad del Rosario, en específico en el campus de la institución que se ubica en un lugar demasiado retirado de la ciudad de Bogotá. Trae juegos y entretenimiento para todos los estudiantes de la ya mentada universidad, además de invitados de otros lugares que tuvieron la fortuna de ingresar por aquí.

Poster promocional del Festival. Apoyaban emisoras como Los 40 Principales y Radioacktiva

A continuación, una descripción muy general del evento que sucedió el pasado 23 de Septiembre

Todo comenzó para los que madrugan a las 7:30 am (y no, al que madruga no le ayudaron en esta ocasión) cuando varios deportistas se prepararon para una competencia que tuvo lugar en el Campus mucho antes de que las personas normales llegaran: Una carrera de casi 5 Kilómetros sobre pasto (También llamado cross-country. ¡Qué dolor!) en la que competí con mucha dedicación… pero terminé con casi nada de respiración.  

Cross-country. Fue una actividad demasiado agotadora (experiencia propia)

¿Qué posición ocupe en la carrera? Bueno, la verdad es que el cuarto y el último reciben el mismo premio (una medalla), así que sin importar las más de 300 personas que pasaron la meta antes que yo… puedo decir con mucho orgullo: ¡Ocupe el 4° lugar (que orgullo jajaja)!

Después de ese preludio, comenzó el verdadero festival con todos los eventos que ofrecían los patrocinadores (o dueños de las carpas) que en su mayoría pretendían promocionar sus productos de una manera bastante entretenida: Pastelazo, Tiro al blanco, Tocar algún instrumento, Peleas con guantes descomunales, Bolos gigantes (Una buena venganza es pegarle a la persona predilecta disfrazada de pino), Peleas en trajes de simulación de sumo…de sumos borrachos (mareante de verdad), entre otras maravillas. 

El toro mecánico: para saltar, menearse y luego caer rendido

Sin embargo, de todo esto puedo destacar: un toro mecánico (un verdadero tour para valientes); unos trampolines gigantes (en donde dar una vuelta era una hazaña reconocida por el Comité de Juegos Olímpicos); y unas carreras de costal* que por alguna razón se convirtió en un juego de saltar la cuerda (no me pregunten, sólo sigan leyendo =D).
*Costal: Una especie de bolsa que luce como un saco grande de tela fuerte y rasposa.

Quieren venganza. Tómala!!!! La universidad no se hace responsable por daño a pinos con cara de humanos >:D

El siguiente clip es del programa “El Cuaderno”, en donde se ve al conductor (Sergio Rodríguez) interactuando con diversas personas durante el festival. Y si lo preguntan, tuve la “dicha” de aparecer en el programa (espero que adivinen donde estoy). De Checho, simplemente puedo decir que es como el amigo bacano que a pesar de que en cierto modo es un aprovechado, sigue teniendo carisma.

Ojalá adivinen donde estoy... Y hablando de Checho, el hombre jode mucho (en el buen sentido)

Los juegos anteriormente mencionados ocuparon el protagonismo en la mañana y en la primera mitad de la tarde del viernes. Después de eso, los presentes en el festival estaban hambrientos (incluyéndome) y tuvieron a disposición más de 20 foodtrucks* para nutrirse de la comida más saludable y buena para la… ¿A quién quiero engañar? ¡Comida rápida y chatarra a más no poder!
*Foodtrucks: Carros de venta de comida (Más que todo, comida rápida)

El cielo azul, luego gris. No llovió, luego se despejó. Y al final, la noche llegó

Eso sí, también estaba la cafetería de la Universidad que daba almuerzos normales (como de costumbre) y era una buena alternativa frente a la lluvia de comida rápida que se podía encontrar. Si preguntan por mí, me comí un burrito demasiado delicioso (¡Soy chatarra!), aunque hubiera preferido comer una bandeja paisa* que lastimosamente ya se había agotado en la ya mencionada cafetería.
*Bandeja Paisa: Comida típica colombiana. Trae arroz, frijol, carne molida, chorizo, plátano, aguacate, huevo, arepa, entre otras adiciones

Después de hablar del placer más placentero (¡No me digas!) de la vida, comenzó por así decirlo la “Segunda Parte” del Festival. Esta se componía de un concierto con diversos grupos y/o cantantes que pretendían animar la tarde y noche de ese día, hasta algunas veces poner a saltar y cantar a todos los invitados con diversos géneros musicales.

Este fue el Line-Up del año pasado. Fue bueno, pero le faltó variedad en cierto modo

A diferencia del evento del año pasado (no fue malo, pero…), que fue en cierto modo bastante romántico y utópico para un festival (Manuel Medrano, Juan Pablo Vega, Salo de “Wamba”), el 2016 nos ofreció una variedad impresionante respecto a géneros musicales dentro del concierto y el performance de cada agrupación. Los tiempos de espera entre una y otra banda no fueron muy largos, y la desesperación no alcanzó a invadir el pensamiento de los presentes.

Aproximadamente a la 1:30 pm comenzó a tocar Mariett, un grupo de música alternativa originario de la misma Universidad, que empezó a convocar a diversos invitados durante el comienzo de la tarde. Tuvieron su momento y son una banda prometedora, a pesar de que siento que no demostraron por completo su talento en vivo.


Algo más rockero se impuso sobre el escenario. Llegaba Árbol de Ojos con una propuesta algo más fuerte, pero que no dejaba de ser disfrutable. Difundidos a través de Radioacktiva, la única emisora de rock en Colombia, se dieron a conocer como un grupo que también integraría la propuesta alternativa que seguían otras bandas más populares. Aún no han dado el 100% en su desempeño, pero considero que vale la pena oír los trabajos que ya han realizado.


Todo cambio, y la siguiente orquesta fue el punto de quiebre que marcaría la diferencia entre este Festival y los de los años pasados. En tarima, La 33 se imponía como la cuota salsera del evento y empezaban a interpretar melodías demasiado bailables con la esencia bogotana que los caracterizaba. Un show espectacular en vivo, y una oportunidad para que los “ringletes” se movieran al ritmo de Soledad, Bye Bye o La Pantera Mambo.


Una sorpresa de deleite fue la que llenó el escenario luego de que La 33 se despidiera. Había llegado Bako, quien ya se había presentado el año pasado con su grupo The Mills; y que ahora venía a mostrar toda su capacidad como solista a través de covers con alta calidad interpretativa, además de presentar su trabajo discográfico que se desenvolvía en una especie de indie rock. Un cantante que es digno de admirar.


Continuó un grupo rosarista con mucho carisma llamado Diez Cabezas, que se lanzaron al ruedo con interpretaciones originales y covers de salsa con un estilo más oscuro, pero que no dejaba ser impresionante sobre la tarima del festival. Amados por unos, odiados por otros; pero a toda costa, llamaron la atención del público presente.


Las 3 últimas presentaciones lograron quedarse guardadas en los recuerdos de los asistentes al festival, por los grandes momentos que a través de la música lograron crear. La primera de ellas la lidero TELEBIT, una de las mejores bandas de rock del medio alternativo en Colombia. Antes del evento no conocía su trayectoria, ni sus canciones… No obstante, su desempeño en vivo y la potencia que mostraron al interpretar melodías con mensajes simples y a la vez particulares hicieron que me interesara más por ellos desde aquel día.



Una nave espacial aterrizó, y La Tostadora hacía acto de presencia para animar la noche que llegaba al campus por medio de una dosis considerable de música electrónica en toda regla. Aunque cierta parte del estilo del dúo dinámico no me atrae mucho, debo decir que son una promesa de la música nacional que da variedad a lo que hemos podido ver en los últimos años (la electrónica es un género poco tocado por bandas). Para concluir, su presentación fue ciertamente memorable.

La versión en vivo es mucho más orgásmica

Ya era hora de cerrar el UR Festival, y los encargados de hacerlo ya habían aparecido el año anterior bajo unas condiciones más difíciles (un tiempo lluvioso que no tuvo piedad). Esta vez fue diferente, y el clima nocturno le jugó a favor.

LosPetitFellas es un grupo de rap, hip hop, soul, funk y un tanto de rock que conocí el año anterior en una presentación en vivo, y exploré tanto acerca de ellos que logré concluir en cierto instante que eran la mejor propuesta alternativa del momento. Por ahora, sigo opinando lo mismo; además de que el show de este año fue impresionante. No habían sacado disco nuevo, contaban con las mismas canciones, pero esta vez variaron respecto a interpretar piezas memorables que no se han dado a conocer demasiado…y les funcionó.


Live Session

La presentación en vivo demostró la calidad instrumental, el carisma/la esencia del grupo y la razón del porqué son tan apreciados en el medio de música independiente del país. En mi caso, canté todas las canciones (Porque sí, me las aprendí todas completas) y me sumergí en una onda de euforia intensa en la que lo único que importaba era corear a grito entero las melodías de la banda en cuestión. Algo inolvidable.

¡El club de la resistencia!

Y así acabó todo. El evento finalizó a las 9:10 pm y la demora en salir del campus fue muy grande. Este fue un resumen sustancial de todo lo que sucedió bajo una perspectiva general. Nos veremos en una próxima ocasión con un tema menos subjetivo


“Ahora el fin marca otro inicio”

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