8.07.2017

Una (micro) ojeada a: 10. Bolívar, el héroe

¡Ahora han entrado a una nueva dimensión!

A propósito de la fecha libertadora más importante en Colombia (el 7 de Agosto, fecha de la Batalla de Boyacá), les ofrezco otro de mis mini artículos homenajeando esta fecha festiva que lamentablemente ha perdido trascendencia a lo largo de los años. Pero para que vean que el recuerdo sobre el gran logro de Simon Bolívar sigue latente, traigo a ustedes la revisión a una de las películas animadas más horripilantes jamás producida en el país cafetero: Bolívar, el héroe.

¡Un horizonte hacia la libertad... de poder ver esta joyita del cine!

La intención original del filme era mostrar la historia del libertador desde sus primeros años hasta su momento de más auge: aquella Batalla de Boyacá que le dio la victoria a todas las personas que se habían cansado del yugo español dentro del Reino de la Nueva Granada. Lo particular de esta idea sería su ejecución: se dirigía a un público más infantil a través de dibujos animados que tuvieran cierta similitud con la animación japonesa, que en pleno 2003 tenía una popularidad muy alta en todo el país.

Aunque el presupuesto no se comparaba realmente a la de las producciones conocidas de Disney, Pixar o Dreamworks; realmente era posible lograr un producto competente con el cual destacar desde la industria local. Me hubiera encantado que la realidad fuera esa... ¡Porque así no fue!

No lo fue... Y nunca lo será. Ya es reconocida en todo el mundo; y no porque sea buena :o

El resultado final se puede ver desde el mismo tráiler, el cual es irrisorio en varios sentidos posibles. Realmente la animación se veía precaria, las frases épicas de independencia eran chistes animados, y los entornos se notaban incompletos: No por la falta de tecnología... más bien, por la pretensión del equipo de no poner el máximo esfuerzo. ¿Se relaciona con el “paquete chileno” que ofreció RCN en su momento?  Mis conocimientos no dan para responder esa pregunta, pero en Colombia toda pendejada es posible. Así que imagínenlo.

¡Disparen!

Aquella pieza audiovisual de menos de un minuto fue la única evidencia de la existencia de esta indecencia. La película se perdió (o la perdieron) por causa del recibimiento poco amable que tuvo desde su lanzamiento y muchos aseguraron que se trataba de un mito para desprestigiar la animación en Colombia. No obstante, y para nuestra fortuna (o infortunio), el usuario A. Ariza subió el largometraje completo a YouTube en Diciembre de 2015. El mito trascendió a la realidad.

Esta cosa es el primer meme que cree. Por algo se empieza...

Dirigida por Guillermo Rincón e intervenida por los hermanos Zajec, estos son 73 minutos de pura diversión. Sí, sé que ya he dicho que es horripilante. Sin embargo, la situación del anime de Bolívar es particular. Se pueden notar tantas incoherencias lógicas y fallos graves en el guion... que es supremamente ridículo. Puedes disfrutar riéndote al extremo con todo lo que el héroe de Sudamérica tuvo que soportar en sus aventuras animadas: Tormentas mal animadas, antagonistas con cierta hipérbole de maldad, transiciones de escenas increíblemente inoportunas, y demás.

Y en estas imágenes se ven mejor que en el bodrio de película. Siempre existió rosca por ahí...

¿Por qué en pleno 2003 hay fallos de animación que parecen de la década de los 80? Es muy raro. Además de los colores híper fantásticos de los cabellos de los distintos personajes, sumado a la estética “japonesa” que hace lucir a Bolívar como un Goku de 3 centavos; el dibujo no tiene una personalidad, más allá de la ridiculización que pueda recibir. Eso sí, la emulación del estilo anime es tan fiel; que ciertas proporciones corporales de las féminas están bien detalladas. Pero no es un halago para la película.

Pero mira las dimensiones de... esos ojos. Están bien detallados y coloridos!

El doblaje es bueno. Fuera de ciertas pifiadas de personajes recurrentes que sencillamente no le aportan nada al largometraje; las actuaciones sorprenden bastante. Talentos del medio mexicano como Luis Daniel Ramírez, Marina Huerta, Esteban Siller y Gonzalo Curiel hacen acto de presencia con el ánimo de mejorar el entorno burlesco de la película con unas interpretaciones vocales sobresalientes. De ahí en fuera, ni la música se puede salvar de la masacre de mala calidad: Soundtrack genérico, repetitivo y que no se puede tomar en serio... Los efectos de sonido son incluso peores... (¡Disparen! Oh... “Se cae y se reproduce sonido de aplauso”).

Han salido distintas parodias, comentarios, columnas como esta; que expresan lo reluciente que es esta joya dentro del catálogo de la cinematografía colombiana. Y termina siendo algo agradable: No por el hecho de que sea un ícono ejemplar, sino más bien como la prueba viviente y realista de qué es lo que no se debe hacer en la animación de cualquier latitud del mundo. Y con humor, el mensaje es mucho más efectivo... ¡Realmente funciona!

He aquí a los padres de la patria: Santander y... el que sea. Esas cabelleras son fantásticamente ficticias.

Muchos lo consideran una desgracia para el cine local. Y lo es. Pero en vez de simular que nunca existió, es más recomendable soltar carcajadas con base a lo mal que puede salir un producto y apoyar los proyectos que pretenden constituirse como algo mejor. Ya existen producciones con un admirable desarrollo: Pequeñas voces por el lado de las películas, y Mr. Trance por el lado de las series. Se necesita un apoyo mayor a ideas con un alcance mayor y un porcentaje menor de defectos. En serio.

Mientras tanto, disfruten de legendarias escenas que incluyen penas de muerte, latigazos color chocolate, estereotipos extranjeros, cabellos multicolor, maestros perturbadores y complots de telenovela. Todo eso y más, dentro de esta hora y trece minutos de puro ocio. ¡Adelante, la peli esta entera en YouTube! No hay excusa.

Película completa. Disfrutenla con sus familiares, amigos y/o pareja

Por lo pronto terminó esta (micro) Ojeada. La proporción de artículos disminuirá considerablemente. Aun así, seguiré teniendo actividad en este hermoso blog. ¡Hasta la otra!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

8.02.2017

Alternatilandia #3: Reggaetón: ¿Apoyar el talento nacional?

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

Bienvenidos al tema de hoy...

Este artículo pretende ser directo y despejar aún más la postura del Autor de esta página respecto a uno de los géneros más difundidos en la escena musical de la actualidad y que ha sido motivo de amores y odios por parte de la sociedad. ¡Así que, bienvenidos a Alternatilandia: la sección más cercana a los juicios sueltos del cuarto arte!

Una nueva dimensión

Nunca pensé que llegaría a escuchar esto en una emisora de nivel tan serio como La FM (Dial de RCN Radio). Posturas políticas aparte, siempre se ha caracterizado por ser un espacio prolífico para la difusión de piezas musicales en sus espacios que no son ni noticiosos, ni hablados. Aunque no me considero un oyente seguidor de aquella frecuencia, si tengo en cuenta que el corte musical es digno de admirar gracias a las distintas canciones de décadas pasadas que son programadas por aquel rincón en las ondas hertzianas.

¿Qué sucedió? Alejandro Villalobos, director de La FM y de La Mega (una emisora “juvenil”) se encontraba en un programa cuya conducción corría por su cuenta: La media mañana. Leyendo mensajes de WhatsApp referidos a sugerencias de música para la radio en Colombia, encontró una misiva bastante particular: Crear una ley en Colombia para restringir o eliminar el reggaetón por completo de las frecuencias radiales... A decir verdad, un modo de pensar bastante exagerado con tintes marcados de hipérbole.

En primer lugar, nadie debe estar prohibido a escuchar los géneros musicales que les gustan. Hay diversas alternativas que uno puede escuchar en distintos medios: TV, radio, internet, entre otros. Y, aunque agrade a cierto público, no sería justo prohibir un género de música a nivel nacional. Por más chabacano, insulso o repugnante que sea un producto, va a existir un público que lo va a consumir. Y tienen todo el derecho, con tal de que el género no violente los derechos de las personas (En esos casos específicos, se entra a un terreno más complicado... No ahondaremos en eso).

Prohibir no sería la solución factible. ¿Saben?

No obstante, cierto lado de la respuesta de Villalobos me sorprendió por ser una contestación incluso más ridícula a aquel mensaje: Dijo algo así como “Tenemos que apoyar el talento nacional. Ellos están sacando la cara por el país”. ¿En serio? No podía creer que hablaba en serio. Aquí sí hay un problema.

Vamos con el contraargumento. Si bien, todos tienen derecho a escuchar su música predilecta; aquella no está exenta de que pueda ser criticada. Es más, la crítica logra ser un ejercicio excelente para encontrar las distintas cualidades o defectos que tiene un determinado género de música.

Ahora, que el eslogan conocido (y abusado) de “Apoyar el talento nacional” se saqué a relucir para defender a cantantes y/o grupos mediocres de música es lamentable y patético. Claro que existen propuestas interesantes que esperan a ser escuchadas; pero en varios casos, a los medios no les importa la calidad que estas puedan tener. El apoyo para lo realmente bueno no es muy frecuente en las emisoras masivas de radio.

Si apoyar lo local es aguantarse el ambiente mediocre, entonces Apague y Vamonos...

¿Tengo que apoyar a Maluma o a Kevin Roldán porque son talento nacional? ¿Es más, por qué los llaman talento? Ninguna persona debería apoyar mediocridades con el pretexto de que pertenecen a un mismo país y como compatriotas los debemos impulsar. Absolutamente no. Como dice cierta columna costarricense respecto al tema: “El apoyo exclusivo a una banda por su nacionalidad le quita credibilidad a su trabajo”.

Lastimosamente, las modas en la industria musical van a seguir existiendo: Entre one hit wonders, tracks pegajosos y canciones polémicas se va armando el mainstream actual. Sin embargo, eso no representa que el contenido ofrecido tenga calidad. Sólo es una excusa para seguir alabando el contenido musical “urbano” que existe en la programación de La Mega, que, a propósito, Villalobos también dirige.

Debe ser un medio para la difusión. No el fin.

Con sinceridad, pienso que hay un desenfoque muy notable en la cuestión de encontrar los talentos que existen a nivel local. Las letras bien coordinadas y las admirables características de la instrumentación quedan relegadas a un segundo plano donde las 3M (el morbo, la moda y la mediocridad) siguen siendo el pan de cada día. No toda la música actual es así, pero lo que buscan vender casi siempre tendrá la maldición de las 3M.

Opinen abajo en los comentarios. Dejen sus opiniones en esta muy corta columna


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”