7.26.2019

AlbumEscape #18: Vigilante - Willie Colón y Héctor Lavoe (1983)

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

El hecho de regresar a reseñar otro álbum de aquel movimiento histórico para la música no es mera casualidad. Ocho meses atrás, en mi reseña del disco más importante para la Salsa (click aquí si la quieren ver), había mencionado el gran respeto y aprecio que siento por el ya mencionado género. Incluso, el haber visitado las siete obras de arte que formaban parte de aquel álbum me despertó un ánimo constante para continuar visitando estas historias llenas de son, guaracha y guaguancó.

Para continuar visitando los hitos más importantes de la historia salsera (y como una manera de recordar a aquel gran intérprete a 26 años de su muerte), hoy veremos la última producción en estudio del dúo conformado por El Malo del Bronx y el Rey de la Puntualidad: Vigilante. Pero antes, un poco de historia al respecto.

El dúo más significativo de Fania a comienzos de los 70's. Cada uno contaría con diferente rumbo en la siguiente década.

El comienzo de la década de los 80 pintaba de diferente manera para cada una de las estrellas de Fania, la mayor casa discográfica salsera del mundo. Mientras que Willie Colón se encontraba en una fase de consolidación, dada por sus trabajos al lado de Rubén Blades y su estreno como solista; el momento de Héctor Lavoe era simplemente desastroso. Aunque seguía presentándose en conciertos multitudinarios, el furor por su carrera se había terminado… Parecía que los 70’s se habían tragado a Lavoe hasta sólo quedar un hombre cuyos excesos y adicciones a las drogas lo destrozarían por completo en cuestión de meses.

Desconozco si los ejecutivos de Fania pretendían revivir la carrera de Lavoe por altruismo o por simple interés económico (“Ingenuidad pensabas de mí…”), pero generaron las condiciones suficientes para que el ponceño regresara a sus años de gloria. Primero: Juntar de vuelta a Willie Colón con su viejo compañero, con quién destacó durante la primera mitad de los 70’s con grandes clásicos como Aguanile o El día de mi suerte. Segundo: Generar un proyecto de gran trascendencia artística, en el que Héctor brillará con su voz, su identidad y su actitud despreocupada.

Y los volvieron a reunir en pleno... Aunque Willie igual había producido los discos solistas de Héctor.

De esta manera, en 1982 se grabaron los 37 minutos del disco que se tardarían un año en salir. ¿La razón? La “ingeniosa” propuesta de Jerry Masucci (sí, otra vez el propietario desvergonzado de Fania) de lanzar y promover un filme titulado The Last Fight, que terminó siendo uno de los clavos en el ataúd de la disquera. Con un guión incoherente escrito por el mismo Masucci (¡Oh, por Dios!) y un recibimiento muy pobre de parte del público que no cayó en la trampa (a pesar de que contara con las apariciones estelares de Rubén Blades y Willie Colón); se generó un fracaso titánico que se agravaría poco después por el agotamiento de sus artistas, los cuales ya no querían tener relación alguna con Fania o sus directivos.

¡Damas y caballeros! Con ustedes, la culpable de que Fania se fuera al carajo: The Last Fight!

El proyecto del dúo Colón-Lavoe también tendría que ver con otra película: Vigilante, la cual se centra en la venganza de un hombre por el asesinato de su hijo, en un barrio lleno de pandillas y sobredosis de violencia. Willie Colón actuaría en la película (como antagonista) y colaboraría en el soundtrack, en el que Héctor Lavoe sería la pieza clave. No obstante, la ejecución de esta idea fue interrumpida por la accidentada producción de The Last Fight, que generó los resultados que ya antes fueron comentados.

Después del aterrizaje forzoso a la realidad, se continúo con la producción de Vigilante de una forma más apurada y menos comprometida. Pocos meses más tarde, la cinta ya estaba lista para ser lanzada. 

Por alguna extraña razón, Willie Colón siempre interpretaba a mafiosos o pandilleros en estas películas. El Malo del Bronx haciendo de las suyas, supongo.

Al final, resultó ser otro fracaso para Fania y para la ridícula ambición de Jerry Masucci. Tuvo un mejor recibimiento que The Last Fight, pero la recaudación no fue la esperada. El único consuelo que quedaba era el lanzamiento del disco a inicios de 1983, el cual podía recuperar parte de las pérdidas cinematográficas. ¿Fue el trabajo en equipo de Willie Colón y Héctor Lavoe lo suficientemente convincente para que el álbum funcionara? Sí, por supuesto que sí.

Vigilante [1983]

1.  Triste y Vacía {6:05}
2.  Vigilante* {12:23}
3.  Juanito Alimaña {7:34}
4.  Pase la noche fumando {11:34}

Las composiciones del disco fueron escritas por Luís López Cabán (1); Willie Colón (2,4) y Tite Curet Alonso (3,4). Con un asterisco (*) la única canción no interpretada por Héctor Lavoe.

A primera vista, luce como un disco arriesgado. No se sabe a ciencia cierta si es un EP (Extended Play) o un LP (Long Play). En 37 minutos, cuenta con sólo cuatro temas: dos de ellos funcionan como sencillos de promoción (adivinen cuáles), y los otros dos violan cualquier estándar radiable al ofrecer una duración extensa y un esquema musical alejado de lo que comúnmente funcionaba en la salsa. Aún no sé como los “ingeniosisimos” directivos de Fania permitieron una incertidumbre de tal magnitud (supongo que debe ser por la necesidad económica, ¿No?).

Como la idea era regresar a las raíces, la manera más correcta con la cual comenzar un disco sería con uno de sus singles… Concretamente, el que más se asimilaba a las producciones pasadas de Willie y Héctor en conjunto: Triste y Vacía. Una historia de una mujer que debe reconstruir su vida después de traiciones y falsas ilusiones. Ella está consciente de su condición (en la que aún es atormentada por los fantasmas de su pasado), pero aquello no le va a impedir continuar, en medio de tristeza y soledad absolutas. 

Esta pieza puede pecar de repetitiva en gran parte de su duración, y ese preciso detalle es el que le quita la excelencia de la que puede ser merecedora. No obstante, posee unos arreglos instrumentales elaborados, denotando una madurez sonora frente a trabajos pasados del proyecto Colón-Lavoe… (Es prácticamente combinar la esencia del dúo a finales de los años 60, con el estilo de los últimos discos de Héctor). La intervención melódica del piano después de la primera parte del soneo es sencilla, pero efectiva… y qué decir de los trombones: ¡Melancolía envuelta en un sabor inigualable! Sin que sea necesaria la complejidad, es posible recibir un contenido de buena calidad.

"Fue que todo el mundo le falló, y ella no lo merecía"

La canción que le da nombre al disco llega a ser un descubrimiento valioso para cualquier persona apegada al género. Aquí sale a relucir el talento de Willie Colón como intérprete y productor, con una instrumentación cuidada y exquisita durante los 12 minutos en los que se escucha esta melodía. A pesar de las líricas tan breves, el mensaje es contundente: Existen personas que pueden hacer lo que sea por sus familias, incluso saltarse cualquier ley o reglamento social.

Vigilante cuenta con una curiosa mezcla entre la salsa, el rock y el jazz; denotada por los solos de saxo soprano y de guitarra eléctrica interpretados por Morris Goldberg y Georg Wadenius, respectivamente. Además de eso, se genera una atmósfera callejera que refleja la realidad de los barrios bajos de New York en aquellos años (algo antes explorado con Rubén Blades en Siembra). El track entero no tiene desperdicio, y muestra puntualmente la capacidad artística de Willie Colón junto a los demás músicos que tuvieron participación. Obra maestra.

"Cuando llega el momento de proteger la familia; se faja hasta con el diablo, cualquiera arriesga su vida"

Otro clásico de Héctor Lavoe viene a continuación, desde el sector más caótico e impiadoso del Bronx: Juanito Alimaña. Si en años atrás, Pedro Navaja introducía a las personas a una de las ocho millones de historias que tiene Nueva York; Juanito Alimaña hace un enfoque directo hacia el diario vivir de un criminal que atormenta a la mayor cantidad de gente posible. Nadie lo denuncia, nadie lo confronta, porque saben que tienen las de perder con cierto primo que lo ayuda en la policía; y desde pequeño el atraco es su ejercicio predilecto.

Cada integrante de la orquesta tiene la oportunidad de lucirse en esta melodía, permitiendo enriquecer la composición de una forma única. El piano del profesor Joe Torres junto a las percusiones van llevando el drama, mientras que los trombones agregan el porte necesario para que el entorno urbano conserve cierto glamour que tiene el delincuente al realizar su fechoría. Gran desarrollo lírico e instrumental, en definitiva.

"Si lo meten preso, sale al otro día; porque un primo suyo, ta' en la Policía"

Pase la noche fumando cierra el álbum de una forma rara. Una canción más pausada que las demás, la cual expresa la nostalgia que puede dejar la ausencia de la persona que se amó con todo el corazón. Lo único que resta es beber y fumar para olvidar, y a la mañana siguiente intentar continuar con la vida, por más imposible que parezca. Resaltan dos factores claves: la voz de Héctor cuyo esfuerzo es mayor que en otras tonadas; y el solo de cuatro interpretado por Yomo Toro, que transmite una auténtica aflicción y demuestra los dotes musicales del mismo.

Resulta ser la más floja del disco, y no precisamente porque se lo merezca. Es sólo porque su calidad no es equiparable a los otros tracks; aunque está lejos de ser un mal producto. Es una gran carga de languidez y pena vista desde una de las mejores perspectivas musicales: la salsera.

"El recuerdo de tu cariño, ay, conmigo está acabando"

Así cierra Vigilante, un producto lo suficientemente convincente para devolver a Héctor Lavoe a sus años de gloria (y no estoy exagerando). El ponceño retornó a las estaciones de radio con sus nuevos hits y el éxito sería arrollador: El cantante de los cantantes hacía su ingreso triunfal a la década de los 80 para después rematar con otros dos álbumes de estudio, su regreso a Fania All Stars y gran número de presentaciones en vivo… Lastimosamente, eso desaparecería en cuestión de tiempo…

¿Nota? No es mi intención calificar este tesoro de la música latina, pero si insisten… Un 3 en la escala que ya conocen. Casi perfecto, sobresaliente en su género y en la música latina en general. Experimenta con géneros poco comunes y explora temáticas diferentes entre sí. Puede llegar a ser muy repetitivo en el principio o al mero final, pero en medio cuenta con una exquisitez de melodías difíciles de pasar por alto. Un hito icónico de la salsa, definitivamente.

Gracias.

Espero hayan disfrutado este pequeño homenaje al espíritu salsero, recordando a Héctor Lavoe: Una estrella única en su clase, un genio de la música. ¡Hasta una próxima ocasión!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

7.25.2019

La leyenda de los Sudamerican Rockers - Capítulo 2: In-dependencia cultural

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

La información del grupo y varios datos claves pertenecen a fuentes como el diario La Tercera, la autobiografía de Claudio Narea: Mi vida como prisionero y diversos vídeos de YouTube con archivos correspondientes a presentaciones y entrevistas.

"Lunes, martes, miércoles, jueves, en las paredes del metro... El metro cada día: ese soy yo"

Algo grande había nacido en la década de los 80, en medio de una atmósfera saturada de aburrimiento y represión masiva. Los Prisioneros empezaban a resaltar como íconos nacionales de resistencia frente a una realidad adversa, en la cual no muchos grupos tuvieron éxito en encarar lo que sucedía en la sociedad chilena de aquella época. Sería cuestión de tiempo para que se ganaran un puesto en los mejores escenarios del país, y fue en ese punto donde empezarían a presentarse los primeros intentos de censura orquestados por el régimen militar.

El más conocido de los primeros años de la agrupación se dió en la Teletón de 1985. En ese 7 de diciembre, el evento era transmitido por varias redes de televisión como Canal 9, Canal 11, Telenorte, UCV Televisión y TVN; este último siendo el canal del estado y el único con cobertura nacional en aquel tiempo. Debido al control exagerado que hacía la dictadura sobre los medios que tenían a su disposición, sacaron del aire la presentación de los sanmiguelinos después de 30 segundos de iniciada; debido a que probablemente el gobierno ya conocía de antemano la postura rígida del grupo en contra de Augusto Pinochet. A partir de este punto, comenzaría la estresante relación que llevarían por muchos años con la Teletón.

(Eso sí, fueron afortunados aquellos que presenciaron el show entero a través de un canal no estatal)

Cerraba 1985 y la banda ya se había desarrollados con presentaciones con mayor alcance en programas como Sábado Gigante (sí, el de Don Francisco), la ya mencionada Teletón y algunos espacios de Canal 11 (actualmente Chilevisión) como el infantil Patio Plum. Se avecinaba 1986, el cual representaría una evolución artística notable para aquellos chiquillos; aunque no sin antes abandonar el set de Canal 13 por una absurda controversia en la que les impidieron interpretar la canción “Sexo”.

Una toma en un almacen ubicado en la comuna de Providencia, al nororiente de Santiago

Al llegar el nuevo año, el trío pondría manos a la obra para producir su segundo disco, el cual marcaría una evolución consistente desde La Voz de los 80… aunque de una forma antinatural. ¿Por qué? Básicamente, el primer álbum conservaba una estructura tradicional de una banda de rock (voz-guitarra-batería) que pretendía explorar el ska, el reggae y el punk de manera ingeniosa. El cambio importante para el siguiente álbum estaría en la base instrumental.

Es posible notar incluso en las fotografías ese distanciamiento inicial entre Claudio Narea y los demás

Jorge González y Miguel Tapia se habían decantado por un estilo más tecno, el cual sería la columna vertebral del segundo disco. Continuaban la onda rock, la crítica social y los formatos variados entre canciones; aunque a Claudio Narea no le hizo gracia que prevaleciera el uso de sintetizadores y samplers, por lo que su participación se redujo en comparación al álbum debut. La inspiración que causaba Depeche Mode en Jorge y Miguel era demasiado evidente; que incluso se tomó el riesgo de excluir la guitarra de algunas canciones, a modo de experimentación.

Un 15 de Septiembre de 1986 saldría al mercado Pateando Piedras, el muy esperado nuevo disco de Los Prisioneros.

Pateando Piedras [1986]

1.  Muevan las industrias
2.  ¿Por qué no se van?
3.  El baile de los que sobran
4.  Estar solo
5.  Exijo ser un héroe
6.  Quieren dinero
7.  Por favor
8.  Por qué los ricos
9.  Una mujer que no llame la atención
10. Independencia Cultural

Todas las canciones fueron escritas y compuestas por Jorge González

La portada presenta a Jorge, Claudio y Miguel en el Metro de Santiago, en uno de los vagones de un NS74 mientras pasaba por una trinchera de la Avenida Manuel Rodriguez con dirección a su comuna de toda la vida: San Miguel. De acuerdo a lo mencionado por el fotógrafo Jorge Brantmayer: "Ese momento de metro es una cosa importante, porque todo el mundo lo usaba y ellos se reconocían como del pueblo". También agregó que sin planearlo, la luz natural que entró al vagón permitió que existieran unas tomas naturales sin la necesidad de utilizar diapositiva en colores. Finalmente, algunas fotos quedaron movidas; pero las pocas que se salvaron son tremendas.

Esos trenes aún siguen utilizandose, por lo que pueden conocerlos si se les ocurre ir a Santiago.

Para un colectivo amplio (en el que me incluyo), la iconicidad de esta reliquia musical es indiscutible. Además de contar con varios clásicos del grupo en su tracklist, el sonido del mismo logró representar el fenómeno musical latinoamericano durante los años 80: Un rock latino inmerso en la oscuridad de los máquinas, las cuales podrían brindar desde el ruido más electrónico hasta la reverberación más profunda…. Algo que la agrupación supo desarrollar muy bien.

Pero no me malinterpreten: El álbum está lejos de alcanzar la perfección, y tiene muchos detalles que demuestran que no todo es un campo de girasoles en lo que respecta al desempeño artístico del grupo; porque no todos los sintetizadores se ajustan al sentido de una melodía y porque algunas líricas que pretenden ser crítica social no pasan de ser elegantes berrinches sin valor agregado de alguna clase. Empecemos…

"Los obreros no se fueron, se escondieron... Merodean por nuestra ciudad"

El disco abre con Muevan las Industrias, una crítica mordaz al incremento exagerado de desempleo que se estaba viviendo en todo el país durante los años 80; motivado por el abuso de empresas extranjeras que eran consentidas por el régimen de aquella época. Con un teclado que sobresale durante toda la canción y unos golpes metálicos provenientes de un cilindro de gas, se marcaba un ambiente sonoro electrónico y crudo que representaba fielmente la difícil realidad en cuanto a empleo se refería. Un clásico del grupo muy bien estructurado, sin duda alguna.

"Y me arrastro por el húmedo cemento, y en mi cabeza se repiten mil lamentos, de cuando vino la miseria nos echaron y nos dijeron, que no vuelvan más"

¿No han visto por ahí a esas lumbreras arribistas que alaban la idiosincrasia de los territorios desarrollados mientras se quejan del atraso cultural del país en el que están? A estas personas va dedicada ¿Por que no se van?, que muestra una respuesta ingeniosa a aquellos que quieren acoger las raíces extranjeras mientras desprecian las costumbres locales. Respecto a la parte instrumental, es posible resaltar que esta melodía es el punto de conexión entre el debut y este disco: aunque posee un estilo más severo y maduro en su contenido, es una de las pocas canciones en la que escasean los instrumentos sintéticos; otorgando variedad interesante dentro del álbum. ¡Excelente!

"Si tu vanguardia aquí no se vende, si quieres ser occidental de segunda mano... ¿Por qué no te vas?"

Ya se han dicho múltiples cosas acerca del sencillo estrella del disco: El baile de los que sobran. Sin embargo, me gustaría agregar unas cuantas para explicar el porqué de su trascendencia a lo largo del tiempo. Por un lado está la letra (ingeniosa crítica al sistema educativo y a todo lo que deriva), que mantiene su vigencia masiva a pesar de todas las megatendencias y cambios que han ocurrido en América Latina durante los últimos 30 años. También es posible destacar la sinergia existente entre la naturalidad de la guitarra y el ambiente sintético: dos formas musicales unidas en una tonada de protesta. Por último, se encuentra ese estilo curiosamente bailable y pegadizo del que se impregnó, lo cual favoreció a una difusión más amplia del mensaje implícito y a una iconicidad única en su clase. Una joya generacional.

"Ellos pedían esfuerzo, ellos pedían dedicación. ¿Y para qué? Para terminar bailando y pateando piedras"

Estar solo consiste en una introspección triste y depresiva, considerada por el mismo Jorge González como un fracaso. De hecho, opino todo lo contrario; al punto de considerarla una de las reliquias más infravaloradas de la carrera musical de la banda. La letra explora los rincones más escondidos de aquel humano autodestructivo aislado de la sociedad. Así mismo, de alguna manera lograron traducir la amargura y el abandono que puede sentir una persona por medio de una melodía en guitarra que representa un grito herido en medio de todos los sintetizadores que componen la canción. Una pieza muy particular.

"Estoy bien, me siento bien... Pero es este un planeta muy inmenso como para estar solo!"

Cuando una persona del común sin algún talento especial tiene ganas de sobresalir de cualquier manera posible, surgen los pensamientos expresados en Exijo ser un héroe: un relato en el que la rutina de cada día es tan irritante, hasta llegar al punto de pretender destacar en la sociedad. Es posible que se presente una crítica hacia lo que la sociedad admira, desde la óptica de alguien ajeno a este fenómeno; con unos detalles ingeniosos en la letra. Musicalmente, se presenta otra combinación de cuerdas con teclados que no es muy resaltable… De hecho, la melodía empeora cada vez que avanza y se siente más repetitiva que el resto. Queda como una obra aceptable.

"Tantos tipos posando en las revistas y yo no brillo ni en mi familia"

Una guitarra que rememora los filmes del viejo oeste abre las puertas a la segunda parte del disco con Quieren Dinero: un análisis al comportamiento de los seres humanos frente al capital y lo que son capaces de hacer por obtenerlo, sin importar que se traicionen los principios o se pierda la dignidad. La armonía entre el entorno electrónico y las cuerdas se desarrolla de una forma más precisa, permitiendo una mejor interacción entre el ámbito instrumental y el lírico. Una buena pieza.

"Sólo algo todos quieren en común, sólo algo deja bien a casi todo el mundo"

Al principio, se llamaba Ellos dicen no y era un ataque contra la censura que habían experimentado en los medios de comunicación. Después de diversas modificaciones en la parte lírica y de establecer un mejor apartado sonoro, se convirtió en un track que expresa la dificultad de terminar una relación amorosa. Aunque Por favor dejó de lado la crítica social, consolidó una temática igual de valiosa respecto a las vivencias de los seres humanos: explorar dicha realidad y la psiquis de las personas en esa situación también enriquecía a esta composición. La escasez de instrumentos tradicionales fue compensado por ciertas notas de piano que agregaron el realismo que necesitaba esta canción. Tesoro subestimado.

"No hagas imposible esta situación. Rindámonos, por favor"

Porqué los ricos regresa a esa esencia punk que el grupo había explorado en sencillos como La voz de los 80 o ¿Quién mató a Marilyn?, pero de una manera menos memorable. La idea es inteligente: no plantear superioridades ni partidismos, sino basarse en que ricos y pobres son iguales… iguales de mediocres como los otros. No obstante, no existe mayor profundidad que el tema de la desigualdad… La propuesta es muy superficial para lo que es el estilo de Los Prisioneros, y de alguna manera me recuerda a Nunca quedas mal con nadie… Tan poco convincente como aquella.

"Si los de abajo creen lo que de arriba dicen, ¿En quién voy a confiar? Quizá al final me dé igual"

Los Prisioneros fueron pioneros en el rock latino en la causa feminista: una de las muestras es Una mujer que no llame la atención. La mentalidad conservadora es plasmada de forma exacta, con una magnífica ironía que sería perfeccionada años después en una melodía más representativa. Represión, machismo y humillación envueltos en una alegre tonada que incluso se puede bailar… Definitivamente el grupo se arriesgaba a hacer lo que se le diera la gana, ¿No creen?
Los arreglos instrumentales no son destacables. Por lo mismo, no hago mucha referencia a los mismos.

"No voy a oír silbidos ni cruces de mirada... Mi vida es ordenada"

El álbum termina con un llamado a sentirnos orgullosos de nuestra idiosincrasia, nuestro arte y nuestro legado: Independencia Cultural. Por medio de otro híbrido notable entre cuerdas y teclados, se logra incentivar el orgullo por las costumbres autóctonas (a la vez que se satiriza a una emisora pinochetista que vetó al grupo en aquella época: Radio Concierto). Se destaca la siguiente cita: “No te disfraces, no te acomplejes, eres precioso porque eres diferente”, que resume la idea de que no vale la pena acogerse a comportamientos “primermundistas”. Excelente mensaje y memorable composición para finalizar un disco legendario.

"En el colegio se enseña que cultura es cualquier cosa rara, menos lo que hagas tú"

En conclusión, se nota que la banda consolidó todas las ideas rebeldes de juventud que habían propuesto en el debut y las amplió hasta horizontes que ni ellos mismos se imaginaban. Evolucionaron de una manera creativa, en medio de un ambiente electrónico que permitió conectarlos con parte de la movida artística de esa década… además de que la crítica social era mejorada para influenciar a mayor público que era consciente de su realidad, a la vez que coreaba y bailaba junto a Los Prisioneros.

Fue admirable el alcance que logró una agrupación limitada por la misma patria en la que nació. Por lo mismo, serían capaces de llegar al punto más rudo y certero de su estilo apenas unos meses después. Pateando Piedras no es el disco perfecto, e incluso llega a hundirse con ciertos intentos de mensajes o musicalización. Sin embargo, se ganó merecidamente tal grado de iconicidad que catapultó al trío a una fama más internacional… Más latinoamericana.

Apreciando el trabajo bien hecho...

No fue fácil el proceso de internacionalización, y es posible citar el caso uruguayo. La primera vez que Los Prisioneros tocaron en el extranjero fue en el Festival Montevideo Rock en Noviembre de 1986 junto a grupos como Sumo y Valija Diplomática. Tenían la admiración de algunos de los músicos de aquel festival, pero no fue suficiente para masificar la difusión de los dos discos con los que contaban. Se editaron allí, pero las bajas ventas condujeron a que el grupo no regresara al país celeste.

Algo similar sucedería en Argentina en el marco del Chateau Rock, en Córdoba. Compartieron escenario con Pedro Aznar y Fito Páez, pero las críticas fueron desfavorables para el trío sanmiguelino. Una presentación en el Estadio Obras en Buenos Aires también pasaría sin pena ni gloria, mientras que los álbumes corrieron con mejor suerte, afortunadamente. El principio resultó ser complicado a más no poder, pero el éxito fuera de Chile iba a llegar. Era sólo cuestión de tiempo…

"Pateando piedras, juntando monedas, soy un simple auditor"

Aquí termina este capítulo. ¡Nos veremos muy pronto! ¡Hasta la otra!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”