6.17.2021

Una ojeada a: 12. Los Simuladores

¡Bienvenidos de nuevo a esta dimensión!

De vuelta...

No pensé que volvería a hablar de una serie tan pronto en esta página. Pero considero que el tema que vamos a tratar hoy tiene los méritos suficientes (e incluso más) para ser reseñada al estilo que ya conocen: desmenuzando cada apartado que sea clave, evitando la proliferación de spoilers y quizás convenciendo a más de alguna persona de adentrarse en dicho contenido. Con la introducción ya establecida, alisten sus identidades falsas y sus mejores disfraces para darles la bienvenida a esta ojeada, revisando una de las más simpáticas series de la televisión latinoamericana en general: Los Simuladores. Comencemos.

Introducción de la primera temporada del programa (a color), con Cite Tango de fondo.

¿Entonces qué tenemos aquí? Los Simuladores. Serie argentina emitida desde 2002 hasta 2004, que involucra a cuatro individuos que sostienen una organización que se encarga de solucionarles los problemas a quiénes lo necesiten. Las personas se enteran de su existencia mediante la recomendación de clientes anteriores de relativa cercanía, impulsando una promoción “de voz a voz”. Desde el primer momento se deja en claro que no es un servicio social, debido a que sus operaciones tienen un costo consistente en el doble de lo presupuestado con el ánimo de resolver una situación específica. Más allá del reducido altruismo y de los métodos poco ortodoxos que utilizan, las metas del equipo son nobles y los objetivos buscan ser cumplidos en su totalidad, y de manera irreversible.

En el anterior párrafo largo resumí la idea central de la serie, como para que se sientan familiarizados con el tópico a tratar. No obstante, aún no he empezado la reseña formalmente hablando. Por lo que, para darle inicio a la misma, me remitiré a los antecedentes y a la estructura del programa para ir construyendo el punto central del artículo. Capisci?

"No solamente somos el mejor cirujano disponible. También somos el único"

Un producto televisivo que puede catalogarse como antecedente significativo con características parecidas es el de Los Magníficos (o The A-Team, siendo su nombre original). El seriado ochentero resaltaba el concepto clave de la justicia paralela, cuya aparición se efectúa cuando la ley peca de ser injusta u opresora con el ciudadano del común. En el momento en el que este último no tiene garantías de vivir dignamente, allí estará una brigada al margen de las instituciones ordinarias para tenderle una mano. Eso sí, aquel equipo se encargará de verificar que no sea un individuo indeseable debido a su trayectoria y comportamientos anteriores en su vida. Así mismo, el grupo se reserva el derecho de no atenderte por ser una potencial amenaza para ellos o para la misma humanidad.

Los Magníficos, un ícono memorable de la TV que exploró la idea de una justicia paralela

Este tipo de organizaciones cuentan con controversia desde su misma concepción. ¿Qué tan bien o tan mal pueden resultar las acciones de aquellos grupos? ¿Con qué poder moral o sabiduría cuentan para decidir sobre el destino de los individuos involucrados en cada situación? ¿Cuáles son los daños colaterales en cada instancia? Todo ese mar de dudas es el génesis de la idea de Los Simuladores, pero por fortuna no es todo el trasfondo… Más bien, la serie va unos pasos más allá de lo que se planteó en productos similares.

El enfoque no está en la acción o la aventura, sino en el entramado de los casos, los detalles de cada historia y las formas creativas en las que Los Simuladores construyen cada operativo para solucionar la vida de cada cliente. Aquí comienzan los puntos de quiebre respecto a conceptos como el de Los Magníficos, debido a que las soluciones no sólo son pedidas por personas con problemas de vida o muerte… Más bien pueden ir desde lo banal hasta lo amenazante. Y las soluciones propuestas no implican eventos rimbombantes llenos de disparos y explosiones, sino circunstancias planeadas e intervenciones de figuras claves que pueden alterar decisiones o personalidades que aparentan ser inamovibles.

Desde recuperar al amor de tu vida, hasta evitar perder el año escolar...

A la hora de preparar las simulaciones, entra a relucir el talento de cada uno de los miembros de la organización para constituir cada una de estas: Uno se encargará de investigar a fondo a cada persona involucrada; otro proveerá los elementos necesarios para el éxito de la misión; otro será el foco de atención al emular a algún personaje ficticio cuyas acciones tendrán gran inferencia en el plan; y el último va a fungir como el cerebro detrás de todas las situaciones, interacciones y consecuencias que sucederán en el episodio.

En el artículo de El Robo del Siglo, resalté la aparición de pay offs como valiosos añadidos que dinamizaban la trama y el desarrollo de cada uno de los personajes. Pues en este caso, aquellos recursos se ven amplificados tanto por el formato como por la misma calidad expuesta en el programa argentino. Al ser una serie de tinte inicialmente auto conclusivo, cada detalle (dato, frase, canción o actitud) puede convertirse en un factor decisivo en el resultado de la misión: así como algunos son planeados y conversados por los estelares del capítulo, otros se quedan en algún comentario jocoso aparentemente sin relevancia que a posteriori cobrarán su respectiva factura. Al final, cada actividad u objeto (por más corto o pequeño que sea) evitara pasar desapercibido en medio de todo el entramado.

Puede ser un maletín, puede ser una conversación incómoda, puede ser una mirada extraña. 

Sea como sea, todo pasará su cuenta de cobro en el transcurso de la trama

Y antes mencionaba que el programa era auto conclusivo en sus comienzos, pero ese rasgo sufre un cambio considerable… De hecho, la modificación progresiva del formato se da por dos fuertes motivos: la continuidad de personajes “episódicos” en la historia global, y la complejización de esta última. En cuanto a la primera, surge como acuerdo entre el equipo de Simuladores y el cliente satisfecho: No sólo es cuestión de pagar, sino que desde ese momento pasas a convertirte en personal de apoyo de la organización (puede ser facilitando materiales para la misión, consiguiendo instalaciones o participando en futuros operativos como personaje). Y respecto a la segunda, sin el ánimo de dar spoilers, sólo podría indicar que se van desarrollando subtramas que pueden afectar el correcto funcionamiento de la organización, aparte de las misiones rutinarias.

Con lo anterior dicho, no se le podría catalogar como un seriado episódico; pero tampoco conserva la totalidad de los rasgos de una historia lineal. Es una amalgama de las dos, que toma sus mejores características para potenciar la experiencia que le da a cada espectador. Dicho equilibrio se ve reforzado por su duración: 24 capítulos de 55 minutos en promedio, repartidos en dos temporadas (una de 13 y otra de 11). ¿Por qué? Básicamente sería imposible mantener todos los hechos y personajes de este universo coherentes en caso de que se incrementara la cantidad de historias relatadas. Así se ha formulado esta realidad televisiva: mientras relatos como Los Simpson pierden cada vez más su razón de ser, otros saben cuál es el momento preciso para finalizar.

Se toman elementos de tinte psicológico, del razonamiento deductivo (Holmes) y del método científico para la resolución de cada situación

En referencia a personajes, entra a relucir el ingenio y la variedad. La convivencia entre cuatro perfiles muy diferentes entre sí, pero que combinan sus habilidades para el desarrollo de cada operativo es tan épico como satisfactorio. Más allá de que tengan identidades falsas en los operativos, las actitudes y comportamientos de cada uno seguirán ahí presentes. Y para rematar, existe una evolución en los mismos. Porque el cuarteto visto en el primer capítulo no es el mismo que se ve en los intermedios o finales de cada temporada, y cada vez se moldea el carácter de la totalidad de los integrantes (y algunos de sus colaboradores). No tienden a la caricaturización, sino a una amplificación de cada personalidad definida.

¿Y las actuaciones? Pues no sé lo suficiente del tema como para dar un juicio objetivo. Sin embargo, considero que cada actriz y actor sobresalen en dicho rubro. Compensa claramente el evidente bajo presupuesto que se manejó y los errores respecto a escenas grabadas; porque los micrófonos que se asomaban cortesía de la producción no lograron pasar desapercibidos. De hecho, aquel sería un pecado “fuerte” que se le puede resaltar; aunque es insignificante respecto a las virtudes que ya le he abonado en el transcurso de este artículo.

"Ya le he dicho que no hay microfonos en esta sala"

Por último está la música: banda sonora e incidental. Esta última, a cargo de Guillermo Guareschi, trata de condensar misterio, drama y argentinidad en una colección de instrumentales que son agradables de oír. En su mayoría son versiones inspiradas en la segunda canción de apertura del programa creada por el mismo Guareschi (Simuladores Cortina), con fuerte influencia en el Cite Tango de Astor Piazzolla, primer tema de introducción de este mismo seriado.

Y en relación con el soundtrack, es posible destacar que se encuentra conformada por grandes éxitos del ayer cuya utilización ambienta de forma eficaz cada escena, además de conformar elementos relevantes en el correcto progreso de las misiones (en caso de que sean factores icónicos en la psiquis de los personajes). Se evocan sensaciones como la nostalgia, la epicidad, la timidez, la euforia, entre otras que permiten comprender las vivencias mostradas en cada episodio. Variados son también los géneros abordados, y quizás una que otra sorpresa pueda aparecer con alguna pieza que el espectador logre reconocer y hasta tararear.

Introducción de la segunda temporada del programa, con Simuladores Cortina de fondo.

Para concluir esta reseña, me aventuro a afirmar que Los Simuladores es un imperdible de la televisión latinoamericana. El encanto se encuentra presente en el perfil de cada personaje, en las interacciones, en las posibles formas en las que se va a desarrollar la historia y en la música. Plantea cuestiones morales y sociales que siguen vigentes en la actualidad, a la vez que formula ideas que incentivan la reflexión tanto en los individuos como en los espectadores. Las frases celebres y el humor sutil no quedan rezagados, y hasta confluyen junto con el desarrollo de perfiles y el crecimiento de la creatividad a la hora de ofrecer diferentes tramas. En resumidas cuentas, un exitazo.

"Yo conozco a un grupo de personas que resuelve problemas, de todo tipo"

Hasta aquí llega el artículo de hoy. Espero que lo hayan disfrutado y manténganse atentos a las novedades en esta dimensión. ¡A tiempo, todo a su tiempo!

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“Los finales siempre marcan nuevos comienzos”