1.29.2021

SýntomiReseña: iDon ¿El reggaetón del futuro?

¡Bienvenidos nuevamente a esta dimensión!

No pensé que llegaría el día en el que hablaría acerca de una producción de reggaetón sin hacer alguna burla o sátira al respecto. De hecho, ese momento fácilmente puede ser catalogado como el mismo apocalipsis después de todo el desprecio que le he manifestado al género en algunos de los artículos concebidos a lo largo de los cinco años de historia de esta página. Sin embargo, no me voy a desgastar analizando los “superéxitos” que hoy han inundado lo poco que queda de la radio y el vasto internet de la mano de “profetas” como J Balvin, Bad Bunny, Karol ‘Mi cama suena’ G o Camilo ‘Ardillita’ Echeverry.

Una década atrás, un escenario en escala de azules y un mundo robotizado

Más bien, me quiero concentrar en una idea más interesante originada a finales de la primera década del siglo XXI y protagonizada por uno de los cantantes más populares de aquella época: Don Omar. Aunque en la actualidad este nombre ya no es símbolo de éxito (el cual otros fulanos están disfrutando inmerecidamente); a inicios de la década del 2000 resultó ser la revelación que tomó las banderas de la difusión masiva del reggaetón, al lado de un tal Ramón Ayala que ya era conocido desde años anteriores como Daddy Yankee, el tiguá favorito de los niños.

El género tomó una fama monstruosa en América Latina, y algunas de las composiciones de los antes mencionados Omar y Ramón tuvieron también una trascendencia internacional, además de que otros cantantes se pegaron a la moda del momento con sus propias creaciones que gozaron de un amplio recibimiento, más allá de que la calidad de los productos fuera buena o mala. El común denominador de aquellos tiempos podían ser las composiciones calentonas de toda la vida o melodías con un estilo romántico empalagoso popularizado por íconos efímeros como Nigga o Makano, nombres que los pueden remontar a una lejana época de pésima ortografía y redes sociales fracasadas.

Épocas de pena ajena que espero no vuelvan...

Sin embargo, a lo largo del 2008 se empezó a gestar un proyecto algo diferente de lo que regularmente se veía por esos años dentro del reggaetón. ¿Y que tal si este ritmo de moda evoluciona hacia un sonido más futurista? ¿Qué pasaría si se mezclara con otros géneros y con una estética adelantada a su tiempo para enriquecer su contenido? Quizás esto fue lo que pensó Don Omar a la hora de desarrollar la idea del que sería su tercer disco de estudio.

A continuación, veremos cómo le fue al Don a la hora de ejecutar su idea prometedora.

iDon (2009)

Vamos a dividir el análisis del disco en tres fracciones: El concepto, la estructura instrumental y la lírica. Por si se lo preguntan, no voy a profundizar en el tema de la voz; debido a que no existe algo muy destacable por comentar, además de que parece que dentro del género no es un requerimiento vital la posesión o explotación del trabajo vocal del intérprete.

Concepto

El eje de iDon se basa en la interacción continua entre el mundo humano y el artificial, a través de un experimento en el que se pretendía desarrollar al artista definitivo, con altas capacidades para componer, cantar, realizar giras, entre otras habilidades relacionadas; pero a costa de su libertad. De hecho, la introducción del disco se dedica a narrar el objetivo de aquel avance tecnológico de gran calibre, donde Don Omar es sometido a ser el conejillo de indias de aquel proyecto liderado por una mujer misteriosa.

No obstante, el proceso científico no se realiza tal como se planeó; pues el sujeto de prueba evita el sometimiento y logra escapar de la habitación de operaciones, a la vez que intenta vengarse de esa fémina que intentó esclavizarlo con aquel experimento.

Este cortometraje de 10 minutos representó el inicio de la idea central del álbum.
Contenido: Intro - The Chosen - Virtual Diva

La realización de un álbum conceptual no es un tema original, pero la idea central en la que se basa iDon es creativa, teniendo en cuenta que está manejando un género que sólo se dedicaba a ofrecer canciones para el disfrute en fiestas y eventos multitudinarios. Pasar de ese punto a una historia articulada donde las piezas musicales nutren dicho concepto es una maravillosa evolución que podía hacer trascender al reggaetón a un nivel de calidad alto, alejándose por fin de su premisa inicial.

Lastimosamente, no todo el disco se unifica bajo la brillante idea de la evolución; debido a que canciones como Blue Zone o Ciao Bella representan un gran retroceso al evocar tópicos ya desgastados como el “Romantic Style” o un perreo ya muy anacrónico. iDon tiene un trasfondo muy interesante, pero se encuentra incompleto porque no todas sus melodías lo abordan.

Al parecer, el disco se ambienta en un Buenos Aires vanguardista, con su planetario (visto en el vídeo de Zoom de Soda Stereo) convertido en un laboratorio científico llamado "El Sistema"

Estructura Instrumental

Creo que es el mejor apartado de los tres, debido al amplio interés del intérprete por navegar a lo largo de distintos ritmos del mundo, a la vez que se genera el contraste entre un futuro robóticamente globalizado y las costumbres imborrables de diferentes culturas. Por ahí se encuentran unos guiños a los países árabes (Oasis), un rap futurista (The Chosen), fusiones de perreo con rock & roll (Blue Zone) y hip hop (How we roll), un intento de blues eléctrico bien reggaetonero (Galactic Blues) y una deformación del mambo con un aderezo rapero (CO2).

How we roll: Notarán que esta es la canción de los créditos de Rápido y Furioso 5

Ahí les dejo también el intento de Don Omar por explorar estilos más orientales

Y sorprendentemente, el sencillo principal del álbum (Virtual Diva) resulta ser una propuesta que no se asemeja al dembow de siempre (o lo disimula muy bien), sino que presenta una mayor afinidad con un electropop que para ese entonces aún no había sido tan sobreexplotado como en la actualidad. Así mismo, noto una amplia inspiración en el trabajo de Kylie Minogue en el contexto global y de Miranda! en el contexto continental.

Una apuesta arriesgada que el sencillo insignia del disco no sea propiamente un reggaeton tradicional

Por la misma línea intentan ir piezas como Sexy Robótica o Sci Fi, pero lastimosamente su enfoque ya se acerca más hacia el dancehall y la percusión repetitiva de siempre. Incluso, este último track contiene un sample traído desde un mixtape de reggaetón underground creado en el año 2000, de aquellas épocas en las que este género tenía un nicho muy reducido de oyentes y seguidores.

      
Comparen y verán.
A la izquierda, Sci Fi de Don Omar (2009). Escuchen el 0:48.
A la derecha Perreo, perreo de un mixtape del año 2000. Escuchen desde el principio.

Líricas

Esta es la sección en la que casi todo el disco sale perdiendo. Y es triste, porque con un concepto bien armado y las diversas combinaciones sonoras estructuradas en iDon, debería existir un soporte escrito que se encuentre a la altura de lo ya creado ¿No?

Pues no, porque con muy pocas excepciones, las canciones no tienen relación alguna con el trasfondo histórico que al principio se planteó. Quizás algunas tengan guiños a la idea galáctica, tecnológica o futurista; pero de ninguna manera le ofrecen un desarrollo coherente, ni mucho menos un desenlace satisfactorio, al hilo argumental que comenzaron los dos tracks iniciales (The Chosen y Virtual Diva).

De hecho, la composición lírica de estas dos canciones es digna de admirar, planteando la idea de un experimento pretencioso, la rebelión del mismo y su posterior idea de venganza. Sin lugar a dudas, estas dos canciones reflejan a qué nivel de consolidación intentaba llegar Don Omar con este concepto.

Resultaría muy atractivo que la mayoría del trabajo discográfico se enfocaran en esta historia de rebelión y venganza. Tristemente, el hilo argumental es ignorado en posteriores tracks.

El resto: fiestas nocturnas con perreo intenso, una despedida de una relación amorosa que no funcionó, un ego del tamaño del Everest, una vida de lujos y velocidad a lo Rápido y Furioso, un desfile continuo de halagos a la mujer de sus sueños… Así mismo, tengo que mencionar el escándalo que suscitó Sexy Robotica en Colombia por hacer referencia a las drogas del país de una manera bastante explícita (no sé por qué, pero cada vez que me acuerdo de dicho alboroto me es muy gracioso). En resumen, temas rutinarios que ya se habían tratado en producciones anteriores de reggaetón y que se seguirían abordando durante al menos, diez años más.

Esto último representa mi problema con este género: Una repetición absurda de los mismos cánones planteados a principios del nuevo milenio sin mayor variación que la voz que la interpreta. Muy pocas reinvenciones o propuestas originales han surgido con el tiempo, pero quedan relegadas a un segundo plano por su mismo creador, en pro de piezas facilistas sin ningún atractivo real más allá que el de ser un éxito pasajero que será olvidado en unos cuantos meses o años (esto último sólo en caso de que la moda impacté a más gente).

Un ejemplo de esto es Blue Zone. ¿No sería revolucionario el hecho de que los vestigios de rock & roll se mezclara más con la esencia del intérprete y que el ritmo se disimulara lo suficiente?

La percusión en donde el dembow está casi siempre presente sólo hace las cosas más notables (e insoportables). Es por eso que no se me hace raro ver personas que afirman la siguiente premisa: “Una vez que ya has escuchado una canción de reggaetón, ya las has oído todas”. Y aunque es una generalización algo errada, si concuerda con el fenómeno que se puede evidenciar en la mayoría de las composiciones, lastimosamente.

Conclusión

El caso de iDon es muy curioso al ser uno de los pocos discos que realmente evolucionó el estilo de dancehall latino que se estableció al comenzar el nuevo milenio. La estructura futurista junto con la mezcla de géneros, así como la premisa de contar una historia de drama y ciencia ficción le dieron aire fresco a la forma base del reggaetón.

Eso sí, no es un producto excelente debido a las fallas ya mencionadas en términos de letras, cohesión o repetitividad; que lo convierten en una idea buena a secas. Sin embargo, este sería uno de los pocos vestigios en la búsqueda de auténtica creatividad.

Al final, el experimento no resultó ser tan fallido. ¡Buena esa, Don Omar!

Ignorando la faceta alternativa que mostraron bandas como Calle 13, el ritmo se estancó durante varios años y sólo se utilizó como palanca de lanzamiento de nuevos talentos cuya promesa resultaba ser tan vacía como decepcionante. Sí, mucha parranda, mucho perreo hasta abajo, pero la creatividad se perdió al punto de que cualquier trabajo discográfico relacionado con los colores es el álbum conceptual insignia del reggaetón.

Más allá de un buen equipo de marketing o de producción que asegure un éxito a partir de beats repetitivos, debería haber un interés por ofrecer mejores productos auditivos al público. Y iDon, aunque no logró ser el rumbo definitivo para el futuro del perreo, si fue un interesante pedazo de historia que futuros intérpretes tomarían inspiración y del que su creador salió muy bien librado… hasta que su popularidad se terminó en años posteriores.

Ojalá más temprano que tarde exista otro proyecto con la intención de revolucionar los mismos sonidos rutinarios cuyo agotamiento es más que evidente

Aquí termina esta primera reseña del género prohibido. Espero hayan disfrutado este nuevo artículo y nos veremos próximamente con más contenido. ¡Hasta otra ocasión!

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¡Los finales siempre marcan nuevos comienzos!