8.31.2020

Egovistazo #14: El Robo del Siglo - El potencial colombiano al límite

¡Bienvenidos de nuevo a esta dimensión!

Cuando me enteré de que se estaba produciendo una serie colombiana acerca del mayor robo de efectivo en la historia de la humanidad, me sentí bastante ansioso. No sólo porque el hecho de explorar las situaciones y la psiquis de los personajes parecía muy atractivo, sino también debido a que la producción estaba siendo hecha por Dynamo, mismos productores de la que hasta en ese momento era mi serie favorita creada en Colombia: Distrito Salvaje. A pesar de lo cruda que pueda ser la producción antes mencionada, abordaba de manera correcta el contexto de posconflicto de un país en el que la corrupción y las organizaciones clandestinas continúan siendo el pan de cada día; sin necesidad de recurrir al ya desgastado tema del narcotráfico que tanto abunda (y aburre) en los programas ambientados en el país cafetero (Algún día elaboraré su reseña correspondiente).

Llegada al campo

De vuelta al tema inicial, mencionaba el gran entusiasmo que me causaba el lanzamiento de dicha serie. Eso sí, más que serie resultó ser una miniserie de sólo 6 capítulos que son fáciles de consumir, debido al ritmo frenético y a los sólo 300 minutos que se tarda en visualizar todo el seriado. El 14 de Agosto de 2020 se lanzaría a nivel internacional mediante Netflix y se convirtió en tendencia. Sin embargo, no todo lo que es popular resulta ser de gran calidad; y por si no me creen observen la fama de la pésimamente actuada Pasión de Gavilanes… Oh, por Dios.

Alejándonos de productos feos, vamos a ver si el reconocimiento que obtuvo El Robo del Siglo en su lanzamiento fue bien merecido. ¿Cómo se desarrolló la trama? ¿Cuáles son sus puntos fuertes? ¡No demos más vueltas y entremos a revisar la más reciente serie de Netflix made in Colombia! Aquí vamos.

En proceso de planeación...

Roberto Lozano “Chayo” y Jairo Molina “El Abogado” son dos amigos que desde tiempo atrás se han dedicado a hacer robos de gran magnitud. Sin embargo, después de una tardanza en uno de estos eventos y la imprudencia de uno de los miembros de su equipo, Molina es herido al punto de retirarse de toda actividad delictiva y Chayo no logra sostener una vida normal debido a las múltiples deudas acumuladas que le pueden arrebatar la aparente estabilidad que él y su familia poseen. De repente, se origina un proyecto cuestionable de un asalto a la sede del Banco de la República en la ciudad de Valledupar, ubicada cerca de la costa atlántica de Colombia. De aquí en adelante, se va estructurando la historia entre distintos personajes que estarán involucrados de manera directa o indirecta en el robo más rocambolesco del mundo.

Trailer oficial subido en el canal oficial de Netflix.

El desarrollo de la historia toma gran parte de lo sucedido realmente en aquel Octubre de 1994, con ciertas modificaciones que favorecieron la tensión generada, es muy llevadero. De hecho, me atrevería a decir que es frenético durante la primera mitad, permitiendo abordar la construcción de hechos y personajes en forma rápida y a la vez concreta. Poco a poco se evidencian los vínculos y los lazos de poder entre protagonistas y secundarios, y cada uno demuestra su personalidad, sus aspiraciones e incluso la moral con la que viven en su día a día. Los contrastes entre personajes se van marcando, y cada uno de los choque desencadena en una mejor estructuración de personaje, un avance en la trama, y la conformación de motivaciones que jugarán un papel relevante en capítulos posteriores. 

Abriendo la boveda entre maestro (Waldo Urrego) y antiguo aprendiz (Andrés Parra).

Sin embargo, también existen algunos personajes unidimensionales cuyo aporte en la trama no es satisfactorio. Afortunadamente, su aparición en pantalla es más bien limitada y sólo se dedican a enriquecer el comportamiento y los estímulos de los protagonistas y/o secundarios. El único fenómeno descarado en la serie es cierto “plot device” (o impulsador de trama) con cierto personaje intrascendente que desemboca en el final merecido para los artífices del delito. A pesar de que demuestre una realidad más cercana a los hechos, se podían tomar la libertad en elaborar un argumento mucho menos conveniente para cerrar los hechos.

Es posible resaltar ciertos pay offs que son sembrados en la primera mitad de la serie, para terminar floreciendo en la segunda parte; lo cual permite un crecimiento más satisfactorio en la trama y en los personajes desde el punto de vista del espectador. Para quién no lo sepa, un pay off es un recurso artístico utilizado en los guiones de diversas producciones audiovisuales, el cual consiste en sembrar algún dato o interacción en un punto inicial de la historia para luego potenciarla en el futuro por medio de la información o relación antes expuesta. No voy a dar spoilers, por lo que solo voy a mencionar dos frases que hacen referencia a algunos de estos recursos presentes en el seriado: “Jaime Molina” y “Cachaco vs Costeño”... Apuesto a que quienes saben a lo que me refiero , están esbozando una breve sonrisa en este preciso momento.

De camino a Valledupar... "Recuerdo que Jaime Molina, cuando estaba borracho, ponía esta condición..."

Por otro lado, el elenco se compone de algunos de los más importantes actores y actrices colombianos de este momento (Andrés Parra, Christian Tappan, Katherine Vélez), junto a algunos talentos que ya habían participado tiempo atrás en series para streaming (Juan Sebastián Calero, Paula Castaño), entre otras personalidades cuya actuación estuvo sobresaliente. No sentí momentos de sobreactuación o de directa ridiculez durante los seis episodios… Todo lo contrario, al demostrar profesionalismo y buen desempeño en sus respectivos papeles. Se pueden destacar las interpretaciones del ya mencionado Calero y de Marcela Benjumea, quienes desde sus roles demostraron la alta calidad y versatilidad que puede mostrar un artista latinoamericano, incluso comparable a referentes audiovisuales de nivel mundial.

Aquí viene otro de los puntos fuertes de esta producción: la música: ¡Ay Dios!, un conjunto de maravillosas piezas auditivas que ambientan de forma exquisita aquel gran incidente de mediados de los 90, en donde se pueden encontrar nombres como los de Estados Alterados, Los Saicos, 1280 Almas, Los Panchos, Fruko y sus Tesos, Hombres G, Timbiriche, Los Embajadores del Vallenato, La Etnnia, entre otros; sin olvidar a Los Prisioneros con cierta canción emblemática que salió en el trailer. Es de admirar que la variedad de géneros, contextos y estilos que se abordaron en el soundtrack continuara siendo coherente con los escenarios y la época en donde acontecen estas situaciones. Así mismo, resulta ser una gran oportunidad para descubrir nuevos gustos musicales.

Si no fuera por este seriado, no habría conocido a los pioneros del punk: El grupo peruano "Los Saicos". Su mayor éxito es una melodia ruda, divertida y muy controversial.

En conclusión, tenemos en frente a una de las creaciones colombiana más ingeniosas de los últimos tiempos. A pesar de que lejos quedan los tiempos en los que la pantalla chica de este país brillaba por méritos valederos, y que actualmente las repeticiones de pésimas novelas son el pan de cada día; es muy agradable ver que aún se elaboran series con un esfuerzo notable de calidad, donde se nos permite explorar momentos icónicos y memorables actuaciones que nos regresan la fe en una industria colombiana que se fortalece continuamente y que regresa triunfalmente a los focos internacionales. 

No es perfecta, claro esta…  Porque si se notan algunos elementos que impulsan la historia artificialmente o personajes sin foco; pero eso no le quita tener una historia en su mayoría correctamente estructurada, un elenco definido con un desarrollo evidente de roles y una banda sonora multicultural y adecuada para cada situación. ¡Que la sorpresa, la tensión y la emotividad los acompañen en este maravilloso recorrido! 

Valla promocionando la miniserie al frente del Banco de Valledupar, donde 26 años atrás ocurriría el curioso evento. Buena estrategia de marketing, ¿No?

Aquí termino esta reseña a este particular estreno de Netflix. Pendientes de próximas columnas. ¡Nos vemos en una próxima ocasión!

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“Los finales siempre marcan nuevos comienzos”

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