6.30.2025

AlbumEscape #29: Clics Modernos – Charly García [1983]

Hay obras de arte cuya apreciación puede modificarse de acuerdo al momento en el cual lleguen al espectador. Uno de los ejemplos más cercanos a la temática musical de esta dimensión puede ser la discografía de Los Prisioneros, que puede tener un mayor impacto en una época adolescente o juvenil, pero que antes o después de aquel momento de la vida, posiblemente no sea tan significativa o trascendente por el contexto opuesto que puede atravesar la persona.

Algo así me sucedió con todo lo que gira en torno a Charly García, aquel famoso cantautor conocido por su desempeño prolífico en bandas como Sui Generis, Serú Giran y La Máquina de Hacer Pájaros; sin mencionar su aclamada carrera solista en la que se forjó como uno de los padres del rock argentino junto al ya fallecido Luis Alberto Spinetta.

Por mi parte, siempre lo vi lejano del estilo musical que disfrutaba… Siempre fui más de Soda Stereo, banda que admiro y por la que tengo alta fascinación desde décimo grado. Y al llegar propuestas semejantes, estas contaban con una perspectiva que sentía más madura (Spinetta) o más serena (Fito Páez) frente al caos que inevitablemente podía detectar en las composiciones de Charly. No obstante, desconocer el legado y el alto nivel de calidad que tenían sus obras sería bastante ignorante de mi parte, y durante muchos años quedó como ese artista incomprensible cuyo desempeño admiraba desde una lejanía notable sin contacto alguno con sus canciones.

Así iba a ser el nombre original del disco, pero surgió uno mejor...

Pero la situación cambió en estos últimos años, posteriores a mi época universitaria, en donde las obras de Charly fueron llegando poco a poco a mi diario vivir. Ya sea por el contexto que estuviera sucediendo a mi alrededor o por las recomendaciones que algún algoritmo me incluía en diferentes listas de reproducción; terminaba conociendo y disfrutando ciertas melodías del cantautor en cuestión. En adición a esto último, por motivos que aún no termino de tener claros, decidí aventurarme a escuchar de inicio a fin ese álbum insigne que era ampliamente reconocido y aclamado por el público en general; lo que desemboca en esta nueva reseña en la que buscamos verificar por qué ese disco marcó la historia del rock en español.

Bienvenidos a la revisión de “Clics Modernos”, el retrato de una sociedad cambiante y expectante en Argentina, y naturalmente en América Latina.

Clics Modernos [1983]

1.  Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)

2.  No soy un extraño

3.  Dos cero uno (Transas)

4.  Nuevos trapos

5.  Báncate ese defecto

6.  No me dejan salir

7.  Los dinosaurios

8.  Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)

9.  Ojos de videotape

Todas las canciones fueron escritas por Carlos Alberto García Moreno.

Podría dedicarme a hablar del origen de la portada del aclamado disco, fruto de un artista urbano (Richard Hambleton) que nunca se enteraría del uso de su obra como tapa de este álbum, o también podría hablar de las claras influencias que tiene esta obra en todo ese new wave de bandas como The Police o The Clash. Sin embargo, no deseo caer en lugares comunes al nuevamente traer a colación estos temas, por lo que prefiero que iniciemos un viaje alrededor de cada una de las melodías que conforman este material. Partamos:

Nos siguen pegando abajo, el inicio del baile mortal, una denuncia bailable que permite conocer la brutalidad policial lamentablemente típica en cualquier país de América Latina, pero incisiva sobre todo en aquella época oscura de la última dictadura militar en Argentina. Tema pesado no sólo el de su trasfondo, sino también el de la reacción que tuvo el público acerca de esta canción recién se lanzó, acusando a su autor de loco, vendido, e incluso inconsciente por, según la masa, no tratar con el debido respeto a esta triste realidad.

Sin embargo, la jugada resultó efectiva, logrando masificar su mensaje a un público extenso e introduciendo una tendencia musical que seguirían futuras bandas exitosas en su rubro. Es una joya adecuada para el inicio de este disco, que oscilará entre la fiesta, el dolor y la reflexión (y que mejor que una obra que mezcle las tres de manera inteligente).

No soy un extraño… La escuché por primera vez hace unos pocos meses y la percibí tan profunda como nostálgica, a pesar de no vivir en dicha época. La sentí muy propia desde el primer minuto, debido a esa sensación de serenidad que uno puede encontrar en lugares desconocidos… Muy común para quien les habla. La adaptación a una nueva realidad hace parte de ese cambio brusco que una sociedad puede vivir posterior a un evento traumático, y es posible describirla como esa calma que llega después de la tormenta. Ese relax, esa tranquilidad, definitivamente no tienen precio. Y al final, más que hablar, sólo basta con escuchar y experimentar…

Tengo un problema con Dos cero uno, una canción que critica la falta de autenticidad en artistas y personas después de cierto tiempo. Es una melodía muy bien armada a nivel instrumental, pero muy corta en duración, como si fuera un entremés. No sé si eso era lo que quería lograr Charly con este material, pero queda muy opacada por sus dos antecesoras, sin ser una mala producción.

Nuevos trapos. La canción que casi le da nombre al álbum la interpreto como una reflexión acerca de un afecto cotidiano, que busca mantenerse a flote a pesar del tiempo, las circunstancias y la dificultad de sobrellevar distintos tipos de personalidades. Un mensaje perfecto para aquellas personas con vínculos afectivos sólidos, que desean continuar viviendo junto a su compañero de vida a pesar de la complejidad que esto implica. Una bocanada de aire fresco al ambiente de crítica social y de reflexión que se tenía hasta el momento.

Báncate ese defecto regresa a ese estilo bailable y travieso con el que se inició el disco, acerca de reconocer las condiciones que evitan que seamos perfectos en una contexto social y temporal en el que eso está mal visto. De hecho, cuando la preocupación predominante de la sociedad es el aspecto corporal, el buen vestir y una actitud fresca, cualquier situación que pueda contradecir estos patrones van a ser mal vistos, o peor, ridiculizados o rechazados. En medio de los sintetizadores, se va abriendo una luz en medio de toda esa oscuridad, una nota esperanzadora a través del ambiente común de la canción, que simboliza el haber asumido los defectos como parte del ser. Una melodía muy bien armada.

La segunda parte del disco inicia con No me dejan salir, en donde de manera curiosa Charly García realiza un sampleo masivo de varias expresiones de James Brown para convertirlas en parte de la musicalización de la presente melodía. Con un estilo fiestero se expresa el hastío por la represión, la violencia y la censura de la dictadura que ya estaba a punto de terminarse; así como la esperanza por poder vivir un entorno más libre. Me gusta bastante el estilo punk de esta canción y esa notable rebeldía, pero siento que ha sido muy sobreexplotada, y eso sumado a su simpleza, puede jugarle en contra. Eso sí, nunca llega a ser mala o algo similar.

Un peso pesado, con un inicio imponente. Los Dinosaurios es aquel tema melancólico y nostálgico con el que se expresa el miedo constante de morir, de ser torturado y de ser desaparecido, lo cual era moneda corriente en la última dictadura argentina. Es un grito de protesta que, con una instrumentación suave, transmite el sufrimiento constante que se encuentra entrelazado con el anhelo de un mejor porvenir. Se volvería un clásico instantáneo, que representaría a todas las víctimas, en mayor o menor medida, de esa época oscura de la historia.

Continuando con las líricas dedicadas de manera directa a la situación represiva de Argentina de aquellos años tenemos Plateado sobre Plateado (Huellas en el Mar), en donde se describe la percepción de los diferentes profesionales y/o artistas que emigraron de su país debido a las constantes limitaciones y amenazas impuestas por el régimen. Una letra que ahonda en por qué ellos se debieron ir para seguir apoyando a sus familias y a su país, viviendo en un ambiente que claramente es diferente al del típico hogar. Si bien la instrumentación puede quedarse rezagada frente al peso de las líricas, sigue siendo una melodía que s conserva el equilibrio entre la tranquilidad exterior y la desesperación interior.

No tengo agua caliente en el calefón

No tengo que escribir canciones de amor

¿No ves que espero resucitar, mientras miras esos ojos de video tape?

Ojos de Video Tape es la canción que cierra el álbum, que juega con una ambigüedad lírica al tiempo que va entregando una composición hermosa en piano, acompañada posteriormente por los sintetizadores. Todo sucede por algún motivo, y las situaciones de la vida quizás no son tan apreciadas por la indiferencia y la actitud fría a la que nos ha acostumbrado esta sociedad. Bajo mi juicio, la canción invita a abandonar y despreciar el status quo al que posiblemente hemos cedido, para abrazar algo más grande: cada experiencia, cada emoción y cada interacción con otra persona, vivirla como si fuera el último día y no como si fuera otro día más. Un mensaje potente y un estilo musical divino, perfecto para cerrar este disco legendario.

Apenas 35 días después de lanzado el disco, la dictadura militar en Argentina se terminaba para dar paso a un proceso de retorno a la democracia, en donde la censura sería casi inexistente, las personas recobrarían sus libertades perdidas en los últimos siete años, los exiliados podrían regresar a su país, y se podrían empezar a buscar respuestas por los abusos cometidos en el infame periodo previo.

Imagen original de Revista Anfibia

Clics Modernos quedaría como aquel disco que marcaría la tendencia para lo que harían futuros artistas, como Fito Páez y Fabiana Cantilo.  Y Charly García continuaría aportando su talento al rock latinoamericano que tuvo su estallido en esa década, acompañado de talentos consolidados como Virus, o de nuevas promesas como Soda Stereo, que expandieron el arte nacional a otros países de la región, con mensajes que oscilaban entre la crítica social, el amor o la sexualidad.

¿Qué es lo que no soy ni nunca seré? Normal

A pesar de no ser el mayor admirador de Charly García, llegué a una etapa de la vida en el que puedo apreciar de manera más consciente cada una de sus obras. “Acabo de llegar, pero no soy un extraño…”

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