1.20.2017

El Gotero #4: La canción de retorno de Gorillaz

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

Esto será demasiado breve: Un juicio subjetivo realizado de la manera más objetiva basado en toda la trayectoria que el grupo en cuestión posee. Tengo que ser lo más serio y enfocado posible frente al tema musical que en estos días nos aqueja, como lo es cierto estreno artístico al que no he estado ajeno (que incluso fui de los primeros en presenciar el día de ayer).

Supuestamente ellos protagonizan El Gotero de hoy

Hallelujah Money: Eso fue lo que retumbó en mi cabeza durante las últimas horas. ¿Qué representan estas 2 palabras? Son el título de la primera canción de Gorillaz que vemos desde el 2012, cuando se realizó el alocado vídeo de Do Ya Thing. Una tonada apocalíptica con tintes de crítica hacia el ya presidente de Gringolandia (El señor McDonald Trump), y que pretende mostrar un poco del enfoque que se está tomando en el estilo del próximo disco de la banda virtual.

A continuación, presento el vídeo:

Por supuesto que no es un sencillo promocional, ni algo parecido. Es muy posible que esté incluido en el álbum que vendrá en meses posteriores; pero será relevante sólo por la intención con la que fue creada, mas no por los méritos o virtudes que tenga como una melodía producida por Gorillaz.

Ya pasando a analizar la canción como tal, existe una elaboración meticulosa en las líricas que nos permite comprender a través de distintas metáforas la acción del poder y el dinero sobre la mente humana. ¿Es buena? Como una letra aparte de todo contexto musical y social, es buena y hasta crítica en su naturaleza. Sin embargo, todo esto se modifica cuando se adecúa al contexto en el que ha sido publicada: Una nueva canción de Gorillaz que critica a Trump.

Sólo ciertos factores se salvan de lo que sinceramente me decepcionó

Es a partir de ahí que todo lo bueno que mencioné, cae en picada hasta convertirse en una decepción anormal y que bordea lo regular. La canción no es Gorillaz, a pesar de que la voz de 2D adorne la parte posterior al coro. Y sí, como lo vieron, dije “adornar” porque eso es lo único que hace. ¿Por qué? No existe esa esencia de la banda virtual que se vio en el éxito de Demon Days, o en la discreción llamada Plastic Beach. Es más, ni siquiera parece que Gorillaz estuviera haciendo la canción… tan sólo es Damon Albarn (el autor detrás del grupo) haciéndole los coros a una tonada de Benjamin Clementine, quien es la mejor parte de la melodía.

Por si se lo preguntan, Benjami Clementine sostiene la canción (pero no lo suficiente para que sea exitosa)

La instrumentación es demasiado abstracta como para ser relevante (más allá de marcar los compases). Si quieren hacer algo apocalíptico, no es necesario que minimalicen tanto el apartado instrumental hasta que sólo quede una música de fondo muy simplona. Podían tomar como base lo realizado en Rhinestone Eyes para crear un contenido nuevo con más emociones contenidas que esta mezcla rara que tenemos aquí.

El concepto junto a la canción de Rhinestone Eyes. Disfrútenla!!

Si lo preguntan, si he tenido la oportunidad de escuchar los 3 principales trabajos de la banda virtual (Y en repetidas veces) como para ver una tendencia aproximada del estilo que se quiere llevar. ¿Acaso esto nuevo no será experimentación de algo nuevo bien tremendo? No lo es, esto ya se ha visto con otras agrupaciones indie que pasan de ser interesantes alternativas a ofrecer material pobre y demasiado simple. Con esto, Gorillaz estaría perdiendo gran parte de su esencia característica: Aquella dedicada a probar sonidos poco o nunca vistos en el pasado para ponerlos en práctica en cada fase. Innovación es el nombre más apropiado.

Nació sólo para ser una protesta política, no precisamente para cuadrar con el estilo del grupo. Por eso, no cumple con las expectativas.

De resto, pues Ben hace un buen trabajo como colaborador y tiene más protagonismo que el grupo del cual anuncian su esperado regreso. Buena voz y buena química con las letras. Pero como antesala a un disco de una de las rarezas más cautivadoras, está por debajo del mínimo de calidad que puede tener la banda. Es un simple panfleto anti-Trump con metáforas bonitas, ritmo escaso y esencia prácticamente nula.

Y al final, el desempeño conseguido es el siguiente:

¡Recuerden el medidor!

DESEMPEÑO: -1 (Primera nota negativa que doy). Aunque al principio luce como algo diferente, cae en una propuesta demasiado simplona y sin un estilo presente. No siento a Gorillaz en este panfleto en contra del nuevo jodido presidente de Gringolandia y de por sí, el estilo apocalíptico no le ayuda mucho (Hasta va en contra del espíritu innovador que siempre llevó la agrupación). Es de esas canciones que pretende decirte en la cara: “Hola, soy rara y diferente. ¡Siente mi naturaleza! ¡SIENTELA!”. Mediocre, medio genérica, sólo la salva Benjamin. ¡Fin!


Si preguntan, aún le tengo fe a la Fase 4. Sé que Gorillaz trae cosas mucho mejores que esta en el próximo álbum. Así que, con suma decepción, pero con lo que me queda de ánimo, me despido. ¡Hasta la próxima!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

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