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3.03.2019

La leyenda de los Sudamerican Rockers - Capítulo 1: Siempre quedas mal con alguien

Ahora han entrado a un nuevo inicio!


¿Qué es ser Prisionero? Es algo que trasciende más allá de estar en una celda tras barrotes. Es estar restringido de la libertad, pero no de manera formal. ¿Entonces cómo? De manera informal, pero legal en la época de acuerdo a los hechos. Si te pillan realizando alguna acción que “se supone que” no debes hacer, te pueden aprehender para después torturarte… O en el peor de los casos, te asesinan para que luego te arrojen al mar y quedes como un desaparecido más que nadie pudo encontrar. Eso era la salvaje y maldita dictadura de los años 70’s y 80’s en Chile. Y tres muchachos se revelaron…


"Ya viene, la fuerza..."

A comienzos de 1983, Jorge González entraría a estudiar a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile; Claudio Narea empezaría a estudiar Ingeniería en la USACH (o Universidad de Santiago, para los recién aparecidos); y Miguel Tapia… tan misterioso como siempre. La vida universitaria representó un desafío adicional para las vidas de los 3 cabros, los cuales terminarían renunciando a sus carreras poco tiempo después para concentrarse en aquel arte que les apasionaba: la música.


No obstante, aún faltaría una pieza clave para que la carrera de estos muchachines comenzara de la mejor manera; y llegaría a la misma facultad en la que Jorge estaba recién entrado. Carlos Fonseca, antiguo estudiante de Ingeniería Comercial en la Católica, había decidido abandonar dicha carrera para sumergirse en el mundo de la música. Y ya, en la Facultad de Artes de la U de Chile, luego de que Jorge molestara a una de sus docentes, ambos chicos empezaron a hablar y a conocerse.


Fonseca ofreció un punto de vista más profesional al grupo acerca de cómo se debía producir y elaborar un álbum.

Poco a poco, Fonseca y González entablaron una valiosa amistad. El primero descubrió el talento del segundo cuando logró observar una de sus composiciones para el primer disco: Unos primeros versos que confirmaban la genialidad escrita del sanmiguelino. En unos meses, Carlos se convertiría en el manager del futuro proyecto del trío González/Narea/Tapia. Y las clases de música de primer semestre eran utilizadas para componer los futuros lanzamientos de aquel grupo que iba a salir a la luz en unos cuantos meses.


En Julio, Los Prisioneros debutaron en una presentación en el Colegio Miguel Prado, el cual presenció las nuevas letras que Jorge había compuesto en el período posterior al que Los Vinchukas fueron disueltos. De hecho, estas canciones hacían parte de las novedades que Jorge había compuesto durante su primer período académico en la U de Chile. Poco después, se dio la oportunidad para que Carlos Fonseca conociera a los otros dos miembros del grupo, logrando un choque de egos con Claudio Narea de tal forma que pretendía sacarlo del proyecto por ser un guitarrista descuidado. Sus otros dos compañeros lo defendieron y permaneció en la banda.


El proyecto aún estaba recién formado, y las broncas no habían crecido lo suficiente como para que un integrante saliera por la puerta de atrás.

Sería cuestión de tiempo para que se grabaran los primeros demos del disco. Se evidenciaba que las condiciones de estas primeras pruebas eran absolutamente precarias, además de que no contaban con materiales básicos para una banda de rock, como lo son unos amplificadores. Mejor dicho: Todo alquilado o prestado. Y el desarrollo del álbum definitivo se daría en dos diferentes estudios profesionales: el de Francisco Straub y el de Alejandro Lyon. En el primero, se grabaron todas las piezas de punk-rock; mientras que el segundo fue el predilecto para las canciones de tipo reggae o ska. La mezcolanza se notaría ampliamente en la primer versión del álbum que saldría a las calles.


Un 13 de diciembre de 1984 saldrían a la luz las primeras copias en cassette del debut del trío de San Miguel. ¿El nombre? Por una recomendación acertada de Carlos Fonseca, no fue un homónimo como el de otros grupos de la época. Tenía un nombre con mayor impacto, el cual marcaría a una generación entera: “La voz de los ‘80”.


La voz de los ‘80 [1984]


1.  La voz de los ‘80
2.  Brigada de Negro
3.  Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos
4.  Eve-Evelyn
5.  Sexo
6.  ¿Quién mató a Marilyn?
7.  Paramar
8.  No necesitamos banderas
9.  Mentalidad Televisiva
10. Nunca quedas mal con nadie


Todas las canciones fueron escritas por Jorge González, con el apoyo de Miguel Tapia.


Cabe resaltar que se realizaron dos versiones de este lanzamiento de la banda. Difieren en distintos aspectos: Desde la portada, hasta la calidad del sonido. Aquí presento un resumen rápido de las diferencias entre ambas:

De izq. a der.: Primera Versión y Segunda Versión de La voz de los '80.

Primera Versión:
  • Inspiraba más crudeza, estableciendo las precarias condiciones en las cuales se vivía en Chile en aquellos años.
  • Portada: El trío parado en frente de unas ruinas en una fábrica abandonada de cervezas.
  • Tipografía: Letras rojas en mayúscula.
  • Sonido: Un poco más agudo. Rústico. Oscuro. Algunos instrumentos desafinaban en ocasiones.
Segunda Versión:
  • Aunque no podría definirse como elegante, si presentaba un escenario más limpio y más esperanzador para aquella época. La sangre adolescente dominaría el contexto nacional.
  • Portada: El trío posando al frente de un local comercial de La Vega Central (un mercado de frutas y verduras en Santiago), con instrumentos en mano.
  • Tipografía: Nombre de la banda en letra blanca mayúscula en un rectángulo de fondo rojo. El nombre del disco está escrito en letra cursiva negra.
  • Sonido: Más perfeccionado, con la corrección de ciertas fallas de la versión anterior.
El primer trabajo de estudio del grupo compila la búsqueda por encontrar una clara identidad musical. Ahí estaban las críticas y las sátiras a la sociedad, con énfasis especial en el régimen dictatorial que Chile sufría en aquel entonces. Y el éxito sería paulatino: La venta de las primeras copias se daría en cuestión de días, pero el reconocimiento no llegaría sino hasta mediados de 1985. Ningún grupo crítico de la situación de ese momento tendría la fama que los sanmiguelinos llegaron a tener. ¿Cómo se desarrolló ese logro? La respuesta está en cada canción, por lo que ha llegado la hora de introducirnos a esos 10 tracks.


Comienzo fuerte, amplio y convincente. “Ya viene la fuerza, La voz de los ‘80”... Un himno generacional acerca de las oportunidades que podía traer una nueva década, una nueva generación de jóvenes con metas de distinto tipo, una nueva esencia que no se dejaría aplastar por las barreras sociales impuestas en el pasado. De hecho, el mismo ritmo punk rock y new wave resultó ser lo suficientemente atrayente para ser un ícono de toda la historia de la música chilena. A nivel instrumental, cuenta con acordes básicos (en escala de La) que al mismo tiempo son certeros, resaltando el ambiente “rebelde” que denotan el bajo y la guitarra en cada fragmento. Gran pieza del rock en español, definitivamente.


"De las entrañas de nuestras ciudades, surge la piel que vestirá al mundo"

Brigada de Negro, el track más aguafiestas del disco… No está mal. La onda new wave continuaba con un compás más lento, refiriéndose al desprecio por la euforia en aquellas noches sin control que abundan en la juventud… Pero irónicamente, el hacer parte de esos eventos era la regla. De forma textual, se narran todos aquellos sucesos que ocurrían durante el “sábado en la noche”. Y en el apartado instrumental no hay mucho por resaltar, salvo el ambiente más pausado que se crea con cada acorde. Es buena, pero no es muy destacable.


"La noche es joven para vestir letreros en tu ropa. Convence a tu chiquilla, que te pareces a su ídolo"

Verdades que duelen: Eso es Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos, un reflejo de lo patético que se puede ver un “tercermundista” defendiendo o preocupándose por lo que ocurre en el Primer Mundo, mientras estos últimos no les interesa en lo absoluto lo que suceda con ese pueblito ingenuo. El ritmo resulta ser una mezcolanza de reggae y ska, ambientada como una canción infantil debido al tono juguetón en el que se mueve la misma. La voz no necesita ser potente, necesita inspirar sátira burlesca… Y lo hace. Simpática.


"Las potencias son los protectores que prueban sus armas en nuestras guerrillas. Ya sean rojos o rayados, a la hora del final no hay diferencia"

Eve-Evelyn es más un trauma de la infancia que otra cosa. Está dedicada a esa chica del vecindario que todos los amigos deseaban como novia, y que nunca lograron atraer. Sentimientos infantiles y juveniles de por medio, la pieza no me parece realmente atractiva. Es notable y hasta agradable su inspiración en Maniac de Michael Sembello, de la cual sacó su beat característico que alcanza su furor en la sección del estribillo. No obstante, se hace pesada y oscura sin razón alguna… Como si le faltara algo. No es mala, pero deja mucho que desear.


"Dame un poco más de tu boca. Toda tu piel me provoca"

Sexo… Un tesoro musical que se dedica a romper tabúes, además de burlarse del extremo consumismo de la sociedad en general en lo referente a temas pornográficos. La pornografía no es mala en sí, lo reprochable es esa cultura del cliente imbécil que se deja llevar por cualquier promesa relacionada con ese tema aún tabú. Resultó ser la primera incursión al ska de Los Prisioneros, con unos resultados excelentes. Es más fácil de digerir que el primer track, además de que cuenta con una letra totalmente explícita, aderezada con un verso particular que cuadra con el ambiente de la canción casi al final


“Gamulán que se duerme, se lo lleva la corriente. Tangente de 45.”. Bien jugado por el trío dinámico. Y en la parte instrumental abundan los acordes básicos como en las demás canciones, a pesar de que la interpretación de cada una brilla en cada parte de la tonada: la batería al principio, el bajo en el medio y la guitarra en los coros. Excelencia pura… La mejor del álbum.


"Ya no hay de qué enrojecer, es cotidiano ya lo ves. Ahora la virginidad es una cosa medieval"

Como para variar respecto al factor vocal, tenemos a Miguel Tapia en una aparición estelar como voz principal de ¿Quién mató a Marilyn?, una melodía que divaga entre los miles de posibles culpables (unos más fantásticos que otros) de la muerte de Marilyn Monroe. Desde el ratón Mickey, hasta Rodrigo Beltrán o algún alquimista; ¿Quién la había podido matar? A nadie le importa más que al que canta, y eso es mucho decir: Estamos frente a una crítica certera frente a la obsesión enfermiza que el público tiene sobre los ídolos de la cultura popular.


De regreso al ritmo imperante en los primeros tracks de La voz de los 80, Marilyn propone un estilo que raya entre la sátira y la desesperación. La letra no es muy profunda, aunque el sentido que posee la misma es más revelador que cualquier otra cosa. Buena.


"Busco en los diarios la explicación, pero la prensa me deja peor"

Paramar: Salir de la ingenuidad de que el amor es lo más bello del mundo, para entrar en una sintonía en la que la estupidez, la hipocresía y el pesimismo son el pan de cada día. Otra de las melodías icónicas de Los Prisioneros hace acto de aparición, con unos coros pegadizos a más no poder y un desempeño vocal tan amplio como admirable. El apartado instrumental no resalta más que la voz (exceptuando cierto segmento casi al final), pero hace un buen complemento de una tonada satisfactoria. Grandiosa!


"Debes evitar soñar, debes olvidar soñar"

El poder de decidir es abordado en otro de los clásicos de la banda. No necesitamos banderas es una voz de protesta contra todos los cánones que se han establecido para encasillar a cada persona de la sociedad en distintas categorías, sin que este lo desee desde un principio. La religión, la nacionalidad, entre otras cosas que sólo logran dividir la unión de los individuos. Es el himno de la unión latinoamericana, la cual ha afrontado situaciones parecidas a lo largo de la historia y sigue ahí, luchando con todo lo que puede.

Un ritmo amistoso y fraterno como el reggae fue el elegido para ambientar este mensaje, cuya calma contrasta con el mensaje contundente y certero que da acerca de una realidad que nos es imposible negar incluso a día de hoy: “Cada vez nos coartan más nuestras decisiones”. Instrumental y vocalmente, la pista es efectiva; aunque esto puede quedar opacado por el genial mensaje que es transmitido. Espectacular!


"Declaramos romper de forma oficial, los lazos que nos pudieron atar alguna vez"

Mentalidad televisiva es una directa crítica al pensamiento limitado e incompetente del televidente, el cual no le interesa que la “caja mágica” le arroje contenido basura: Siempre va a estar sumiso y recibir toda la asquerosidad posible. No brilla mucho, a pesar de contar con un gancho algo similar al jingle del Festival de Viña del Mar (algo confesado por el mismo Jorge González). Desde un punto de vista personal, es una interpretación muy similar a Marilyn con menos gracia. Mediocre.


"Y la imaginación, si es que tuvo ya la perdió; y en su lugar instaló un vídeo tape"

Nunca quedas mal con nadie es una burla a todos aquellos que no ponen las manos al fuego a la hora de opinar o actuar respecto a una postura de pensamiento. Es una manera original para cerrar el álbum, pero no es convincente. Reminiscencias del punk se acoplan a esta canción de una forma similar a cierta canción acerca de la telequinesis de una banda argentina, pero con mayor profundidad lírica. De resto, no es muy interesante a nivel auditivo. Extraña, muy extraña.


"Dime si tu fin es algo atacar o ganar aplausos"

Los diez tracks terminan con un sinsabor notable, pero eso no les quita el mérito de haber ofrecido un trabajo musical sólido en conjunto. No por nada, fue el hito que marcó la apertura del pop rock chileno a nivel internacional. El grupo logró manifestar lo que estaba sucediendo en aquel Chile de 1984 de una manera tanto crítica como creativa, y el éxito llegó por inercia. También favoreció el hecho de que Argentina le cerrara la entrada al rock británico, posibilitando el fortalecimiento del rock en español en la región (Incluyendo Chile, Uruguay y la ya mencionada Argentina).


Ya se había dado el despegue de su carrera. Era cuestión de tiempo su internacionalización masiva.

Más adelante, el trío experimentaría el éxito en los escenarios más importantes del país. Sin embargo, no la tendrían tan fácil considerando la dictadura represiva en la cual se encontraban inmersos. De igual manera, “los reprimieron tanto que explotaron aún más”... Algo evidente en futuros discos de la banda, los cuales vamos a ver en siguientes artículos.

Aquí termina este capítulo. Nos vemos en una próxima ocasión. ¡Hasta la otra!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

1.14.2019

La leyenda de los Sudamerican Rockers - Capítulo 0: Los Verdaderos Pillos

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

En 1979, Chile era lo suficientemente distinto para ser considerado un lugar en el que el día a día hacía surgir la dificultad en cada uno de los hogares. Tras 6 años de dictadura, el riesgo de desapariciones y muertes estaba en su punto más alto, además de que la tensión entre insurgentes legales e ilegales no hacía más que volver a explotar en cada ocasión posible.

¿Es usted feliz? (Santiago de Chile, 1979)

Una generación de niños había crecido lo suficiente como para ya estar creciditos en el ocaso de esa década desoladora y poco prometedora. Era impensable que a partir del compañerismo (y posterior amistad) de tres jovencitos pertenecientes al Liceo 6 de San Miguel, se formarían uno de los más afamados legados de toda la historia de la música latinoamericana. Cabe destacar que así sucedió, pero me estoy adelantando bastante. Ya saben, todo a su tiempo.

El liceo 6 (actualmente llamado Andrés Bello) de San Miguel, en la actualidad.

El interés por la música, las ganas de trascender con dicho arte, y el ánimo de divertirse, fueron los impulsores de que Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, con apenas 15 años, se plantearan el hecho de formar bandas en las que se explorara la capacidad artística de cada uno. Eso sí, Tapia no estaría involucrado directamente con el primer grupo, pero si sería cercano a Jorge y Claudio desde ese entonces.

El primer antecedente del grupo definitivo serían Los Pseudopillos, unos chicos menores de edad con la rebeldía suficiente en aquella época de “rapear” en contra de las injusticias que un gobierno cínico hacía sufrir a los chilenos de aquel entonces, además de ironías difíciles de descifrar acerca de la idiosincrasia chilena.

Pseudopillos - De izq a der: Claudio, Jorge y los hermanos Beltrán.

No existieron reales trabajos discográficos de esta fase tan anterior a lo que en un futuro serían “Los Prisioneros”; aunque son de admirar los recopilatorios ofrecido por Claudio Narea en sus redes sociales en las que se pueden apreciar diversas composiciones de esos chicos sanmiguelinos con instrumentos rústicos, sonido incompetente y amplio vocabulario.

A continuación, una muestra de lo que fueron los Pseudopillos en su máximo furor.

Rodrigo y Álvaro Beltrán eran los otros dos protagonistas de este proyecto. Vecinos de Claudio, compañeros con los que disfrutarían la comedia de varias de las canciones ingeniadas en Pseudópillolandia. No obstante, Jorge y Miguel querían enfocarse hacia una idea más enfocada a una seriedad musical, debido a que ambicionaban con ser los “beatles” de su época.

Dicha intención, se concretaría en la creación de una segunda banda. De nuevo, la influencia de Claudio fue la que otorgó el nombre al proyecto: Los Vinchukas, insectos peligrosos que contempló en una clase del Liceo, y con una cierta familiaridad a los “escarabajos” creadores del legendario Abbey Road..

Los futuros "Prisioneros"

¿Integrantes? Miguel, Claudio, Jorge y Álvaro. Sus composiciones se centran en un contexto más oscuro y de mayor confrontación a la sociedad absurda en la que vivía el territorio austral a comienzos de los años 80. Incluso una de las composiciones iniciales de la banda se burlaba abiertamente de toda esa cultura progresista y revolucionaria de la que supuestamente hacían parte. Fue curioso y muy genial.

Los Vinchukas debutarían en Mayo de 1982 en el mismo lugar donde se conocieron, ese Liceo 6 del que ya se iban a graduar (Hasta existe registro auditivo de esa primera presentación). Después de múltiples presentaciones en otros institutos, el grupo experimentaría una ruptura a finales de 1982 en donde la incertidumbre parecía adueñarse del futuro de aquellos jóvenes.

¿Te sientes un rebelde o algo por el estilo?

Sin embargo, y actuando de manera rápida, Claudio decidió reunirse con Jorge y Miguel para reagruparse en formación de trío y empezar una nueva etapa musical. La cuestión de vinchukas debía quedarse en el pasado por dos razones: Uno, que aquellos muchachos deseaban tener un nombre más profesional. Dos, que no deseaban que Álvaro Beltrán regresara a tocar, debido a la innecesaria interferencia que su hermano había tenido en la anterior banda (Además de ciertos roces con Jorge… Todo por una mujer).

¿Los Criminales? No, era un nombre muy revelador y poco fiable con la realidad… Miguel se las había ingeniado para idearse algo más acorde y más atractivo: Los Prisioneros. ¡La raja!* ¡Los Prisioneros!

*La raja: Bacano, increíble, lo mejor

El trío definitivo de Chile había quedado conformado.

Aquí termina el capítulo piloto de una serie histórica que quiero realizar analizando la historia de la que, a mi parecer, se convirtió en el grupo de rock chileno más importante de la música. Pendientes de la página, que pronto saldrá la siguiente parte. ¡Hasta la otra!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”