12.24.2018

Carta de Agradecimiento de Navidad (2018)

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

Amigos, amigas… Realmente no sé qué hacer para este especial de navidad. Es más, pensé que Diciembre sería un mes bastante abundante en cuanto a contenido, pero creo que me equivoque gracias a todas las ocupaciones relacionadas con mi vida académica, las cuales ahora invaden hasta el tiempo de “descanso” con el que cuento.

No obstante, deseo realizar un artículo muy sincero y lo suficientemente humilde para reflejar que lo más importante para la Navidad es la intención, el detalle y el capitalismo salvaje. Como sea jaja. Empecemos con esto.

Imagen improvisada de Navidad #1: Adornitos del viejo pascuero (O Papá Noel, o Santa Atroz, yo que sé).

Recuerdo que hace dos años, para estas mismas fechas, realizaba una carta clásica al ente de turno para que cumpliera mis esperanzas superiores e implacables. De las siete que realicé en aquel momento, sólo tres se cumplieron a duras penas, permitiendo que el destino me odiará en el momento en el que las cuatro súplicas restantes tomaron el peor efecto inverso que me pude imaginar: El mainstream musical estuvo peor que nunca, no hubo una segunda edición del ALMAX, las tendencias y retos pendejos en internet continúan, y la nostalgia fue tan explotada al punto de reventar en la cara con las peores nuevas versiones de series y películas del pasado (salvo ciertas excepciones).

Por lo que, decido asumir que otra carta de navidad como la del 2016 va a joder el mundo de peor manera. Y así mismo, presento mi carta de agradecimientos de 2018: Un compendio de distintos fenómenos por los que me encuentro agradecido que sucedieran en este año. De esta manera, sabrán si estuve conectado con todo lo que fue “trendy” en el año… O si sencillamente viví debajo de una roca por 365 días. ¡Vamos allá!

Carta de Agradecimiento de Navidad (2018)

Apreciado Niñ… (Creo que no vale la pena hacer copypaste de la anterior jaja).

En esta ocasión, doy gracias en todo lo que fue este año...

1.  Por los conciertos a los que fuí, pero más importante: Por los conciertos a los que no fuí. Agradezco por haber tenido la oportunidad de comprar entradas para uno de los conciertos más multitudinarios de la escena local colombiana, para luego no asistir gracias a un viaje hacia un sitio más abajo del Trópico de Capricornio. No tengo talento vendiendo boletas de eventos, y esto quedó inmortalizado en la lista de enemil conciertos a los que nunca fui. Gracias formales.

Esta fue la divinura a la cual no pude ir. Que lindura, ¿verdad?

2.  Por las películas más entretenidas del año. O más bien, Avengers Infinity War y compañía. Disfruto de esa acción desenfrenada y palomera que existe todos los años y que se convierte en un fenómeno de masas. Es el mainstream del cine, del cual hago parte y disfruto. Para aquellas poquísimas personas que se sienten aludidas cuando ignoro, o en últimas, despotrico contra sus canciones tendencia favoritas; conformense con que a nivel cinematográfico, soy uno más del montón. Gracias montoneras.

Como no tengo una foto mía en el cine (Y no estoy aún tan pendejo para hacerla, ahí les va una cualquiera de Internet).

3.  Por toda la música buena que salió este año. Porque la gente se interesa más por los contenidos elaborados, dejando atrás esos productos fáciles y sin chiste que inundan la sección de tendencias del YouTube. Es más, hasta el resurgimiento de la música de Queen hizo algo bueno. Pero hablando específicamente de novedades, tuvimos a las despampanantes Kali Uchis y Rosalía alcanzando la máxima popularidad bien merecida, observamos cómo regresaban los MonsieurPe de una linda forma, contemplamos como Gorillaz vino a Colombia en un festival al que… ¡Correcto! ¡No asistí!... Y un larguísimo etcétera en el que incluyo a Nata, Mon, Rozalén, Anaadi, Carla, Ángela, Nana, Claudia… Y con esto nos damos cuenta de que este fue un gran año para el poder femenino. Gracias melódicas.

La considero, a nivel personal, la mejor canción del año. Gracias, Karly!!

4.  Por los memes generados durante este año. Variopintos especímenes sacado de lo más profundo de las mentes más inesperadas posibles (bueno, de hecho no se sabe quiénes fueron los genios que inventaron cada una de estas tendencias). Desde las hamburguejas al vapor, hasta los créditos finales: Cosas sabrosas y bien hechas que dejaron en alto (y no tan alto) el nombre de la internet. Gracias memeras.

Hamburguejas al Vapor, el fenómeno que sacudió la red a principio de año!! (Créditos a somhujy7)

5.  Por el matrimonio de Adonay. Porque Lupita pudo bailar aunque su papá era un aguafiestas. Por todos esos hechos históricos a los cuales no les ponemos cuidado por pendejos cada año. Gracias pendejas.

Infaltable a final de año!!

6.  Por los que están y por los que ya no. Porque la ausencia que provoca el tema tabú de la muerte no nos agobie, sino que más bien podamos convivir con ese hecho de una forma tranquila y coqueta, cuál mexicano en día de muertos. Este también fue un año en el que la vida se terminó para muchas personas, pero lo único que resta es preservar el recuerdo de aquellos y vivir cada día de la forma más interesante posible, aprovechando cada momento. Gracias fúnebres.


7.  Por el dulce afecto familiar de cada casa. Por el compañerismo y el aprecio entre amigos y cercanos. Por las relaciones de pareja que no me duran más de 44 días, pero que están ahí, capando pantalla. Porque el próximo año esté lleno de más afecto entre cercanos, más cariño entre familias, y menos melosería entre aquellos tortolitos que exageran su cariño hasta el punto de pedir pista en la sala de cine más cercana. Capaz y se calman si les colocamos unas esposas en cada brazo (O tal vez lo empeore. Depende de como se le mire). Gracias sinceras.

Dejen la melosería. Ya me absorbió a mi... Que no lo haga con ustedes!

8.  Por los primeros tres años de esta página. Los cuales han estado llenos de energía, pasión, historias indescifrables (hasta ahora), deseo sensual, tierna subjetividad, y un montón de temas que aún tienen que ser tratados por aquí. Un proyecto que, aunque ha disminuido su impacto en los últimos años a una mínima cantidad de visitas que fácilmente pueden ser contadas por un niño de dos años, continúa por puro amor al arte hasta que el agotamiento logre ser mayor a las ganas que tengo de hablar paja… pero no cualquier paja: Paja intelectual. Gracias pajeras.

Y todo comenzó así. En blanco y desde cero. El proyecto ha avanzado mucho en contenido, y muy poco en el logo.

Y así terminamos esto. Falta poco para terminar el 2018… Por lo que les deseo ¡Felices Fiestas!
 “No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo; algunos siguen hasta hoy. ¡Gracias….. totales!” . (Gustavo Cerati)


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

12.10.2018

AlbumEscape #16: Norma – Mon Laferte (2018)

¿Otro artículo? ¿Tan seguido del anterior? ¿Acaso estás enfermo?...

Estamos en Diciembre, y deseo compensar el tiempo que pasamos sin contenido en esta página. Por lo que quiero continuar con la reseña de una pieza discográfica que salió a la luz hace un mes, trayendo de vuelta a la señorita Monserrat Bustamante Laferte en su máximo esplendor. De hecho, me pareció bastante extraño que la publicación de este álbum se diera poco antes de dos años después al lanzamiento de La Trenza, su producción inmediatamente anterior (Cuya reseña pueden leer haciendo click aquí).

Otra vez hablando de Mon Laferte por aquí. Esta señorita da de qué hablar, definitivamente.

Ese disco no gozó de una excelencia destacable. Es más, fue aceptable a secas por el simple hecho de la falta de buen contenido en algunas melodías y letras, lo cual frustraba el esfuerzo de las verdaderas joyas sonoras por mostrar una pieza sobresaliente. Y así se quedó: Conocer y empezar a escuchar más a menudo a “Monse” ha sido bastante agradable, pero reconozco que La Trenza no fue ni será la gran cosa.

¡Hoy veremos el nuevo álbum de Mon Laferte: Norma! Bienvenidos a la reseña.


Norma (2018)

1.  Ronroneo
2.  No te me quites de acá
3.  ¿Por qué me fui a enamorar de ti?
4.  Quédate esta noche
5.  Caderas Blancas
6.  El Mambo
7.  El Beso
8.  Cumbia para olvidar
9.  Funeral
10. Si alguna vez (ft. El David Aguilar)

Todas las canciones fueron escritas por Mon Laferte. Otros autores que aportaron fueron: El David Aguilar (2,6,10) y Dámaso Pérez Prado (6).

El hecho de que un nuevo trabajo discográfico se lanzará poco tiempo después no me generaba muchas expectativas. Con eso, salió Norma y seguí al pie de la letra la instrucción que difundía la misma “Monse” en sus redes y en todas las entrevistas que dió: –Escuchar el disco completo, en orden, y no sólo darle importancia a los tres sencillos que habían salido. Y así fue… Posteriormente, quedé impactado por lo que había escuchado.

La misma creadora lo define como la historia del amor envuelta en un compilado de ”Canciones Cebolla”, lo cual en resumidas cuentas está conformado por todas esas propuestas románticas, baladas y boleros escuchados en las décadas de los 60’s, 70’s y 80’s (Lo que en otros lados, conocemos como “Música de Plancha”). Con esto dicho, difiero un montón con esa definición dada por Monserrat, por la simple razón de que pretende limitar su propio trabajo a unos pocos géneros musicales (Subestimando su propia creación, de paso).

A lo largo de la reseña del disco, veremos todo lo que la autora pretende abordar en cada historia.

Ronroneo: La entrada triunfal de este álbum. Una cumbia con el protagonismo del piano, la flauta, y la trompeta. ¿La letra? Una descripción de la sensación que causa el amor a primera vista y todas las ilusiones que ello implica. Con diversos recursos líricos, la composición resulta ser juguetona y atractiva para cualquier persona con un digno sentido del humor. La voz inspira ternura, al mismo tiempo que sensualidad. No se alcanza a tornarse repetitiva porque los mismos instrumentos le agregan variedad a la pieza en cuestión. Y los detalles guturales puestos en la mezcla son deleites auditivos. Puede sonar ridículo el concepto, pero destaca más por lo creativo. Muy buena.

"Beber de todo tu arte, suave como un ronroneo..."


Se avecina una explosión orgásmica (según un comentario de YouTube) de la mano de No te me quites de acá, una especie de tango con vestigios de jazz y blues que apelan al instinto más animal que puede tener un ser humano en su momento más íntimo con su amante. Las notas en el piano van elaborando un camino angelical que envuelve la melodía en una espiral de inevitable pasión y frenesí. Y de la misma forma, la letra coincide con aquello reflejado por cada instrumento, con el plus de la fuerza y el desgarro de la misma cantante… Una sorpresa espectacular, en definitiva.

"Sí, otra vez amanecí, enredada al frenesí, despeinada de tus besos"


Uno de los puntos más altos del disco es ¿Por qué me fui a enamorar de ti?, la incursión de Monse a ese género especial y legendario que conocemos como Salsa. Sencillamente, se aprovecha todo el potencial que la cantautora puede lograr a nivel artístico en un género tan sabroso como complejo. El único defecto que le encuentro es que los versos son en su mayor parte planos, sin algo que destaque a nivel vocal hasta el final de estos mismos y el comienzo del estribillo. Pero lo demás es de muy alta calidad: Desde la trompeta que está más viva que nunca, el guaguancó infaltable en el compás de la canción, la fuerza de la voz humana, los pregones que rememoran aquella época de auge de la Fania… En resumidas cuentas, un tesoro excelente.

"Estoy tan confundida, mas no estoy arrepentida... Si pudiera, te volvería a amar"

A continuación, están las dos melodías flojas del disco: Quédate esta noche y Caderas Blancas. Y no porque sean precisamente malas, o algo similar. Considero que no dan la talla para un álbum que desde el inicio ha intentado explicar las fases del amor, tratando de sacar a Mon Laferte de su zona de confort musical.


"Cuando me aflore la hipersensibilidad, no me lo tomes a mal... Es que tú provocas esto"

La primera, porque puede tomarse como una segunda parte de Primaveral, del disco anterior, así tal cual con su ritmo característico y con unas cuantas diferencias por aquí y por allá. Incluso, en aquella reseña deje en claro “Cuán tanto me fascinaba esa canción”, por lo que otra melodía por el mismo camino no resulta ser de mi agrado, por más de que la instrumentación mitigue el efecto. Y qué puedo decir de Caderas… Que sólo es linda y ya. Los arreglos de esta pieza y los detalles agregados en la mezcla son atractivos resaltables, incluyendo ese guiño al ritmo flamenco. Pero de resto, no resalta ni en la temática, ni en alguna interpretación vocal diferente a la que la misma cantante. Es simplemente agradable de escuchar, pero se queda corta frente a reliquias posteriores.

"Que bonito se siente esta turbulencia, llegaste amante divino como una tormenta"


Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ¡MAMBO! Es increíble contemplar como la señorita Laferte es una de las pocas intérpretes que puede pasearse entre un montón de géneros con una naturalidad impresionante cual Pedro por su casa. También, que sus mezclas e incursiones a lo trending son capaces de dejar en ridículo a aquellos que “encabezan” las tendencias. Y eso es El Mambo: Un trap mezclado con el ritmo que da nombre a la canción. El tono discreto, lastimado y tosco de Monse junto a una letra que demuestra desinterés y decepción con una pizca de sátira e ironía. Remata con la explosión de ¡Celos! que hay en el coro de este tesoro. No olvidemos los arreglos instrumentales serios y coquetos, además de cierto pequeño cover hecho al papá del ritmo. Joya sin precedentes.

"Me dejaste el corazón roto, me gastaste las siete vidas, derramaste tu terremoto"


El Beso, el primer sencillo del disco que en principio no me simpatizó. Una combinación de son cubano, dembow (la base de ya saben cuál género) y una estructura sólida de piano bastante movida. Derroche de tenacidad y de cierta angustia por el presagio del fin de una relación, en el marco del deleite de un último beso. Resalta la gran interpretación de voz de la cantante, a la vez que se van entrelazando cuántos más géneros se puedan en un licuado de emociones que coinciden en una letra atrevida, al mismo tiempo que dulce. ¡Está buena!

"Dime pa' que tanta pregunta, mejor tu boca y la mia buen juntas, aprovecha el vaivén. Sólo bésame bien"

No sé si lo hizo de manera intencional, o no; pero los acordes iniciales del bajo en la Cumbia para Olvidar son los mismos de cierta moda de cumbia-reggaeton de 2017 que debería ser olvidada por toda la humanidad. Aquí comienza el declive del amor. Y con esa cohesión entre el ritmo principal con vestigios de un estilo andino se va formando este exorcismo de malas energías, decepciones sentimentales y depresión total. El piano resulta indispensable para expresar la profunda tristeza. De hecho, me recuerda un poco al estilo de famosos baladistas como Leonardo Favio o Camilo Sesto, con la clara adición de la esencia inconfundible de la cantante. ¡Sobresaliente!

"No, no puedo ya vivir... Con esta cicatriz, me duele toda el alma"

Funeral: El tedio de la rutina contado a través de una pieza musical. Un bolero que muestra la insatisfacción, el agotamiento, el aburrimiento de la costumbre… Claramente, se terminó el amor que en algún tiempo estuvo más vivo que nunca. Ahora el vago recuerdo de aquel sentimiento es evocado por las cuerdas con acordes bastante suaves y decaídos. La voz de Mon Laferte resalta en los coros de una manera natural y orgánica, sin necesidad de elevarla o extenderla a niveles exagerados. Está “a su justa proporción” para que el sentimiento de inmersión continúe presente. Una bella composición.

"Perdóname mi amor, por haberte fallado. Me siento sola, y prefiero nuestro funeral"

El álbum termina con la primera y única colaboración hecha por Monse: Si alguna vez, junto a El David Aguilar, intérprete mexicano que, como pudimos ver en el artículo acerca de los Grammy Latinos (click aquí), es una promesa de la música bastante interesante, infravalorado en la actualidad. La melodía es una carta de agradecimiento a aquella persona que alguna vez fue especial en nuestras vidas, considerando que ya todo terminó sin posibilidad de retorno. Es sorprendente ver el género base con el que finaliza el disco: Una bachata, donde las cuerdas son las notables protagonistas. Y el featuring realizado es poco común en la industria musical actual: El acompañamiento es permanente, y ambos interpretan cada palabra de esta canción. Una manera enternecedora de terminar este disco.

"Si alguna vez nos volvemos a ver, abracemos la suerte. Y si nos toca la luna menguante, nos damos el chance"

A lo largo de estas 10 “fases” del amor, se evidencia que Mon Laferte exploró sus capacidades musicales en su máxima expresión. Continúa teniendo ciertas fallas y ciertos contenidos repetitivos, aunque no le quita mérito a todos los géneros que abordó y a las interesantes obras que creó en uno de sus trabajos más sinceros de toda su carrera. No creo que sea tan famoso como el Vol. 1 o tan premiado como La Trenza, pero si es posible decir que es el más cuidado y el mejor elaborado de estos últimos discos.

Procedo a dar el veredicto final de esta pieza discográfica.

Valoración Final: 2,5 (Muy bueno). Una digna mezcla de géneros envuelta en una historia de las distintas etapas del amor. Monse demuestra una mayor calidad a nivel lírico, instrumental y vocal con diversas joyas que confirman una evolución notable desde su trabajo anterior. El estilo folclórico se amplió a un mar de posibilidades que explora lo mejor de la música a nivel global. Las letras son un deleite (salvo contadas excepciones) y se experimenta una mayor madurez en el manejo de la voz. Un producto imperdible, que hasta al más indiferente de la música le va a llamar la atención.

Nos veremos en el siguiente artículo. Espero que no se tarde tanto. ¡Hasta la otra!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

11.30.2018

AlbumEscape #15: Siembra – Rubén Blades & Willie Colón (1978)

¡Ahora el fin marca un nuevo inicio!

Después de un espacio de un mes y algo en el que la ausencia de artículos fue la regla, regreso para no sólo analizar, sino que brindar un homenaje a uno de los géneros más ricos y completos dentro de la música latinoamericana.

Salsa: Un ritmo guapo, con todos sus elementos líricos, sonoros, y hasta estructurales, logró ser aquella combinación armoniosa de diversos tópicos antes vistos en el mambo, el son y la charanga, a tal punto de convertirse en una innovación deslumbrante cuya consolidación despegó en los años 60.

Las estrellas de Fania, la mayor casa salsera latina de la historia. ¿A cuántos reconocen?

A nivel subjetivo, podría decir que le tengo un gran respeto y aprecio a este grandioso universo musical. No soy experto en el tema, ni conozco todas las canciones, ni he tenido el placer de escuchar a todos los artistas reconocidos que interpretan con sus voces estas ideas melódicas. Pero con eso y todo, me encanta evocar cada detalle en varias de sus joyas más aclamadas a lo largo de la geografía americana (y más allá, posiblemente).

Resultaba ser uno de los muy pocos géneros cuyos discos todavía no reproducía completos debido al temor de lo que pudiera suceder después (un desencanto, quizás). Estaba subestimando esa herencia latina que se había propagado por toda la sangre latina, incluida la de mis orígenes. Por lo que procedí a comenzar por piezas de gran calibre… Una de ellas, hoy cumple 40 años, y fue la cumbre en aquella época del éxito de la salsa (aunque tal hecho sería sólo el principio de todo el boom provocado).

No sólo múltiples ventas. También, el prestigio que los involucrados (vocalistas, instrumentistas y disquera) alcanzaron y su posición como referentes que los impulsó a continuar carreras prometedoras y exitosas. Además, no se debe olvidar la mención del impacto social que disipó en todos los rincones donde se escuchó, donde la identidad latina, los derechos, y la posición contraria al abuso del poder fueron las banderas de este singular disco. ¡Bienvenidos al análisis de Siembra, creado por Rubén Blades y Willie Colón, un equipo ganador indudablemente!
Siembra (1978)

1.  Plástico
2.  Buscando Guayaba
3.  Pedro Navaja
4.  María Lionza
5.  Ojos
6.  Dime
7.  Siembra

Todas las canciones fueron escritas por Rubén Blades, excepto la 5, que fue escrita por Johnny Ortiz.
Sólo 7 composiciones fueron suficientes para alcanzar un estándar de calidad que a día de hoy sigue siendo referente para toda la música creada en América Latina. Este fue un álbum que provocó un montón de dudas antes de su lanzamiento, principalmente por su enfoque claramente politizado, sus historias demasiado elaboradas y consistentes, y una duración de melodías poco amigable con las emisoras radiales (Para que se hagan una idea, Pedro Navaja dura su buen rato de 7 minutos y medio).

El problema llegó a tal punto, de que Jerry Masucci, propietario de Fania, casi se niega por completo a avalar la publicación de esta rareza particular. No obstante, el experimentado Willie Colón logró convencer de que este novedoso trabajo discográfico sería una nueva oportunidad de éxito y otro peldaño de popularidad tanto en la trayectoria de ambos músicos, como en la historia de Fania. Y pues, terminó publicándose a mediados de 1978 con enormes expectativas.

Rubén y Willie, en sus años dorados...
¿Cuál es la manera menos esperada en la que en 1978, un álbum de Salsa puede empezar? Pues con un fragmento de 35 segundos de música disco, claramente. Y sí, coincidiendo con la popularidad de dicho género y la bomba que resultó ser John Travolta en Saturday Night Fever; esto es un desafío directo a la estrella de Vaselina, la cual retó y aseguró que los latinos no podían crear dicho género musical ni por equivocación [Referencia faltante]. Colón y Blades jugaron con candela, y el quemado fue el orgullo del señor Travolta, con una fama que decreció con el paso del tiempo.

Plástico: Una crítica de pura cepa en contra de la cultura consumista que desde aquella época ya abundaba. No sólo el materialismo, sino el arribismo, la esclavitud a las tendencias del mercado, hasta el marcado racismo que aún era un tema central a finales de la década de los 70’s. Un aliento de unión entre todas las mentes trabajadoras de América Latina, que compartiendo similitudes, podrían salir adelante a pesar de las apariencias engañosas. Cabe destacar el tono de protesta frente a los regímenes autoritarios de ciertos países, como lo indica el popular verso “Nicaragua sin Somoza”.

"Aparentando lo que no son, viviendo en un mundo de pura ilusión"

Instrumentación básicamente intachable, donde el señor Willie Colón demostraba tanta versatilidad que evitaba ser encasillado en un sólo estilo. Salsa, al fin y al cabo, pero con detalles que coqueteaban con otros géneros: Los evidentes segundos iniciales de música disco, la armonía del bajo que rememoraba la época clásica del rock, y los clásicos instrumentos de viento en los que “El Malo del Bronx” era el rey indiscutible. Más de seis minutos de genialidad que abrían las puertas a una propuesta llena de variedad y exploración musical.

Buscando Guayaba, una pieza muy sencilla con su “mendo”. Interpretaciones acerca del tema y su significado hay muchas, desde la analogía con las mujeres hasta la empatía del trabajo de los campesinos en su labor diaria (En lo personal, prefiero quedarme con la segunda, puesto que obtiene una mayor exploración de la cultura latinoamericana y una de sus mayores riquezas: su flora y su sabor). Los adornos en la letra añaden un tono más juguetón a unos pregones que alargan la búsqueda de esa magnífico manjar en toda la accidentada geografía de América Latina.

"Buscando guayaba ando yo, que tenga sabor, que tenga mendo!"

¿Qué es mendo? Esa chispa, ese ápice de excelencia con la que cuentan sólo una cantidad muy selecta de cosas en esta vida. Y respecto a la parte instrumental, pues está bien. No tiene elementos que destaquen más allá de lo normal en una canción creada por el dúo dinámico, pero sigue siendo simpática. Claramente está bien.

Pedro Navaja, la leyenda que el mismo Rubén Blades bajaría del pedestal años más tarde. No fue ese antihéroe legendario ni nada por el estilo, sino que fue un criminal que sigilosamente sembraba terror en los barrios bajos de Nueva York, inundados de latinos que soportaban ese día a día sin despeinarse. La ocasión para su caída llegó, impredeciblemente, claro está. Josefina Wilson, una prostituta cuya noche estuvo sin clientes para trabajar, le hizo un favor a la humanidad al ser aquella persona que, mientras el Pedro la apuñalaba, ella le disparó sin arrepentimientos y hasta burlándose de la desdicha del miserable. “No hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró”, porque el miedo de aquellas locaciones de La Gran Manzana era inamovible.

"Yo que pensaba: Hoy no es mi día, estoy salá'. Pero Pedro Navaja, tú estás peor, no estás en nada!"

Y a nivel sonoro, una preciosidad. Desde los sonidos ambientales de una noche llena de crimen y sirenas policiales, pasando por un teclado coqueto y atrevido en las partes sin letra, hasta llegar a la infaltable trombón, por parte de Luis Ortiz y con el sello de calidad Willie Colón. Además, cabe mencionar el bajo ya mencionado en Plástico, y la distinción del inicio y el final de la canción que emulaba al sonido de cualquier cortinilla genérica de noticias de “Último Minuto” en radio o TV. Sobresaliente ante todo.

Un intro tribal y misterioso, que luego va evolucionando con las notas de un piano, para llegar a una melodía de trombones que completaba la invocación a ese ente sobrenatural cuya bondad y belleza llega hasta el infinito. María Lionza, un canto a todo lo que evoca la naturaleza en dicha divinidad, icónica en la tradición oral venezolana. Una oda a la pureza de esa doña, presente en la belleza latinoamericana de la geografía, la cultura y la sociedad, aunque más enfocada hacia el “Bravo Pueblo”.

"Cuida el destino de los latinos: Vivir unidos y en libertad"

Entre todas las reliquias que se pueden contar en este álbum, esta canción cuenta con el mejor apartado instrumental que se pueda contemplar. Un ambiente sonoro aborigen, que se convierte en una cumbia impredecible, que posteriormente evoluciona al estilo salsero, con detalles en el bajo que nutren la leyenda, y cierto sample icónico que utilizaron 35 años después en un “Watch out for this” más inflado que cualquier paquete de papas fritas. La acción no para, y la magia que ambos autores (la dupla Colón-Blades) hacen en la lírica, la voz y el sonido en general, se potencia cada vez más. Cuático.

“Los ojos son las ventanas del alma”. En forma clara, eso queda confirmadisimo cuando escuchas esta composición de Johnny Ortiz en la voz de Rubén. Hay de todo en esta sociedad dispareja y dispersa, y eso mismo dicen los ojos de múltiples personas que emanan pensamientos y sentimientos: Amor, Esperanza, Libertad, Experticia, etc.

"Ojos que ven en las flores, de multicolores, la gracia de Dios"

Con un compás más rápido y un ánimo más alentador, las trombones y los teclados se confabulan para sacar adelante esta pieza. Si bien, no se trata de algo espectacular como lo sucedido con la bella divinidad; si logra llamar la atención y resaltar más allá de ser otra canción de salsa más.

Dime… Un sonido más pasivo y con mayor calma. Es una historia cuyo tópico ha sido muy abordado a lo largo de la historia, y donde la profundidad no es la mayor cualidad que pueda existir. De hecho, a mi parecer resulta ser la pieza más floja de Siembra, aunque eso no le impide tener una calidad que muchas composiciones latinoamericanas quisieran tener. Aceptable y todo, pero el apartado instrumental enamora con su sencillez complementada con unas cuantas percusiones, notas de teclado y el cambio natural en la velocidad del compás de un verso al estribillo.

"Dime cómo me arranco pa' siempre el inmenso dolor, de esta pena de amor"

No es pretenciosa. No hace tanto énfasis en la idiosincrasia latina. No es nada de eso. Es inocencia pura, contenida en versos que avivan el sentimiento de desconcierto por la situación experimentada después de que el amor se terminó.

Este trabajo discográfico termina con su track homónimo: Siembra, La consolidación de todo el mensaje de unión, esperanza, y crítica por el materialismo, en una sola reliquia musical. El epílogo ideal. No es nada radiable, debido a todas las travesuras instrumentales con las que Willie Colón quiso interactuar en estos cinco minutos de conciencia salsera. No en vano, Blades es llamado “El Intelectual de la Salsa”, puesto que transmitiendo mensajes críticos de la sociedad a nivel masivo, era de máxima admiración.

"Pero no olvides, que de acuerdo a la semilla... Así serán, los frutos que recogerás"

Por otro lado, “El Malo del Bronx” no se quedaba atrás y se dedicó a lanzar un contundente estilo sonoro que pretendía profundizar el mensaje social presente en esta maravilla auditiva. Coros, producción musical y su característico trombón, eran parte del repertorio de aquel genio en este trabajo, inmortalizado en la historia de la música a nivel mundial. Esta dupla fue apoteósica, y concretó su impacto al final de la canción (y del trabajo discográfico) con las siguientes palabras:

“Gracias Rubén,
Gracias Willie,
¡Conciencia, familia!”

Así se concretó el cierre de una destacable tonada, un magnífico álbum y la continuación de una historia colaborativa que continúo hasta que la lucha de egos la imposibilitó por completo. No sabemos si algún día ambas mentes maestras se reconciliarán, y rememorarán aquel exitazo que les dió el prestigio de ser “El trabajo musical más importante de la salsa”.

¿Nota? No creo que sea necesaria. Pero por si les pica la curiosidad, Siembra merece 4 de 4. Excelente representación de la realidad social de América Latina, con los indicios de los primeros coqueteos de la salsa con otros géneros con los que no tenía una relación tan evidente. Algo más veríamos años más tarde en el “Vigilante” de la dupla Lavoe-Colón, además del lado social del género presente en piezas posteriores de Blades como “Buscando América”.

Por lejos, se merece el reconocimiento de álbum más exitoso de la Salsa.
¡Felices 40 Años a la identidad latina, a esta maravilla llena de identidad pluricultural!

Aquí llegamos al final de este artículo especial. ¡Hasta el próximo mendo!


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”