¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!
(El autor está de ocioso publicando artículos)
Buenas
las tengan (y mejor las pasen) …
Espero que la estén pasando muy bien en esta primera semana de Octubre, con
Halloween acercándose y un fin de año a la vuelta de la esquina. El siguiente
será un Egovistazo Especial (en todo
sentido) a uno de los mejores eventos que tuve la oportunidad de presenciar
en este año que está a punto de acabarse.
Se
trata del UR Festival; que por si no lo saben, es un mega evento que se realiza
anualmente en la Universidad del Rosario, en específico en el campus de la
institución que se ubica en un lugar demasiado retirado de la ciudad de Bogotá.
Trae juegos y entretenimiento para todos los estudiantes de la ya mentada
universidad, además de invitados de otros lugares que tuvieron la fortuna de
ingresar por aquí.
Poster promocional del Festival. Apoyaban emisoras como Los 40 Principales y Radioacktiva
A
continuación, una descripción muy general del evento que sucedió el pasado 23
de Septiembre
Todo
comenzó para los que madrugan a las 7:30 am (y
no, al que madruga no le ayudaron en esta ocasión) cuando varios deportistas
se prepararon para una competencia que tuvo lugar en el Campus mucho antes de
que las personas normales llegaran: Una carrera de casi 5 Kilómetros sobre
pasto (También llamado cross-country. ¡Qué
dolor!) en la que competí con mucha dedicación… pero terminé con casi nada
de respiración.
Cross-country. Fue una actividad demasiado agotadora (experiencia propia)
¿Qué
posición ocupe en la carrera? Bueno, la verdad es que el cuarto y el último
reciben el mismo premio (una medalla),
así que sin importar las más de 300 personas que pasaron la meta antes que yo… puedo
decir con mucho orgullo: ¡Ocupe el 4° lugar (que
orgullo jajaja)!
Después
de ese preludio, comenzó el verdadero festival con todos los eventos que
ofrecían los patrocinadores (o dueños de
las carpas) que en su mayoría pretendían promocionar sus productos de una
manera bastante entretenida:
Pastelazo, Tiro al blanco, Tocar algún instrumento, Peleas con guantes
descomunales, Bolos gigantes (Una buena
venganza es pegarle a la persona predilecta disfrazada de pino), Peleas en
trajes de simulación de sumo…de sumos borrachos (mareante de verdad), entre otras maravillas.
El toro mecánico: para saltar, menearse y luego caer rendido
Sin embargo, de todo
esto puedo destacar: un toro mecánico (un
verdadero tour para valientes); unos trampolines gigantes (en donde dar una vuelta era una hazaña
reconocida por el Comité de Juegos Olímpicos); y unas carreras de costal*
que por alguna razón se convirtió en un juego de saltar la cuerda (no me pregunten, sólo sigan leyendo =D).
*Costal: Una especie de bolsa
que luce como un saco grande de tela fuerte y rasposa.
Quieren venganza. Tómala!!!! La universidad no se hace responsable por daño a pinos con cara de humanos >:D
El
siguiente clip es del programa “El Cuaderno”, en donde se ve al conductor (Sergio Rodríguez) interactuando con
diversas personas durante el festival. Y si lo preguntan, tuve la “dicha” de
aparecer en el programa (espero que
adivinen donde estoy). De Checho,
simplemente puedo decir que es como el amigo bacano que a pesar de que en
cierto modo es un aprovechado, sigue teniendo carisma.
Ojalá adivinen donde estoy... Y hablando de Checho, el hombre jode mucho (en el buen sentido)
Los
juegos anteriormente mencionados ocuparon el protagonismo en la mañana y en la
primera mitad de la tarde del viernes. Después de eso, los presentes en el
festival estaban hambrientos (incluyéndome)
y tuvieron a disposición más de 20 foodtrucks* para nutrirse de la comida
más saludable y buena para la… ¿A quién quiero engañar? ¡Comida rápida y
chatarra a más no poder!
*Foodtrucks: Carros de
venta de comida (Más que todo, comida rápida)
El cielo azul, luego gris. No llovió, luego se despejó. Y al final, la noche llegó
Eso
sí, también estaba la cafetería de la Universidad que daba almuerzos normales
(como de costumbre) y era una buena alternativa frente a la lluvia de comida
rápida que se podía encontrar. Si preguntan por mí, me comí un burrito
demasiado delicioso (¡Soy chatarra!),
aunque hubiera preferido comer una bandeja paisa* que lastimosamente ya se
había agotado en la ya mencionada cafetería.
*Bandeja Paisa: Comida
típica colombiana. Trae arroz, frijol, carne molida, chorizo, plátano,
aguacate, huevo, arepa, entre otras adiciones
Después
de hablar del placer más placentero (¡No
me digas!) de la vida, comenzó por así decirlo la “Segunda Parte” del
Festival. Esta se componía de un concierto con diversos grupos y/o cantantes
que pretendían animar la tarde y noche de ese día, hasta algunas veces poner a saltar
y cantar a todos los invitados con diversos géneros musicales.
Este fue el Line-Up del año pasado. Fue bueno, pero le faltó variedad en cierto modo
A
diferencia del evento del año pasado (no
fue malo, pero…), que fue en cierto modo bastante romántico y utópico para
un festival (Manuel Medrano, Juan Pablo
Vega, Salo de “Wamba”), el 2016 nos ofreció una variedad impresionante
respecto a géneros musicales dentro del concierto y el performance de cada
agrupación. Los tiempos de espera entre una y otra banda no fueron muy largos,
y la desesperación no alcanzó a invadir el pensamiento de los presentes.
Aproximadamente
a la 1:30 pm comenzó a tocar Mariett,
un grupo de música alternativa originario de la misma Universidad, que empezó a
convocar a diversos invitados durante el comienzo de la tarde. Tuvieron su
momento y son una banda prometedora, a pesar de que siento que no demostraron
por completo su talento en vivo.
Algo
más rockero se impuso sobre el escenario. Llegaba Árbol de Ojos con una propuesta algo más fuerte, pero que no dejaba
de ser disfrutable. Difundidos a través de Radioacktiva, la única emisora de
rock en Colombia, se dieron a conocer como un grupo que también integraría la
propuesta alternativa que seguían otras bandas más populares. Aún no han dado
el 100% en su desempeño, pero considero que vale la pena oír los trabajos que
ya han realizado.
Todo
cambio, y la siguiente orquesta fue el punto de quiebre que marcaría la
diferencia entre este Festival y los de los años pasados. En tarima, La 33 se imponía como la cuota salsera
del evento y empezaban a interpretar melodías demasiado bailables con la
esencia bogotana que los caracterizaba. Un show espectacular en vivo, y una
oportunidad para que los “ringletes” se movieran al ritmo de Soledad, Bye Bye o La Pantera Mambo.
Una
sorpresa de deleite fue la que llenó el escenario luego de que La 33 se
despidiera. Había llegado Bako,
quien ya se había presentado el año pasado con su grupo The Mills; y que ahora
venía a mostrar toda su capacidad como solista a través de covers con alta
calidad interpretativa, además de presentar su trabajo discográfico que se desenvolvía
en una especie de indie rock. Un
cantante que es digno de admirar.
Continuó
un grupo rosarista con mucho carisma llamado Diez Cabezas, que se lanzaron al ruedo con interpretaciones
originales y covers de salsa con un estilo más oscuro, pero que no dejaba ser
impresionante sobre la tarima del festival. Amados por unos, odiados por otros;
pero a toda costa, llamaron la atención del público presente.
Las
3 últimas presentaciones lograron quedarse guardadas en los recuerdos de los
asistentes al festival, por los grandes momentos que a través de la música
lograron crear. La primera de ellas la lidero TELEBIT, una de las mejores bandas de rock del medio alternativo en Colombia. Antes del evento no conocía
su trayectoria, ni sus canciones… No obstante, su desempeño en vivo y la
potencia que mostraron al interpretar melodías con mensajes simples y a la vez
particulares hicieron que me interesara más por ellos desde aquel día.
Una
nave espacial aterrizó, y La Tostadora
hacía acto de presencia para animar la noche que llegaba al campus por medio de
una dosis considerable de música electrónica en toda regla. Aunque cierta parte
del estilo del dúo dinámico no me atrae mucho, debo decir que son una promesa
de la música nacional que da variedad a lo que hemos podido ver en los últimos
años (la electrónica es un género poco
tocado por bandas). Para concluir, su presentación fue ciertamente
memorable.
La versión en vivo es mucho más orgásmica
Ya
era hora de cerrar el UR Festival, y los encargados de hacerlo ya habían
aparecido el año anterior bajo unas condiciones más difíciles (un tiempo lluvioso que no tuvo piedad).
Esta vez fue diferente, y el clima nocturno le jugó a favor.
LosPetitFellas es
un grupo de rap, hip hop, soul, funk
y un tanto de rock que conocí el año
anterior en una presentación en vivo, y exploré tanto acerca de ellos que logré
concluir en cierto instante que eran la mejor propuesta alternativa del
momento. Por ahora, sigo opinando lo mismo; además de que el show de este año
fue impresionante. No habían sacado disco nuevo, contaban con las mismas
canciones, pero esta vez variaron respecto a interpretar piezas memorables que
no se han dado a conocer demasiado…y les funcionó.
Live Session
La
presentación en vivo demostró la calidad instrumental, el carisma/la esencia
del grupo y la razón del porqué son tan apreciados en el medio de música independiente
del país. En mi caso, canté todas las canciones (Porque sí, me las aprendí todas completas) y me sumergí en una
onda de euforia intensa en la que lo único que importaba era corear a grito
entero las melodías de la banda en cuestión. Algo inolvidable.
¡El club de la resistencia!
Y
así acabó todo. El evento finalizó a las 9:10 pm y la demora en salir del
campus fue muy grande. Este fue un resumen sustancial de todo lo que sucedió
bajo una perspectiva general. Nos veremos en una próxima ocasión con un tema
menos subjetivo
Página
de Facebook: https://www.facebook.com/yaviene.todoasutiempo15
“Ahora el fin marca otro inicio”
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