9.08.2024

AlbumEscape #28: Locura – Virus [1985]

Este es un tema del que he hablado en mis círculos cercanos, pero que por una extraña casualidad no he tratado en este rincón del internet: ¿Por qué si Soda Stereo o Charly García tuvieron tanto éxito a nivel internacional, otros talentos argentinos con un potencial similar no replicaron el mismo boom masivo?

Y no me refiero a multipremiados como Fito, Andrés Calamaro, los Enanitos Verdes, o grupos que cuentan con al menos una canción reconocida por distintos individuos en cualquier latitud a lo largo de Latinoamérica. Porque es muy probable que tu amiga o algún vecino no sepan quienes son los Auténticos Decadentes, pero de seguro tengan memorizado el verso de “Yo no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar…” y lo que le sigue a eso.

El tema de hoy: Virus, y su eterna locura.

Más bien me gustaría hablar sobre una banda que inspiró y trabajó en el debut de aquel joven trío que se daría a conocer con canciones como Trátame Suavemente o Sobredosis de TV. Porque esa influencia inicial de sintetizadores y de rock and roll tan fiestero como desinhibido no fue una simple coincidencia, sino que surgió a raíz de la interacción entre aquella promesa del rock argentino, y una agrupación ya posicionada con cuatro discos en su trayectoria: Virus.

Conformada por los hermanos Moura (Federico, Marcelo y Julio), Daniel Sbarra, Enrique Mugetti y Mario Serra; la banda se caracterizó por ser disruptiva frente al común aspecto contestatario de la mayoría: Mientras casi la totalidad del entorno rockero se enfocaba en las letras serias y de corte trágico, el sexteto irrumpió con una estética alegre, sarcástica e incluso bailable. Ridículo para algunos, pero reparador para otros, incluyendo a los mismos hermanos Moura quienes sufrieron de manera directa los estragos de la dictadura con un familiar desaparecido.


El inicio de todo: La experiencia más fiestera del rock argentino que se podía encontrar en aquel entonces

Pasaron cuatro años desde el debut en 1981, en donde tras el fin del régimen militar, la flexibilización del ambiente artístico y la participación de Federico Moura en la producción del primer disco de Soda; llegaría el punto de consolidación de la banda y su estilo, que trascendía de la euforia inicial, a un entorno misterioso y sensual… que terminó plasmado en un bonito Long Play de 8 temas cuyo nombre fue Locura.

Locura [1985]

1-  Pronta Entrega

2-  Tomo lo que encuentro

3-  Pecados para dos

4-  Destino circular

5-  Luna de miel en la mano

6-  Dicha feliz

7-  Sin disfraz

8-  Lugares comunes

Las melodías fueron escritas por: Enrique Mugetti (3), Eduardo Costa (5); Federico Moura (1, 4, 8) y Roberto Jacoby (2, 3, 4, 6, 7)

En los últimos días no he contado con la suficiente inspiración para desmenuzar el álbum por cada una de las canciones. Por lo que la revisión de este material se realizará de manera diferente a lo que ya están acostumbrados, pero siempre procurando la calidad en las letras que se encuentran leyendo en este preciso instante.

Estamos frente a un disco extrovertido (como si la banda no lo fuera desde el inicio) y que no se restringe en lo absoluto frente a lo que quiere expresar. Más allá del notable sentimiento de apego y cariño que se puede notar al inicio y casi al terminar el álbum, la mayor parte del contenido se concentra en todo lo referido al placer más carnal que se puedan imaginar, con la posibilidad de trascender a una sensación más duradera.

Lo digo ahora e insistiré en este punto: Tratar temas tan excitantes con un alto nivel de glamour no es tan sencillo como puede aparentarlo

Lo atractivo de letras como “Tomo lo que encuentro” radica en lo identificables y/o apasionantes que son esas situaciones, que no son de conocimiento público, pero que la memoria guarda de una forma clara e inolvidable. Porque es muy posible haber vivido el desenfreno con una persona antes de que un montón de kilómetros terminen por separar ese deseo por algún tiempo, o que el atractivo sexual hacia una persona sea por su nivel intelectual y no necesariamente por sus atributos físicos. Y la melodía… Ufff… Párrafo aparte para el apartado instrumental del disco.

"No me importa nada en cuestión de amor, tomo lo que encuentro, me siento algo mejor"

Si están familiarizados con el sonido de Soda Stereo durante su época de Nada Personal y Signos, este álbum de Virus será amor a primera vista para sus oídos. No sólo por los sintetizadores o aquel estilo ochentero evocado por los diferentes instrumentos, sino también por el ambiente creado en algunos de los mejores tracks. El antes mencionado “Tomo lo que encuentro” enmarcado en las salas de espera de un aeropuerto, o mi favorita personal “Sin disfraz” atrapada en las glamorosas calles del sector más exclusivo de una gran ciudad… Esa clase de detalles son admirables en lo que a experiencia se refiere.

"A veces voy donde reina el mar... Es mi lugar, llego sin disfraz"

De vuelta con los temas tratados en el disco, además de los ya mencionados, tenemos: pasión emocional (Pronta entrega), intimidad desenfrenada (Pecados para dos), rutina (Destino circular), autocomplacencia (Luna de miel en la mano), aprecio auténtico (Dicha feliz), confusión (Lugares comunes) y libre desarrollo de la sexualidad (Sin disfraz). Todo esto se junta en un coctel de 34 minutos de goce auditivo… Corto, pero certero en su intención.

"Caramelos de miel entre tus manos, te prometo una cita ideal, adorando la vitalidad"

El álbum fue revelador al momento de su salida, en un contexto histórico complejo que agrupaba una situación económica desastrosa, el inicio de la apertura cultural de América Latina al mundo, y el auge de la liberación sexual; situaciones que influyeron de forma impresionante en su creación, y a largo plazo, en el éxito de la banda. Su auge se multiplicaría de tal manera que iniciarían algunas giras extensas dentro de Argentina, y algunas fechas a nivel internacional en Chile, Perú y Uruguay.


Sin embargo, y con un disco exquisito y un carisma innegable aportado de gran manera por su vocalista Federico Moura (cuyo estilo y personalidad eran sobre todo evidentes en sus presentaciones en vivo), la fama internacional de Virus quedó limitada antes de llegar a otras latitudes como Colombia o México. Considero que, si hubiera tenido una mejor estrategia de difusión, llegaba a las tarimas de los demás países como lo hicieron otros grupos que se beneficiaron del movimiento “Rock en tu idioma”. Al parecer, tres fenómenos impidieron que en la actualidad la banda no se encuentre dentro del inconsciente generalizado:

  • La estrategia para ingresar a otros países no fue tan agresiva como la de Soda Stereo o Charly García, quizás faltó un mayor interés para explorar otros mercados en donde pudieron tener éxito en años posteriores.
  • Quizás el sonido inicial de rock & roll despreocupado y fiestero no fue atractivo para las audiencias fuera de su tierra natal. Y al transicionar a un estilo más místico y seductor, el público no manifestó su interés al desear una propuesta más cercana.
  • La más importante y triste de las tres: El prematuro fallecimiento de Federico Moura, líder de la agrupación, a finales de 1988. El VIH y una insuficiencia cardiorrespiratoria terminaron con la vida de un músico que no le tuvo miedo al qué dirán, y que no temió a expresar sus emociones mediante cada canción que interpretó. Que esto sucediera en un punto tan alto de la trayectoria de Virus terminó con las intenciones de expandir la influencia del grupo a nuevos horizontes.

A pesar de lo sucedido, tanto Virus como Federico quedaron inmortalizados en todas aquellas producciones que se difundieron a lo largo de toda América Latina, como si de una banda de culto se tratara. Los hermanos Moura continuaron el legado y la trayectoria de Virus con unos discos más, giras de homenaje al hermano fallecido e incluso un par de conciertos especiales junto a Soda Stereo, formando el supergrupo argentino Vida para placer de los seguidores que presenciaron aquellos hitos a finales de los años 80 y mediados de los 90.

Virus y Soda Stereo interpretando Amor Descartable, del disco predecesor a Locura, Relax (1995)

Ya para cerrar este artículo, y volviendo al tema central, Locura es un disco placentero de escuchar. Es la perfecta carta de presentación para que una persona pueda conocer a esta banda cuya fama aún no es tan notable como la de otros grupos, pero que goza de una calidad innegable.  El placer, la intimidad y la liberación sexual trascienden de lo tabú a lo cotidiano, sin caer en lo chabacano. En conclusión, una producción en la que el glamour fue la regla, y la extroversión una religión.

Banda de culto, sin duda alguna

Aquí termina el artículo de Agosto, que salió en Septiembre por falta de tiempo e inspiración… pero que terminó saliendo a la luz. ¡Deseo que hayan disfrutado este artículo, y nos vemos en el siguiente que no se tardará tanto!

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“Encontrarte en algún lugar, aunque sea muy tarde. Tantos odios para curar, tanto amor descartable”