—Que la despedida sólo sea un punto de partida para plantear nuestros futuros reencuentros.
Para ser sincero, no encontraba inspiración para hacer
un artículo en este momento, debido a múltiples temas que han tenido mi cabeza
ocupada. De hecho, pensé que para este mes ya no iba a sacar publicación
alguna, hasta que una amiga me dio esta idea basada en una anécdota que le
conté acerca de dos álbumes que me escuché mientras estaba en medio de una
carretera con un muy alto tráfico. Uno fue la antítesis del otro: el primero me
generó una mezcla entre melancolía y vergüenza ajena; y el otro me causó una
interesante fusión entre agrado, nostalgia y tranquilidad. Hoy veremos aquel
que me incomodó… Con ustedes, el nuevo disco de Rosalía: Motomami.
Sin embargo, la dinámica va a ser más breve. No me voy
a desgastar en reseñar todas las melodías de este disco porque el texto se
volvería bastante tedioso, con palabras como “repetitivo”, “facilista”, “desesperante”,
“aburrido”, “decepcionante”, “cringe”, etc. Más bien, teniendo en cuenta el bajo
nivel de aprecio que le tengo a esta “joya”, es preferible revisar aquellos
puntos destacables del disco, que cuentan con un valor agregado sorprendente y
que poseen la titánica tarea de levantar este avión en su inevitable caída en
picada.
—Re locos papi, re locos…
Empezamos con el tercer track del álbum, La Fama,
la cual consiste en una bachata en colaboración con The Weeknd, quién la
interpreta en español de forma bastante entendible y hasta agradable… Su
característico tono de voz rememora a algunos talentos icónicos del género como
Prince Royce o Aventura, lo cual parecerá familiar para sus seguidores. Y junto
a Rosalía es notable el agotamiento o tristeza que le imprimen a la canción,
enfocada en las consecuencias que puede traer la excesiva popularidad a un
artista en ascenso, provocando daños irreversibles a su ámbito emocional.
Lo único que puede chocar es aquel efecto de sonido de
voz electrónica que hace parte casi permanente de la estructura melódica (cuyo
nombre oficial es el de “chops”) y que puede provocar un alto grado de
tedio después del primer minuto. No obstante y por fortuna, eso no impide que La
Fama sea uno de los puntos más destacables del disco.
Inmediatamente después nos encontramos con Bulerías,
una especie de respuesta de Rosalía hacia sus detractores o antiguos seguidores
que coinciden en la decadencia de la misma. Destaca mucho ese empoderamiento y
esa actitud de autenticidad que demuestra a través de un tradicional flamenco,
que fuera el sello de identidad de la misma en álbumes anteriores. Más allá de
que el mensaje o de que la percepción de la cantante sea correcto o errado;
demuestra que tiene un potencial impresionante que en estos años ha sido olímpicamente
malgastado.
Vamos a hacer una pequeña parada en Hentai solo
para escuchar sus notas de piano entrelazadas con el tono de voz desnudo de la
intérprete. Provoca un alto grado de relajación, y de serenidad… Aunque esa
sensación puede romperse al escuchar detenidamente la letra y no saber si esa extrema
sexualización es algo para tomarse en serio, o es algo que debe provocar gracia…
Y esas metrallas del final complementan de manera adecuada esa gigante confusión…
Saltamos hasta el cover que Rosalía realizó de Delirio
de Grandeza, bolero original de Justo Betancourt. Adaptó el tono de la
instrumentación antigua para que quedara acorde a su voz, y no suena nada mal.
Su voz resulta como una leve caricia en los oídos, e incluso en el final con el
sample de Vistoso Bosses (rap de Soulja Boy) no se pierde calidad dentro del
bolero. Más bien, se siente como algo muy natural de la cantante, quién finaliza
la melodía sin ningún contratiempo.
—A de alta, altura, alíen. B de bandida. C de coqueta.
D de dinamita… Y yo juraba que esto era un TikTok o algo así, pero no, es una
canción dentro del disco (llamada Abcedefg)… Un interludio tal vez, pero cuando
lo oí no podía de la risa… Y no precisamente por lo que Rosalía decía.
Creo que aquí se terminan los que a mi parecer son los
puntos más importantes de Motomami... Motomami, Motomami. Desafortunadamente, considero
que todo lo demás caería en los adjetivos que mencioné al principio del
artículo; y no deseo que caigan en el tedio de leer esas características de
manera continua e interminable.
Lo que si quiero manifestar era algo que le mencionaba
a una amiga cuando estábamos conversando acerca de cantantes como la antes
mencionada: ¿A qué punto ha llegado la obsesión de estos artistas por marcas
como Versace? Desconozco si esta empresa les paga algo a los intérpretes por
esta clase de publicidad algo descarada, pero llegamos al punto de que el
posicionamiento de productos (Product Placement) no es únicamente descarado en
los programas de televisión o radio, sino también en las mismas melodías que
están de tendencia en la actualidad.
Soy una de las personas que responde a ese
posicionamiento de forma totalmente opuesta, acudiendo al rechazo por la marca
promocionada. Es decir, si algún día tengo el dinero para comprar un par de zapatos
de 1000 dólares, siempre voy a preferir la adquisición de 50 pares de 20
dólares cada uno. Así de simple.
—Nada personal, pero que tristeza de publicidad. Los
que se dejan llevar por eso están muy locos… Ah, quisiera al mundo darle hogar,
y llenarlo de amor. Y construir un carrusel, de luces y color…
Página de Facebook: https://www.facebook.com/yaviene.todoasutiempo15
“Si la construcción luce compleja, la reconstrucción
se presenta como algo retador. Arreglamos los baches, aprendemos de las
equivocaciones y de nuevo nos elevamos hacia los sueños por alcanzar.”