8.02.2017

Alternatilandia #3: Reggaetón: ¿Apoyar el talento nacional?

¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!

Bienvenidos al tema de hoy...

Este artículo pretende ser directo y despejar aún más la postura del Autor de esta página respecto a uno de los géneros más difundidos en la escena musical de la actualidad y que ha sido motivo de amores y odios por parte de la sociedad. ¡Así que, bienvenidos a Alternatilandia: la sección más cercana a los juicios sueltos del cuarto arte!

Una nueva dimensión

Nunca pensé que llegaría a escuchar esto en una emisora de nivel tan serio como La FM (Dial de RCN Radio). Posturas políticas aparte, siempre se ha caracterizado por ser un espacio prolífico para la difusión de piezas musicales en sus espacios que no son ni noticiosos, ni hablados. Aunque no me considero un oyente seguidor de aquella frecuencia, si tengo en cuenta que el corte musical es digno de admirar gracias a las distintas canciones de décadas pasadas que son programadas por aquel rincón en las ondas hertzianas.

¿Qué sucedió? Alejandro Villalobos, director de La FM y de La Mega (una emisora “juvenil”) se encontraba en un programa cuya conducción corría por su cuenta: La media mañana. Leyendo mensajes de WhatsApp referidos a sugerencias de música para la radio en Colombia, encontró una misiva bastante particular: Crear una ley en Colombia para restringir o eliminar el reggaetón por completo de las frecuencias radiales... A decir verdad, un modo de pensar bastante exagerado con tintes marcados de hipérbole.

En primer lugar, nadie debe estar prohibido a escuchar los géneros musicales que les gustan. Hay diversas alternativas que uno puede escuchar en distintos medios: TV, radio, internet, entre otros. Y, aunque agrade a cierto público, no sería justo prohibir un género de música a nivel nacional. Por más chabacano, insulso o repugnante que sea un producto, va a existir un público que lo va a consumir. Y tienen todo el derecho, con tal de que el género no violente los derechos de las personas (En esos casos específicos, se entra a un terreno más complicado... No ahondaremos en eso).

Prohibir no sería la solución factible. ¿Saben?

No obstante, cierto lado de la respuesta de Villalobos me sorprendió por ser una contestación incluso más ridícula a aquel mensaje: Dijo algo así como “Tenemos que apoyar el talento nacional. Ellos están sacando la cara por el país”. ¿En serio? No podía creer que hablaba en serio. Aquí sí hay un problema.

Vamos con el contraargumento. Si bien, todos tienen derecho a escuchar su música predilecta; aquella no está exenta de que pueda ser criticada. Es más, la crítica logra ser un ejercicio excelente para encontrar las distintas cualidades o defectos que tiene un determinado género de música.

Ahora, que el eslogan conocido (y abusado) de “Apoyar el talento nacional” se saqué a relucir para defender a cantantes y/o grupos mediocres de música es lamentable y patético. Claro que existen propuestas interesantes que esperan a ser escuchadas; pero en varios casos, a los medios no les importa la calidad que estas puedan tener. El apoyo para lo realmente bueno no es muy frecuente en las emisoras masivas de radio.

Si apoyar lo local es aguantarse el ambiente mediocre, entonces Apague y Vamonos...

¿Tengo que apoyar a Maluma o a Kevin Roldán porque son talento nacional? ¿Es más, por qué los llaman talento? Ninguna persona debería apoyar mediocridades con el pretexto de que pertenecen a un mismo país y como compatriotas los debemos impulsar. Absolutamente no. Como dice cierta columna costarricense respecto al tema: “El apoyo exclusivo a una banda por su nacionalidad le quita credibilidad a su trabajo”.

Lastimosamente, las modas en la industria musical van a seguir existiendo: Entre one hit wonders, tracks pegajosos y canciones polémicas se va armando el mainstream actual. Sin embargo, eso no representa que el contenido ofrecido tenga calidad. Sólo es una excusa para seguir alabando el contenido musical “urbano” que existe en la programación de La Mega, que, a propósito, Villalobos también dirige.

Debe ser un medio para la difusión. No el fin.

Con sinceridad, pienso que hay un desenfoque muy notable en la cuestión de encontrar los talentos que existen a nivel local. Las letras bien coordinadas y las admirables características de la instrumentación quedan relegadas a un segundo plano donde las 3M (el morbo, la moda y la mediocridad) siguen siendo el pan de cada día. No toda la música actual es así, pero lo que buscan vender casi siempre tendrá la maldición de las 3M.

Opinen abajo en los comentarios. Dejen sus opiniones en esta muy corta columna


“Ahora el fin marca un nuevo inicio”

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