Después del precipicio, afrontamos nuestros vicios y nos abocamos a una renovada realidad.
A manera de aprovechar el público que había quedado
huérfano por el fiasco que resultó ser cierto intento de festival a inicios de
2022, una organización con bastante trayectoria ideó un evento que tratara de
recomponer los ánimos en una sintonía algo similar. Y si bien el reggae
quedaría en segundo plano, otros estilos como el rap, el ska y el rock en
español tendrían su furor en un fin de semana septembrino en el Parque Simón
Bolívar de Bogotá.
Desde este agradable rincón les ofrezco la crónica de lo
vivido en uno de los días de esta experiencia llamada Festival Cordillera, que
prometía curar algunas de las carencias que explotaron en el ya lejano mes de
Marzo. ¡Comencemos!
Me enteré del lanzamiento del festival porque un amigo de
la universidad me lo comunicó: Dos días para disfrutar a promesas y leyendas de
la cultura latinoamericana, entre los que estaban Caifanes, Los Fabulosos
Cadillacs, Maná, Café Tacuba, entre otros. No disponía de los recursos
suficientes para comprar ambos días, por lo que tendría que esperar unos días
más para la compra de la entrada individual. Y apenas se revelaron quiénes iban
a presentarse cada día, no dude en elegir el sábado. ¿Por qué? Solo observen.
Caifanes encabezaba la lista, y desde hace varios años
quería ver una presentación suya en vivo. Así mismo, de Los Amigos Invisibles y
Mon Laferte… aunque a esta última ya le había perdido la pista por unos años.
También aparecían Los Auténticos Decadentes, Molotov, Babasónicos, Toto la
Momposina y más atractivos que me terminaron de convencer. Si bien el domingo
también tenía buenos artistas, a mi parecer quedaba opacado por la
grandilocuencia del sábado.
La espera se hizo casi eterna, a pesar de comprar la
entrada poco más de 100 días antes del último fin de semana de septiembre. Pero
al final, el día llegó… No sin antes dejar algún susto como el cruce de horarios
entre Molotov y Los Amigos Invisibles, que posteriormente sería corregido para
mi fortuna y la de aquellos que deseaban ver a ambos grupos.
Ese sábado 24 de septiembre todo inició a las 2 pm. El
ambiente lucía similar al de un Estéreo Picnic (no era coincidencia al ser los
mismos organizadores) y aún no llegaba la totalidad de personas que albergaría
el lugar en ese día. Era la hora perfecta para el almuerzo, antes de que las
filas largas invadieran cada stand o de que todas las sillas se ocuparan.
¿Los precios? Altos, como en cualquier evento de ese
estilo. Encontré un plato de lechona como una buena opción, después de que
algunos restaurantes ni siquiera prestaran el servicio alrededor de las 2:30
p.m. Después de terminar el almuerzo y descansar un tanto sin estar agotado,
fui a ver la última presentación que daría Toto la Momposina antes de su retiro
artístico, el cual resultó ser un bonito homenaje a sus logros y al legado que
dejaba. Los músicos invitados contaron con gran cantidad de protagonismo, sin querer
opacar a la estrella del show. El cierre de una época.
Seguía Molotov y lamentablemente pagaron el precio de un
mal sonido y un repertorio poco amigable para los no tan fanáticos. No fue una
mala presentación debido al talento de los integrantes de la banda y a su
magnífica energía, pero no podría ser enmarcada dentro de las mejores
presentaciones del festival.
El plan era ver a Los Auténticos Decadentes, pero la
marea humana impidió una llegada digna a una locación cercana al escenario, por
lo que fue preferible abortar dicha misión. Como alternativa, intenté conocer
más sitios ofrecidos por el festival, incluyendo parte de otra zona de comidas
y algunos emprendimientos. No obstante, la misión fue clara desde ese momento:
cuidar un puesto adecuado para visualizar a Mon Laferte, Caifanes y los
Cadillacs apenas salieran a la tarima. Y eso se hizo.
Una gran sorpresa dio Mon Laferte, que después de cinco
años sin pisar escenarios colombianos, demostró el porqué se le tiene
referenciada como una de las mejores voces femeninas de la actualidad. Desde la
balada hasta la salsa y desde el urbano hasta la cumbia, Norma expuso la amplia
versatilidad con la que ha cautivado a millones de espectadores. Llegó a un
nivel tan alto, que varias personas la aseguraban como la mejor presentación de
la noche… Aunque aún faltaban más cosas por llegar.
Una hora después de que Mon Laferte finalizara su
espectáculo, aparecían los Caifanes en escena. A pesar de que ha estado tardada
la creación de nuevo contenido por su parte, sería icónico ver su presentación
en vivo por primera vez. Las 17 canciones que interpretaron fueron
impresionantes en su interpretación; y aunque haya faltado una muy especial que
desconozco el porqué no la cantaron (ejem… No dejes que… ejem), entregaron un
ritual apoteósico que generó miles de aplausos que no se esfumaron fácilmente
del ambiente. La sesión terminó con un conjunto de mariachis traídos por Héctor
Buitrago (bajista de Aterciopelados) en honor a la banda que inició su trayecto
en Colombia de la mano con el dúo dinámico de Andrea y el mismo Héctor.
Ahí quedaba esperar 75 minutos para la aparición de la
agrupación encargada de cerrar este encuentro de sonidos: Los Fabulosos
Cadillacs. No obstante, y fiel a lo que me propuse desde el principio, decidí
escaparme del frente de aquel gran escenario con dirección a la carpa en la que
se estarían presentando Los Amigos Invisibles, banda fundamental e irremplazable
que sí o sí debía presenciar. Y desde que llegaron, hasta lo último que logré
ver de ellos; todo fue una fiesta llena de euforia y baile constante. No todo
fue perfecto, porque nunca llegaron algunas melodías que esperaba con muchas
ansias (Viajero frecuente del amor, Espérame, Eres mis ganas, Sabrina) … Pero
en general, fue un show espectacular donde la sabrosura y la alegría invadieron
cada rincón de aquella carpa. Quizás regresen pronto, y tal vez vuelva a
asistir al fiestón que se arme con sus canciones.
Después de un rápido regreso a la tarima principal que
incluía empujones para llegar a una buena posición, el león del ritmo empezó a
rugir en la última presentación de la noche. Los Fabulosos Cadillacs empezaban a
sorprender a su público con Manuel Santillán El León, una de sus mejores
melodías a mi criterio. Los puntos más altos se dieron con sus clásicos
coreados por todos los espectadores: Vasos vacíos, Mal bicho y Matador. Y el
cierre se daría con una vieja conocida, rememorando lo sucedido en Corferias seis
años atrás en el marco del Festival ALMAX, cuando los Cadillacs volvieron de
forma improvisada al escenario para interpretar la inolvidable Yo no me
sentaría en tu mesa, ahora al aire libre. El final de la jornada era inminente,
pero la emoción de los asistentes permaneció intacta.
A las 2 am se me terminaba la aventura por el Festival
Cordillera, a pesar de que para muchos era apenas la mitad del camino. La
satisfacción era plena, y ya había logrado compensar buena parte de lo no
vivido en Marzo (aunque todavía faltaban varios pendientes por resolver). Por
resaltar está la extrema puntualidad en las presentaciones y la abundancia de
espacios para no aglomerar tanto a los asistentes; y por mejorar quedaba la
logística para ciertas agrupaciones. No era el evento perfecto, pero quedaba
como un grandioso inicio para un proyecto de largo plazo que espero mantengan
por varios años más.
Inicialmente lo pensaba como el gran evento que
finalizaría el año en lo que a conciertos se refiere, pero faltarían algunos
hitos más que pueden rebatir la afirmación inicial, para mi fortuna. Más pronto
de lo que piensan, verán la historia del concierto que le siguió… Así que
pendientes de este rincón del Internet. Gracias por su lectura y ¡Suerte es
que les digo, agonías!
Página de Facebook: https://www.facebook.com/yaviene.todoasutiempo15
No dejes que, nos coma el diablo amor. Que se trague tu
calor, que eructe mi dolor.