Regreso a este espacio maravilloso para pegarme de la
tendencia del momento de una forma super notoria. Que hermoso, ¿No creen?...
Bueno, de hecho la idea original era crear un artículo acerca de un festival de
música que en los últimos meses ha captado múltiples miradas; pero ciertas dificultades
con el tema condujeron a que fuera postergado por tiempo indefinido. Ahí surge
la capacidad de reaccionar a último momento para entregarles un contenido que también
puedan disfrutar. A propósito, tercera publicación consecutiva en la que no
hablo de música directamente, a pesar de los acordes y ritmos que el material
revisado involucra en forma frecuente. Bienvenidos a la reseña a Encanto, una
ilusión de múltiples matices.
Encanto es una película de Walt Disney Animation, más
exactamente su clásico número 60; la cual recibió una amplia notoriedad en
Colombia debido a que la ambientación, los personajes y las situaciones
estarían basadas en el país cafetero. Quizás el planteamiento de ¿Si Coco pudo
homenajear la cultura mexicana, por qué yo no a la colombiana? pudo estar
contemplado dentro de las cabezas de los creativos del estudio del ratón, pero
no hay nada confirmado.
¿Qué tan fiel es la película a la cultura colombiana? Yo creería que bastante. En internet se pueden encontrar detalles super específicos que demuestran la preocupación del estudio por encontrar diversas señas de identidad del territorio que están homenajeando. Que el chigüiro, que la arepa, que el traje típico, que los elementos del realismo mágico, que el conflicto armado, etc.… Parece que se preocuparon bastante para que la identidad de la cinta realmente se concentrara en la cultura de esta nación en particular, y no en una molesta confusión de que toda Latinoamérica es igual. Buena esa, Disney.
Aprovechando el contexto del filme, me voy a permitir
en esta ocasión excederme en lo que a modismos locales se refiere, así que les
pido que estén preparados. El primer gran aspecto a resaltar es animación, que
resulta ser lo último en guarachas tal como las más recientes
producciones del estudio. Tonos pasteles, agradables de contemplar y personajes
con movimientos fluidos. Tan chévere como siempre.
En cuanto a la historia, tengo mis primeros reparos.
Aprecio que hayan querido variar la formula del villano inesperado que aparenta
tener buenas intenciones (elemento que ya daba jartera a la hora de ver
un producto Disney); pero el hecho de caer en el cliché del protagonista que no
tiene nada de especial pero que al final resulta ser la pieza clave de la
historia es algo desalentador. Y ojo que no me le estoy tirando la
película a nadie, puesto que esa temática ya había sido revelada desde el
tráiler del filme en cuestión.
Pero no importa, a pesar de tener un hilo conductor
poco novedoso, son los personajes los que mejoran la perspectiva de la cinta.
Las interacciones permiten que uno se amañe con algunos de los perfiles
que se pueden encontrar en la historia: desde el más lambón hasta el
más corrido de la teja; o desde el más iguazo hasta el más mamón.
Cada individuo tiene un estilo particular, y estoy seguro de que cada
espectador sentirá empatía al menos por uno.
Es más, Mirabel podría ser (a mi parecer) una de las
protagonistas más carismáticas que ha creado el estudio de animación más
reconocido del mundo. No obstante, hay algo que no me permite llegar a ese
punto, y para colmo, es exclusivo de la versión latinoamericana: El doblaje… Aspecto
con el que un grueso de perfiles en redes sociales levanto su voz con el ánimo
de que la localización al español se hiciera exclusivamente con talento
colombiano y no mexicano como en la mayoría de filmes doblados. Y aunque casi
todo el elenco hizo un buen trabajo, tenemos dos ejemplos que la embarraron
por completo en lo que a actuación de voz se requiere: Mirabel y Bruno,
interpretados por Olga Lucia Vives (una de las integrantes de Ventino) y
Alejandro Riaño (comediante), respectivamente.
En pocas palabras, es incómodo escuchar a Mirabel
cuando habla. Parece que Olga Lucía no tuvo un buen desempeño a la hora de actuar, y no se entiende porque
Disney la eligió para ese fin, trayéndonos “Recuerdos de
Vietnam” de aquel Hércules boricua hecho por Ricky Martin. Preferible darle el
rol a otra persona que tuviera mayor profesionalismo en el rubro, orientando a
la vocalista de Ventino exclusivamente a las interpretaciones musicales. Sin embargo, no fue así. Mala decisión.
El otro implicado es Bruno, pero no es un caso tan
evidente. No aparece tanto en pantalla, además de que su actuación denota el ligero
aprendizaje en doblajes anteriores que Alejandro Riaño ha tenido (como su
cuestionable aparición en Lego Batman). Sin embargo, el resto de personajes si
logra tener un muy buen desempeño, en especial Maria Cecilia Botero, en cuyo
papel demuestra el gran bagaje actoral que posee.
Por último, tenemos el apartado musical: La variedad
está a la orden del día, en donde la mezcla de géneros y la calidad vocal nunca
van a faltar. Realmente se nota lo mosca que se puso Lin Manuel Miranda
a la hora de elaborar cada una de las composiciones aparecidas en la película.
Unas más épicas que otras, pero ninguna cae en lo molesto. Y desde aquí realizo
la advertencia: si no soportan que los individuos canten cada 10 minutos, este
filme les va a causar un yeyo sin precedentes… Cuidado con eso.
En resumen, Encanto es una vaina bacana. No la pondría
al nivel de joyas animadas de tiempo reciente como Soul o Klaus, pero cumple
con una buena animación, una historia atrayente, personajes carismáticos y
alusiones propias a la colombianidad. Entusiasma ver que estudios pinchados
se inspiren en lo profundo de las culturas latinoamericanas para crear
historias y no simplemente en los estereotipos que por décadas carga cada idiosincrasia.
La recomiendo si se quiere pasar un rato entretenido o si se quiere explorar la
cultura de un país sudamericano de manera llevadera. No la aconsejaría para
aquellos que no soporten los musicales, que estén cansados de los clichés hollywoodenses,
o que quieran encontrar el próximo hito animado del cine. Eso se encuentra en
otro lado…
Aquí termina esta revisión, algo corta pero tratando
de abordar lo más notable del producto en cuestión. Disfruten mucho este fin de
año, y estén atentos al último artículo del 2021. Esto es Ya viene… Todo a su
Tiempo y ¡Suerte es que les digo, agonías!
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“Los finales siempre marcan nuevos comienzos”