10.28.2021

Una ojeada a: 13. Pecados Capitales

 —¿Por qué no jugar un rato con los que quieren mi sucesión?

Televisión Colombiana… Un medio que durante casi 70 años ha podido transmitir diferentes emociones a través de los variados contenidos que han pasado por sus pantallas. Desde series icónicas de gran recordación, pasando por programas memorables en su época que no han envejecido muy bien, hasta producciones mal actuadas cuyo éxito aún no logro encontrarle explicación. Es posible extenderse en una tesis de cientos de páginas que explique su etapa fructífera, su consolidación y posterior decadencia, pero ese no es el objetivo de este artículo. Más bien, la idea es realizar un enfoque hacia una creación audiovisual bastante recordada a pesar de sus 20 años de antigüedad. Tuvo su éxito en rating y en popularidad, a pesar de no ser considerada como un símbolo de la televisión nacional (como si lo fueron la transgresora Betty, o la impresentable readaptación de Las aguas mansas cuyo nombre no quiero mencionar).

Más de un mes sin nuevo contenido, debido a asuntos laborales y académicos muy pesados con los que he tenido que lidiar; pero con ganas de presentarles la reseña a un producto que pasó por la pantalla chica mostrando las características más ocultas de los seres humanos, sus vicios, sus tentaciones, sus virtudes y sus interacciones entre iguales. ¡Bienvenidos a la revisión a Pecados Capitales!

"Que se quejen todo el año, mientras dirijo esta función..."

La añadieron al catálogo de Netflix a inicios de septiembre. Gracias nuevamente al grupo de Facebook de Televisión Colombiana Posteo 2, supe que tenía buena fama y quería darle una oportunidad. Tenía mis dudas a la hora de verla, más que todo por la cantidad de capítulos de cuarenta minutos que tenía que afrontar para terminarla: 162… Lo cual significaba más de 100 horas de metraje, que normalmente pueden desanimar a cualquier persona en una época en que las temporadas de series poseen entre 10 y 13 episodios. Sin embargo, puse el primer capítulo para visualizar por mi cuenta si merecía verla en su totalidad… Y desde ahí, no me despegué hasta el capítulo final.

Una introducción magnifica. Musicalización a cargo de JOX (ft. Jupiter)

La premisa es un gran punto a su favor: acerca de un multimillonario que después de armar una gran fortuna y no tener contacto con su familia, se entera que se va a morir en un año. Y conociendo lo interesados que pueden ser sus familiares en búsqueda de su dinero, se inventa un juego en el que ellos deben sobrevivir un año en su mansión para obtener la herencia. La idea suena a la esencia de un “reality show”, los cuales estaban adquiriendo gran popularidad en el momento en el que este programa era transmitido. Sin embargo, no es lo que parece a simple vista.

Un “reality show” tiene el objetivo de mostrar la realidad por medio de una amplia variedad de personas y las interacciones que poseen entre sí, resultando al final en un esquema fraudulento e irreal del que se desprenden libretos escritos con anterioridad y conflictos predeterminados entre individuos. Por el contrario, en Pecados Capitales ya tenemos un guion y desarrollo especificados desde el principio, pero del que se derivan situaciones creíbles en donde se puede notar cuál es el comportamiento real de cada tipo de personaje en diferentes escenarios. O en palabras más simples, la ficción ya no sale de la realidad; sino que ahora la realidad se origina de la ficción.

Todo se realizó en esta gran mansión, donde sucedió incluso lo inimaginable

Por otra parte, está el desarrollo de la historia: y es en esta parte donde tengo mis primeros reparos. Con el ánimo de no revelar ningún fragmento de la trama adicional a los que ya he mencionado, seré bastante implícito al referirme a la misma. El principio, representado en los primeros 10 capítulos son oro puro. Luego sigue un intermedio de 30 episodios en el que no hay un progreso tan evidente, un status quo incómodo en el que el espectador se da cuenta de que los defectos de ciertos personajes son terriblemente fastidiosos. Alrededor del capítulo 45, y hasta la mitad del programa, se van retomando características positivas que se perdieron en el pasado, y se revelan nuevas cartas que enriquecen el entramado que existe para casi todo el elenco protagónico.

El punto medio del seriado es un cambio completo de esquema, un giro en la historia que permite replantear todo lo que se ha establecido desde el inicio. La forma en la que los personajes realizan una transición en su forma de pensar, y como otros caen en lo más profundo de sus desgracias. Y los capítulos restantes llegan a elevar el ingenio y la calidad hasta su máximo esplendor, sin que la aparición de personajes nuevos o la despedida de otros veteranos provoquen un tropiezo al desarrollo de la historia. Quizás el final pueda ser percibido como una maratón, un apuro innecesario que se pudo manejar de mejor manera con 10 o 20 capítulos más. Sin embargo, mantiene intactos el humor y el carisma dados por cada personaje, sin importar el contexto en el que se desempeñe.

Reuniones Trascendentales...

No hay equilibrio en la manera de contar la historia. Puede que al inicio haya un avance rápido, para luego caer en un bucle eterno de actitudes y situaciones insoportables, para luego pasar a un momento clave evolutivo para cada personaje… y un larguísimo etcétera adicional. No tiende a ser cada vez peor, pero tampoco a tener una constante mejoría. Más bien, es un estilo aleatorio de altos y bajos que puede ser chocante para algunos espectadores. Innovador, tal vez; pero un tanto difícil de visualizar.

Promo de la novela antes de su estreno

Luego están los personajes: Un conjunto de diferentes personalidades chocando entre sí, orientándose hacia limites jamás imaginados. Algunos concentrados en un arquetipo especificado en el título de la telenovela: pereza, gula, avaricia, envidia, lujuria, ira y soberbia. Otros, más hacia el lado de los aspectos más puros de la humanidad: ingenuidad, candidez, justicia, caridad, esperanza, inocencia. Aunque no se confundan, porque este elenco no se conforma de individuos planos eternamente encasillados en su cualidad insignia; sino que a causa de los múltiples momentos que deberán vivir revelarán vestigios desconocidos de su forma de ser, e incluso llegan a evolucionar de manera tajante debido a puntos de no retorno en los que otros personajes pueden tomar protagonismo.

Es muy probable que el odio sea el pan de cada día para un personaje con aspectos detestables, pero que de todas maneras cuente con una faceta opuesta que logre la compasión y comprensión del espectador. Por lo mismo, resalto el hecho de que el elenco protagónico no sea un combo de hojas en blanco, sino una mezcla de matices que oscilan entre lo más despreciable y lo más admirable del ser humano.

En el transcurso de la historia, van añadiéndose más personajes al elenco protagónico; tema que podría ser riesgoso para el desempeño argumental. No obstante, se maneja de forma adecuada al generar una interacción orgánica de los nuevos con los iniciales, sin que la idea principal siempre involucre a los recién llegados; como en anteriores series típicas en las que trataron de revitalizar erróneamente toda la esencia de un programa. ¡Buena forma de sortearlo!

Los nuevos personajes encantaron a los antiguos, pero no tienen un protagonismo absurdo. Sino que sencillamente se integraron al elenco de manera natural.

En cuanto a las actuaciones, es posible afirmar que la calidad y la credibilidad están 100% garantizadas. Con nombres como los de Frank Ramírez, Marcela Carvajal, Patrick Delmas, Teresa Gutiérrez y Robinson Díaz, el guion salta a la realidad de la forma en la que se lo merece. Eso sí, los momentos de interés no se limitan a las personalidades antes mencionadas, porque cada integrante del elenco hace lo propio por entregar un esquema actoral digno de la historia que se está contando.

Uno de los puntos fuertes que merece grandes aplausos es el apartado humorístico. A pesar de limitarse a un humor muy local (a lo colombiano), da en el clavo la mayoría de las veces… y decir eso de una producción que ya está a punto de cumplir dos décadas no es cualquier cosa. Fácilmente podría caer en un humor caduco como el de los programas maltrechos del fin de semana, pero de alguna forma logra ser efectivo y divertido de observar. Se tratan temas que no son precisamente para un público familiar, pero intenta no caer en lo chabacano (salvo los pocos personajes cuya caracterización no es precisamente elegante). Y tabúes como la homosexualidad, la liberación femenina, las drogas o la muerte son abordados con firmeza y objetividad, sin mandar el mensaje típico de mojigatería que tanto ha caracterizado a los medios latinoamericanos. Admirable, por donde se le vea.

El profesor Kandú (Izq) al lado del viejo culichupado cagaseco y pipiloco (Der).

¿Qué tal la música y los escenarios? Estos últimos fueron sencillamente espectaculares. El uso de una mansión ubicada a las afueras de Bogotá, con una gran extensión para el desarrollo de las historias y para que el encierro no sea tan monótono fue una decisión acertada. Y por otra parte, la música se encuentra dividida en dos grandes vertientes: la vocal y la instrumental, siendo la primera un deleite dividido entre el tema de apertura (un poco más resignado y resentido) y una variación del mismo en una tonalidad más alegre; y la segunda que simplemente cumple con su labor, aunque en episodios posteriores se volverá cada vez más repetitiva.

Para concluir esta revisión, me queda por decir que estamos frente a un producto audiovisual que burla los lugares comunes a los que la televisión ha llegado en las últimas décadas. Parte de la ficción, para entregar elementos reales que posee y muestra la humanidad en solitario y en comunidad. Una historia carente de equilibrio, pero con buenas actuaciones y humor ingenioso, atreviéndose a manejar tópicos controversiales y profundidades de la psiquis de cada persona. Una novela como pocas, de esas que lastimosamente ya no se hacen y/o transmiten en televisión nacional. Para el público de Colombia está en Netflix y para el resto del mundo está en Facebook, así que anímense a empezar la historia del multimillonario a punto de morir y su familia ambiciosa. ¡De verdad que sí!

¿Todo está calculado y planeado de forma precisa?

Aquí termina el articulo de hoy. Me disculpo por la tardanza a la hora de traerles contenido; sin embargo, no voy a abandonar este proyecto (por ahora). Nos vemos a la próxima con un artículo sí o sí sobre música, y no me queda más por decirles que: ¡Suerte es que les digo, agonías!

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“Los finales siempre marcan nuevos comienzos”