¡Bienvenidos de nuevo a esta dimensión!
Ha trascurrido más de un año desde la más reciente
entrega de esta saga y ya era hora de regresar a ver algunos de los tesoros que
han pasado por la industria musical con la promesa de lanzar al estrellato a
diferentes candidatos, para que al final todo caiga en saco roto con una única
canción de amplia recordación y una carrera musical sepultada en el agujero
negro del olvido… Pobres almas, que aquí vamos a recordar. Unas merecidas,
otras no tanto, pero todas cayeron en el mismo abismo. ¡Aquí estamos de regreso!
La barrera del idioma vuelve a imponerse en esta saga
y por el momento sólo contaremos con propuestas concebidas en el idioma de
Cervantes, aunque no sólo van a ser las siete tradicionales de cada artículo…
No, no y no. Hoy les traigo diez exitazos que pegaron en lo más alto de los
rankings musicales, para luego desaparecer junto a sus intérpretes. La variedad
de ritmos continuará imperando, debido a que pasaremos por reggae en español,
baladas, cumbias, clásicos del rock hispanoparlante, reggaetón y una pizca de
house. ¡Allá vamos!
—Vuela, vuela
El fenómeno de las boybands lleva más tiempo de moda
de lo que puedan pensar. Aunque no sólo hablo de grupos inalcanzables
provenientes de Estados Unidos o Gran Bretaña… No, no, no, porque también
surgieron varias propuestas de origen latinoamericano cuyo target apuntaba a
las chicas en su etapa infante o adolescente para que “invirtieran” el dinero
de sus familias en conciertos o mercancía del grupo en cuestión. Por alguna
razón inexplicable una de ellas tomó el nombre de un villano de los X-Men y es
la que nos ocupa en esta sección: Magneto.
Posiblemente en su país de procedencia (México) tuvo
varios éxitos adicionales, pero en el resto de América Latina a donde llegó su
fama, sólo sobresalió una canción en específico: Vuela, vuela. El
superéxito de la banda resultó ser una adaptación al castellano de otro One Hit
Wonder de la intérprete francesa Desireless, en donde la agrupación mexicana
descartó de la letra original los viajes líricos hacia diferentes destinos de
la geografía mundial para introducir una composición escrita que tiende más a
un viaje genérico, cargado de motivación e imaginación… además de un
infaltable: una letra bastante pegadiza. ¿Éxito seguro? Sí, claro; pero después
de volar, se estrelló y se cayó.
—Quisiera contarte que no me gustó su final
Érase una vez un chico que trabajaba en una lavandería
desde pequeño para sostenerse económicamente, pero que tenía sueños más
relacionados con el ámbito artístico: Quería desarrollar todas sus habilidades
musicales, por lo que algún tiempo después conseguiría grabar un disco de salsa
y otro de baladas que le cambiarían la vida totalmente… Bueno, realmente una
melodía fue la que lo lanzó al estrellato, para prontamente desaparecer y formar
parte de aquellos desafortunados
cantautores cuyo reconocimiento es inversamente proporcional al que posee su
creación.
La composición que lo lanzó a la fama, y que trataba acerca
del arrepentimiento de haber entregado todo a una relación fracasada fue un
boom en la industria latina del cuarto arte, al punto de que el disco que la
incluía fue uno de los favoritos para ganar dos Latin Grammy (en la época en la
que aún tenían gran prestigio) y que no logró obtener. Aunque su intérprete
contaba con una gran versatilidad entre dos géneros (balada y salsa), su
carrera no tomó el impulso necesario y su notoriedad desapareció cuando Antes
salió de los tops radiales de aquel entonces. Triste destino, porque su
trayectoria prometía bastante.
—Pásame la botella, voy a botarla en su caneca
Vamos a irnos un par de años adelante para revisar
esta joyita del reggae en español. Pero en primer lugar ¿qué es eso del reggae
en español?... Pues resulta ser un derivado del reggae en nuestro idioma con
influencia de sonidos africanos y mejor conocido como el precursor directo del
hoy afamado y a la vez aborrecido reggaetón. Y si bien, la fecha de lanzamiento
de esta reliquia auditiva (2005) puede poner en duda la forma en la que se le catalogue,
comparte más semejanzas con el estilo de íconos como El General y no tanto con
el de Daddy Yankee.
Mach & Daddy fue un dúo panameño que estuvo activo
en la primera década del presente siglo y cuyo salto a la popularidad se dio
con La Botella, su megaéxito que con ritmo gracioso nos hablaba acerca
de embriagarse con gran cantidad de alcohol por culpa de una mujer aprovechada
e infiel. Unas líricas muy elementales (que no toman más de 10 minutos en
aprenderse), un tema fácil de empatizar y un sonido muy repetitivo hicieron las
delicias de actuales jóvenes adultos que ahora rememoran su infancia coreando
la canción e intentando recordar el nombre de los pelados que le pusieron voz a
esa algo lejana remembranza. Aunque hayan superado a artistas consolidados como
Shakira en listas semanales de no sé cuántas emisoras, la verdad es que el fin
del éxito de aquella botella fue la condena al anonimato eterno que tuvo el dúo
desde que su obra maestra abandonó las tendencias de principios de 2006. Una
pena por ellos.
—Y si solo tengo Love, ¿Qué es lo que valgo yo?
En la primera mitad de los años 90 fueron creadas
varias de las obras del rock en español más representativas de la historia, y
que a día de hoy son recordadas por un público masivo. Soda Stereo, Caifanes,
Héroes del Silencio fueron algunos de los protagonistas de esa movida con
múltiples joyas de amplio reconocimiento. No obstante, también existieron
grupos que con una única melodía se sumaron a la tendencia, para luego desaparecer
y no dejar rastro (aunque hay que admitir que en España tuvieron mayor
recibimiento). Ahí tenemos a La Unión, Duncan Dhu, y la banda que compuso la
pieza que nos ocupa: El último de la fila.
Como un burro amarrado en la puerta del baile es el testimonio triste de una persona a la que su
novia dejó abandonado, mientras intenta mendigar algo de baile con alguna otra
chica que se encuentre en el mismo bar. Aquellos agregados como la inspiración
flamenca y la notable sensualidad le adicionan méritos, pero al mismo tiempo
cavaron la propia tumba de la carrera del grupo, el cual no alcanzó a concebir
obras de la talla de su sencillo más exitoso. Lástima, porque la canción es de
esas que mientras más se escucha, más agrada. Pero al final, se quedaron para
siempre en el último espacio de la fila de la fama y el prestigio.
—Ella no suelta na, na, na; dice na, na, na; que no
hay na, na, na. Eh.
Aquí entramos al terreno del reggaetón puro y duro;
aquel que en la primera década del 2000 arrasó en popularidad dentro de la
industria musical latinoamericana. Con representantes como Wisin y Yandel, Don
Omar y el tiguá favorito de los niños; el género se fortaleció de forma muy
acelerada. Eso sí, también existieron ciertos intérpretes que, pegando su único
éxito en las listas de popularidad, potenciaron el impacto del mal llamado
género urbano. Angel y Khriz fueron uno de tantos grupos que hicieron la tarea
con un único single de una fama gigantesca, muy superior a la recordación que
generan sus nombres.
¿Qué es Na de Na? Un recuerdo nostálgico que
después de volver a escucharlo, queda reducido a una porquería de proporciones
bíblicas. A excepción del primer verso y del coro, la canción resulta ser una
cochinada que insulta el intelecto humano, con “joyitas” de carácter explícito
y nada poético, que hacen referencia al acto de reproducción humana. Como
consideración para los niños que escuchan esta mugre, las partes rapeadas son
las que cuentan con un alto grado de vocabulario indeseable, dejando el corito
pegajoso y sano como la parte a memorizar. No tendría problema con la letra de
la canción si tuviera alguna justificación válida en el ámbito social o emocional,
pero simplemente no lo posee. Un one hit wonder que permite dilucidar el
merecido destino de sus intérpretes en lo más profundo del olvido. ¡Auf
wiedersehen… y nunca vuelvan!
—Quítame el deseo de estar con él, déjame en la mente
ganas de volver a verte.
Pilar Montenegro es otro caso de aquellos en los que
el reconocimiento es más notable en su país de origen, pero que lamentablemente
sólo llegó a llamar la atención de varios países de América Latina en una sola
ocasión y con una melodía específica. El 2002 fue el punto más alto de la dama,
que como solista realizó un cover de una composición de Yolandita Monge,
cantante puertorriqueña que por alguna extraña razón no es tan renombrada como
debería. El cover antes mencionado fue adaptado por Jorge Luis Piloto (autor de
Yo no sé mañana y Dia tras día) al ritmo de regional mexicano y salió a la luz,
convirtiéndose inmediatamente en un éxito arrollador.
La nueva versión de Quítame ese hombre evoca
esa identidad chicana a lo Pasión de Gavilanes (novela de pésimas actuaciones
donde también apareció la pieza en cuestión) en donde la mujer quiere superar
la sombra de una relación pasada por medio de una nueva pareja que si la haga
sentir feliz. La letra es simple y repetitiva, a la vez que bella y pegajosa; y
la voz de Pilar le entrega una sinceridad y una ternura en la que es imposible
no creer. No soy muy fanático de este género, pero este es uno de esos casos en
los que dan ganas de escucharla una y otra vez. En resumen, podría tratarse de
uno de mis placeres culposos. Y realmente me hubiera gustado ver el potencial
que tenía la intérprete después de una consolidación como esta; dicho momento,
empero, no sucedió… Y la caída de popularidad de Pilar fue inevitable, que
lastimosamente empeoraría con una enfermedad que la alejó de los escenarios en
los que seguía presentándose. Un futuro prometedor que nunca ocurrió.
—Así es la vida, de caprichosa, a veces negra a veces
color rosa
Las historias de las bandas cuyos vocalistas son
reemplazados y que después no alcanzan el éxito de antes son más comunes de lo
que parecen en este medio. Pasó con La Oreja de Van Gogh, ocurrió con Sanalejo
y sucedió con el siguiente grupo que tuvo como valor agregado el hecho de ser
artífices de un One Hit Wonder, aspecto que pudo reducir aún más el
reconocimiento que tendrían en conjunto o a nivel individual: Elefante.
Así es la vida ya puede considerarse como un clásico del pop rock en
español, el cual nos invita a tomarnos la vida con calma a pesar de los
incidentes o percances que pueda causar una relación amorosa en nuestras vidas.
Una lírica ingeniosa y pegadiza al mismo tiempo, cortesía de Reyli Barba y
Rafael López (vocalista y guitarrista, respectivamente); junto con una
combinación entre la balada acústica y estilos instrumentales más actuales,
fueron los ingredientes para obtener la popularidad en toda Latinoamérica.
Tristemente, Reyli abandonaría Elefante después de tres años de carrera y su
éxito como el de la banda no llegarían a los niveles que alcanzaron con este
tesoro de la música latina.
—Me estoy portando mal y me fascina… ie, ie, oi, oi, o
The Sacados, un nombre extraño para una agrupación
igual de extraña, ¿No creen? Comenzaron a principios de los 90’s experimentando
con ritmos como el house y el reggae en una época en donde los estilos
electrónicos de habla hispana tendían a la cursilería o al empoderamiento
juvenil (¿o por qué no?, a las dos). Ellos no, ellos prefirieron ser íconos de
las discotecas, de los boliches, en los que debían existir discos para que la
rumba fluyera. Esto tomaría mayor vuelo en 1994 con su single más conocido: Más
de lo que te imaginas.
La canción nos relata la historia de un amor a
distancia, con sus altos y bajos que se toman con la suficiente gracia y calma
como para sostener la relación ¿O no?... Una curiosa combinación entre pop y
reggae que transmite un glamour particular, más allá de lo irrisorio que puede
ser el coro de la misma. El intento por crear una melodía de tinte relajante
funcionó, contando con una fama absoluta en casi todos los países del
continente. Sin embargo, después del furor de este superéxito, la popularidad
no se les acercó ni por accidente en el resto de su carrera, quedando solo la
opción de presentarse en conciertos nostálgicos en los que la única pieza
coreada será la del supuesto idilio a distancia. ¿Sacados de los recuerdos de
su público?
—Ven, dame una razón; si es algo que no tiene
solución, es otro día más sin verte
No sé si sea justo colocar el siguiente caso en este
artículo, debido a las altas ventas de álbumes que el implicado tiene en su
haber y la idea de convertirse en un cantautor de nicho en la actualidad… Pero
decidí dejarlo por aquí debido a que su historia artística aún comparte varias
semejanzas con la de los One Hit Wonders anteriores, pero sin el final
desastroso. Y es que el impacto de Jon Secada al comenzar la última década del
siglo XX fue notable a más no poder, gracias a una canción representativa y
ampliamente recordada por un gran público que impulsó su carrera a niveles que
no volvería a alcanzar jamás. La responsable tiene nombre y apellido: Otro
día más sin verte.
La lejanía, el olvido y los sentimientos que giran
alrededor de dichas situaciones se hacen presentes en esta melodía, en donde la
armonía del piano y una percusión incesante acompañan el lamento del vocalista
de una forma muy interesante. Gracias al impulso de este exitazo, se hizo
merecedor de dos premios Grammy anglosajones (ya que no existían los latinos)
con los que se dio a conocer de manera más efectiva en el mundo. No obstante,
sus trabajos posteriores no alcanzarían el impacto de aquel acercamiento
inicial al ámbito artístico, prefiriendo enfocarse a un público más
especializado, con los que aún cosecha nuevas producciones que recurrentemente continúan
llamando la atención de la Academia. En conclusión, Jon Secada resultó ser un
incidente afortunado y excepcional entre tanto fracaso que sufrieron otros creadores
de “perros de un solo truco”. ¡Muy bien por él!
—Quiero una mujer que sea muy especial, quiero una
dama que me sepa amar.
Escuchar a la gente corear esta canción se ha vuelto
muy común por estos días, debido a la nueva versión que lanzó Sebastián Yatra
por alguna razón que desconozco y con la que perdió parte del respeto que le
tenía. ¿Será el reciclaje de viejas canciones de reggaetón la nueva tendencia
del género? ¿El ritmo “urbano” puede caer más bajo? No lo sé y no lo quiero
abordar en este artículo, porque lo realmente importante es conocer la historia
de Latin Dreams, su obra icónica del dembow romántico y su desafortunado
desenlace… Para que luego no digan que no hay drama en estos relatos.
Quiero una chica es una declaración de búsqueda del amor en un paquete
todo incluido: apariencia, sentimientos, valores y hasta una buena habilidad
para bailar. Sí, así de simple es la letra de esta obra de arte; aunque admito
que es agradable que en el apartado instrumental confluyan el relax acústico del
reggae y el dembow reggaetonero condensado en los beats que retumban segundo a
segundo. Con el encanto emocional de los elementos ya descritos, el debut de
Latin Dreams fue un hit de proporciones colosales; aunque no duraría mucho
debido a motivos más empresariales que creativos. Una casa disquera inhumana,
un nombre artístico que ya no se podía usar, amenazas de muerte por cantar y un
lío de diez años en las cortes fueron aquellos capítulos que le impidieron al
dúo obtener más popularidad que la ya conseguida. Los sueños latinos
resurgieron, pero ya a la sombra de “eminencias” del medio como el señor Balvin…
Que pena por los cartageneros.
—Bonus Track
Para una virtual parte 4 de revisión de One Hit
Wonders, existe un caso de varios años atrás con el que me gustaría comenzar. Y
con eso, les lanzo la siguiente pregunta: ¿Realmente los concursos de canto
televisados eligen a los mejores talentos? ¿O se guían sólo por el rating, el escándalo
y la miseria audiovisual? Les presento a Gonzalo, representante de España en el
festival de la canción de la OTI en 1983, que luego se involucraría como
productor y compositor para múltiples agrupaciones; y que en 2019 no sería seleccionado
por ninguno de los cuatro jurados del programa La Voz Senior en España. Ahí se
los dejo como aperitivo de la siguiente parte. ¡Espérenla!
—¿Amargo es el adiós?
Espero que hayan disfrutado este trabajo escrito con historias
de toda clase, muestra de que son múltiples los artistas de un solo éxito dentro
del universo de la música. Manténganse atentos a los próximos artículos de esta
página, la cual entrara en modo navideño con columnas con sabor a villancicos,
música tropical y tradiciones de toda la vida. ¡A su tiempo nos veremos!
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¡Los finales siempre marcan nuevos comienzos!