¡Bienvenidos
de nuevo, a esta dimensión!
Si les
soy sincero, tenía el presentimiento de que esto sucedería. Después de hacer un
artículo en 2016 donde la recomendé y uno en 2017 donde despotriqué de ella,
llega la hora de una columna para despedirme de esta emisora, porque ya es
oficial: El próximo 31 de Julio de 2020, Los 40 Principales desaparecen de la
radio colombiana, quedando sólo en formato web… Lo cual, en términos simples,
representa la muerte sin retorno debido a los grandes referentes en el país que
ya pasaron por dicha situación (¿Verdad, Superestación?).
Es
irónico que mi regreso a esta alegre página sea escribiendo acerca de una
despedida, pero tenía que aprovechar esta temática y las últimas emisiones
radiales de esa cadena para cerrar esta trilogía escrita como debe ser.
Preparen sus recuerdos, alisten su nostalgia, y vamos a dar una vuelta
alrededor de la historia de esta reconocida marca, ahora agonizante en
Colombia. ¡Comencemos!
No encontré registros
históricos de sonido de la época más temprana de Los 40 en Colombia, pero
varias fuentes coinciden en que llegó en 2001 a los 100.4 MHz de Bogotá como
parte de una renovación radial en lo que a música se refiere. Antonio Casale,
actual comentarista deportivo, sería el primer director de 40, el cual seguiría
al pie de la letra el formato manejado en la casa matriz española: tendencias
anglosajonas y en español, además de algún que otro clásico del pop o rock en
el idioma de Cervantes. Oxígeno, una emisora que surgió mucho antes, con target
y programación similares a lo que ofrecería la franquicia recién adquirida,
moriría para dar vía libre a la moderna propuesta que inauguraba el siglo XXI
en el país cafetero.
En los primeros cuatro años,
la cadena se caracterizaría por una popularidad creciente, un estilo
irreverente y una publicidad agresiva. Factores que luego de un tiempo
rendirían frutos al quedar en esa época como la segunda emisora más
escuchada de la capital del país de acuerdo con lo que dijo el exmiembro Daniel Faura en
un tweet hace varios días. Aunque realmente no encuentro evidencia en línea que
confirme dicho hecho, voy a darle el beneficio de la duda.
Un primer gran cambio se
notaría con la llegada de Alberto Marchena en el 2005, en donde comenzaría una
etapa de auge y que hoy son los días más recordados del grueso de la población
que escuchó 40 en algún momento de su vida: La “Época dorada”, los principios
del 89.9 FM. En un inicio, programas como La Cama e Insomnia acompañarían las
mañanas y las noches de los oyentes por medio de propuestas de radio hablada
que no fueron originales, pero que definitivamente eran atractivas (historias
cotidianas y terror… terror del bueno).
Por otro lado, ese mix de
géneros llamado Tropipop había llegado para quedarse durante un considerable
periodo de tiempo, y los jóvenes de colegios y universidades empezaron a cantar
y bailar con sonidos como los de “La mona”, “El diablo”, “El parrandero”, “Te
mando flores”, “Ingenuidad”; entre otras joyitas de esa época. Así que 40 fue
el medio oficial de todas estas bandas juveniles que se querían hacer oír y,
por consiguiente, el público se incrementó. Por alguna razón que sigo
desconociendo, este estilo colombiano no traspasó las fronteras del país, por
lo que muy pocos latinoamericanos de diversas regiones lograrían vivir aquella
explosión salida de los diferentes campus educativos de este rincón
sudamericano.
Así mismo, es en estos años
donde se estructura el proyecto más ambicioso de la emisora: El Evento 40, un
festival de alto impacto mediático en el que se invitarían a las bandas del
momento: Desde Kudai hasta Andrés Cepeda, desde Miranda! hasta Luis Fonsi
(cuando no hacía limbos mentales en forma de canciones), desde Coti hasta
Panda… El pop latino y el estilo adolescente estaba a flor de piel, y un evento
casi gratuito en el que se obtenían las entradas por medio de llamadas
telefónicas era una oportunidad imperdible.
Aproximadamente en 2008,
Marchena abandonaría la emisora para ser director de marketing de la disquera
Universal, por lo que Alejandro Vargas entraría en su reemplazo con un concepto
diferente acerca del esquema de la emisora. Digamos que no se había explotado
el potencial de los discjockeys como rostros visibles de la marca. Ahora llegaba
el revolcón, por lo que ellos iban a representar la emisora y conformarían una
época extraña de la emisora en la que las bromas telefónicas, el terror y el
humor adolescente inundarían Los 40 Principales… La nostalgia inunda a más de
uno en este punto, y no puedo decir si fue una propuesta positiva o negativa;
aunque sin dudas fue entrañable para el público que la vivió.
Todo esto coincidiría con la
campaña de desprestigio que se le armó al tropipop encabezada por cierta figura
célebre de W Radio, género el cual saldría por la puerta de atrás de la
historia por ser “carente de contenido”, mientras sus intérpretes y grupos
migrarían a otros estilos. Esto condujo a la búsqueda de nuevas tendencias
entre las que destacó el recién famoso reggaetón. La moribunda Oxígeno había
revivido un par de años atrás como una frecuencia que sólo transmitía el
dichoso estilo de música, y todas las emisoras adolescentes y no tan juveniles
querían pegarse a ese furor. Los 40 también cayó en esa tendencia y empieza una
época de lenta decadencia para la misma.
El problema del supuesto
género urbano no era propiamente su calidad (aunque tengo mis comentarios
fuertes sobre esto) sino la sobreexplotación que empezó a sufrir desde
principios de la década del 2010. En cuanto a la música, se nota una pérdida de
valor agregado cuando varias propuestas radiales empiezan a poner el mismo tipo
de intérpretes o grupos. Y con eso, el único factor diferencial que se podría
rescatar es el nivel de entretenimiento que pueden ofrecer los programas y los discjockeys…
Pero precisamente eso también empezaría a decaer por esta misma época.
La tensión y el suspenso que
se sintieron en Insomnia fueron reemplazados por Internight, un copia y pega
del programa de la competencia con otros rostros. Los Eventos 40 se cerraron a
traer sólo intérpretes del género repetitivo que ya mencioné antes, más alguna
banda juvenil que todavía no hubiera caído en el ostracismo. Claramente acudía
gran cantidad de personas a esos conciertos, pero realmente era público fantasma
ya que poco tiempo después ese mismo público ya había descartado la marca en
pro de sus competidores, o incluso de sus emisoras hermanas.
En el 2013, la frecuencia cambió
dos veces de director y la misma había desaparecido del top de las mediciones
de audiencia de las emisoras. Ya la gente la veía como una calca de su más
próximo competidor, a pesar de que entraron ciertos discjockeys
carismáticos que trataban de mejorar el panorama desde su posición. Finalmente
en 2014 empezó la transición hacia la que yo llamó la “Época plateada”,
inicialmente encabezada por Rafael Cifuentes, un veterano de la frecuencia.
El target cambió: Los días de
las bromas telefónicas y parodias destinadas a un público adolescente quedaban
en el pasado porque tenían claro que el oyente al que divirtieron años atrás ya
había crecido. Y como el reggaetón ya llevaba mucho tiempo en Los 40 sin algún
signo de mejora, se fue abandonando gradualmente. El foco sería el pop anglo,
el Electronic Dance Music (EDM) y un componente adicional bastante especial.
La música alternativa había
ganado terreno en Colombia y ya no era solamente una preferencia de nicho, sino
que poco a poco se había empezado a masificar con intérpretes como Esteman,
Bomba Estéreo, Monsieur Periné o LosPetitFellas. Por lo que, en un giro
inesperado, 40 Principales se convirtió en la primera emisora comercial en
apoyar y masificar el talento colombiano alejado de lo que marcaban las
tendencias de la industria. La radio pública siempre fue el medio de difusión
predilecto para las voces más desconocidas, y era significativo que una empresa
con animo de lucro apostara su éxito por lo que podían demostrar estos nuevos
íconos nacionales del cuarto arte.
Pedrina y Río, Manuel Medrano,
Systema Solar, El Freaky, Juan Pablo Vega también entrarían a formar parte de
esta movida desde 2015. Y aunque Rafael Cifuentes dejaría la dirección de la
emisora en este mismo año, Alberto Marchena volvería a la carga para continuar
esta propuesta de valor y consolidarla con el Evento 40 de Navidad de aquel
2015, que demostraría el auge de los intérpretes alternativos. Adicionalmente,
la entrada de rostros afamados del medio como Liss Pereira, Alex Pinilla y
Heisel Mora afianzarían la nómina con la que contaría la marca en su Época Plateada.
Desafortunadamente, esta etapa
no duraría mucho. Si bien, se promocionaron eventos como el Viva 40 que
apostaban a un sonido de la ciudad más internacional (como Illya Kuryaki y
Babasonicos) y llegaría una renovación de marca; la nueva decadencia comenzaría
cuando por conflictos empresariales, la emisora se ve obligada a abandonar los
89.9 MHz para pasar a una frecuencia radial menos poderosa, que mermó la
cantidad de oyentes que podían atraer. Aún así, continuaron brindando cobertura
a novedosos festivales como el ALMAX y a otros ya consolidados como el Estéreo
Picnic.
Poco a poco, la propuesta musical iniciada en 2014 se desmoronaría debido a la salida de varias figuras reconocidas de la marca, el cambio de frecuencia citado anteriormente y por último, el reingreso del reggaetón a la programación, hecho que terminaría por poner el último clavo a la existencia de Los 40 Principales. Ya no era una propuesta alternativa, sino una copia exacta (de nuevo) de las diversas emisoras que hacían y siguen haciendo lo mismo. Por alguna razón, los programas tampoco llamaban la atención de su público objetivo y por más de que Insomnia retornara de la muerte o que viejos conocidos regresaran a la nómina, ya estaba todo consumado.
Así como el tropipop fue
exiliado diez años atrás, casi todas las propuestas alternativas fueron sacadas
en pro del género “urbano” que movía masas en todo el mundo… Al parecer, no movió
las suficientes a escuchar la emisora, puesto que en Junio de 2020 llegaría el
anuncio definitivo: Los 40 finalizan sus emisiones en el territorio colombiano.
Debido a su parecido evidente con una revitalizada Oxígeno, su empresa
propietaria decidió fusionarlas y dejar viva a la más exitosa de las dos, que
claramente no es 40. Ahora el verdugo y el condenado intercambiaban sus roles.
Así se da término a 19 años de
distintas emociones de calidad variopinta, de los que muchas personas guardarán
recuerdos bastante nostálgicos. La lección más importante que nos deja la
historia de esta marca en Colombia es el no apostar por los océanos rojos, por
más “éxito comercial” que pueda prometer. En vez de replicar las tendencias, el
ideal es crear e imponerlas, generando beneficios para el público, para los
artistas alternativos y para la emisora. Un gana-gana, en todo sentido.
Puede que el pop anglo y el
EDM se rigieran por las modas y las novedades, pero la posibilidad de tener una
tercera línea musical que no dependiera de eso brindaba ese valor agregado que
ciertos oyentes, inconformes con los estilos más difundidos, tuvieran una
oportunidad de apoyar a nuevos grupos e intérpretes que normalmente no son
escuchados en la radio comercial. Eso sumado a discjockeys de alto nivel
profesional y amplio carisma, podían ofrecer la posibilidad de tener una
emisora agradable de escuchar. Pero la realidad es otra, y a la medianoche del
31 de Julio de 2020 terminará la emisión de la otrora “Radio de los éxitos”.
Aquí termino este artículo y
confirmo que voy a regresar a la página, con una presencia menor pero con toda
la intención de continuar. ¡Nos vemos en una próxima ocasión!
Página de
Facebook: https://www.facebook.com/yaviene.todoasutiempo15
¡Los finales siempre marcan nuevos comienzos!
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