¡Ahora han entrado a un nuevo inicio!
Después de un tiempo largo de ausencia debido a múltiples compromisos académicos, aquí comienzo el AlbumEscape de uno de los discos más apreciados de esta década, creado por una de las intérpretes revelación más importantes de los últimos años. ¡Bienvenidos a la reseña de El Mal Querer!
Ella fue una de las mejores sorpresas del 2018, definitivamente
Rosalía Vila, hoy considerada como la cantante española más significativa del mundo, ha tenido un crecimiento mediático impresionante, más allá de lo que cualquiera pueda creer. En pleno año 2017, cuando fue nominada como mejor nueva artista, comentaba lo siguiente:
“Con interpretaciones muy artesanales, esta señorita logra enamorar con su simpleza y su ternura en cada acorde. Puede tornarse un poco aburrida, pero eso no sucede a menudo. Poco famosa que merece el galardón más que muchos de la lista”. (Ya Vino. Todo sin Tiempo, 2017, Con Pereza)
Y ahora en 2019, ¿Quién no conoce a Rosalía? Ya sea por su faceta artesanalmente bella mostrada al inicio de su carrera, o por sus participaciones decepcionantes en lo que va de este año; la Rosalía ha logrado trascender las fronteras de su país con una propuesta inicialmente extraña para los oídos adiestrados en un mainstream repetitivo, pero que realmente pretendía romper los esquemas que se habían estructurado en torno a la mal llamada “música urbana”.
Tapa del primer disco de Rosalía, con el que la descubrí cuando la nominaron a los GL del 2017.
Todo comenzó con Los Ángeles, un disco conceptual enmarcado en el tema de la muerte. Una lluvia de flamenco que rescataba los sonidos tradicionales de aquel movimiento cultural, con una interpretación basada exclusivamente en guitarra y voz. El productor Raül Refree acompañó a la joven en esta primera aventura, y resultó ser un disco aclamado por la crítica, a la vez que intentaba abrirse las puertas a un éxito más allá de las barreras españolas. Sin embargo, no lo logró por el momento, más allá de una nominación al Grammy Latino que desafortunadamente no ganó.
Mientras era planeado y grabado su segundo disco, J Balvin invitó a la señorita a colaborar en uno de los mayores tesoros de la música urbana: “Brillo”. Al parecer, la combinación de ideas entre el colombiano y la española provocaron una experimentación musical que no podía pasar desapercibida para aquellos que exigían de Balvin algo más profundo que un plagio consentido de una canción de Willy William (En serio, aún no concibo como el francés tuvo éxito con dos sonidos EXACTAMENTE IGUALES en menos de un año).
"Estoy brillando con Highlighter, ¿No lo ves?"
Volviendo a Rosalía, el amplio reconocimiento con el que actualmente goza se materializaría al lanzar su primer sencillo de este segundo proyecto: “Malamente”. A partir de ese punto, todo estallaría. Unos seis meses después, se revelaría el material completo al público, con una carátula en la que Rosalía aparece como un ángel desnudo imponiéndose en el cielo.
El Mal Querer (2018)
1. Malamente [Augurio]
2. Que no salga la luna [Boda]
3. Pienso en tu mirá [Celos]
4. De aquí no sales [Disputa]
5. Reniego [Lamento]
6. Preso [Clausura]
7. Bagdad [Liturgia]
8. Di mi nombre [Éxtasis]
9. Nana [Concepción]
10. Maldición [Cordura]
11. A ningún hombre [Poder]
El nombre en los corchetes representa cada uno de los capítulos que son representados en este disco, que esta basado en la novela Flamenca del siglo XIII acerca de la relación de pareja más tóxica que se puedan imaginar. Estamos ante el proyecto de grado de Rosalía para completar su titulación en la Escuela Superior de Música de Cataluña, por lo que la creatividad será una cualidad protagónica en la media hora que dura esta pieza
A propósito, el hecho de intentar hacer una reseña de este álbum (después de que ya medio mundo lo ha dicho todo) es lo suficientemente complicado… De hecho, la razón por la que lo aplacé tanto es evitar hacer parte del montón de gente que quería sacar rédito de la moda del momento. Sin embargo, llegó la hora de evaluar este tesoro debido a que ese medio mundo ahora se encuentra concentrado en cierta ridiculez veraniega (ft. Ozuna) que espero sólo sea una etapa insignificante en la carrera de Rosalía. Bueno, ya que… ¡Empecemos con El Mal Querer!
Malamente. Una base flamenca, con una pizca de trap… ¿Pizca? Si, como no. A mi parecer, toda la canción es invadida por el susodicho género, el cual tiene un desarrollo por demás interesante. ¿Querían trap en español bien hecho? Esta tonada es la mayor exponente de esta loca idea. Así mismo, mezcla beats y sonidos electrónicos con rarezas sonoras que le aportan ese toque de elegancia que inspira en cada reproducción. ¿La historia? El presagio de que todo puede salir terriblemente mal. El futuro augura desastres en la vida de la protagonista, pero al final esta no hace caso. El sencillo estrella de Rosalía resulta ser excelente, sin duda.
"No voy a perder ni un minuto en volver a pensarte"
Continuamos con Que no salga la luna, la pieza más tradicional del disco basada en un loop que cubre toda su duración: De inicio a fin. Wow, este track responde exitosamente a la pregunta de ¿Cómo estructurar un matrimonio inmerso en la violencia, cuya apariencia es calmada y hasta eufórica? A pesar de que simula ser simple y minimalista, está inmersa en la complejidad cuando, por ejemplo, juega con efectos de profundidad que permiten otorgar mayor protagonismo a la parte instrumental o vocal, según corresponda al punto que se quiera resaltar en cada fragmento de la melodía. No es de mis favoritas, pero sería un ignorante al no reconocer el alto nivel presente aquí.
"Si hay alguien que aquí se oponga, que no levante la voz!"
Pienso en tu mirá también expresa de forma ingeniosa el nombre de su respectivo capítulo… Con una estructura rítmica confusa al principio, acompañada de unos detalles electrónicos puestos intencionalmente para reforzar la intención instrumental; la letra expresa una sensación de pareja en la que la mujer se siente sometida y el hombre siente un miedo enfermizo de que le arrebaten a la persona con la que se comprometió anteriormente. También se puede notar una influencia en el hip hop, envuelta en el manto de flamenco que hila todo el disco. Un single increíble.
"Y si no te agarro fuerte, siento que será mi culpa"
¿Usar una motocicleta como instrumento musical? ¿Quién dijo que no se podía? La agresión presentada en De aquí no sales, es ambientada por los tradicionales aplausos que se diluyen entre la fuerza de una moto, expresando golpes (físicos o metafóricos) que sufrió la muchacha al no querer obedecer las órdenes de su esposo. Por otro lado, se utiliza el autotune con una intención diferente de “mejorar la voz”… No, no, ahora el autotune es aquel que pone los coros, sirviendo como una especie de voz interna de la protagonista. Experimental hasta los huesos, con un resultado más que sorprendente.
"Con el revés de la mano, yo te lo dejo bien claro"
Reniego… Un espectáculo sinfónico en el que Rosalía transmite la negación por la que la protagonista va atravesando. Una situación de sufrimiento pleno, en gran parte gracias a la pareja, transmitiendo una sonrisa falsa a todos aquellos curiosos que sospechan de los hechos lamentables. La parte instrumental es preciosa, y la gran calidad vocal que se emite es incuestionable; no obstante, hay algo que no me cuadra con la letra. Es tan simple para ser compleja, pero es tan compleja para ser simple… No lo sé. Algo subjetivo, probablemente. Una experiencia agradable.
"Yo río por fuera, y lloro por dentro"
Luego viene un interludio titulado Preso, que consiste en una reflexión que se presenta sencilla desde un principio: “Sin darnos cuenta, podemos bajar hasta el peor de los infiernos por ‘amor’”. Rossy de Palma es la encargada de contarnos el cómo se siente haber tocado fondo, para luego subir con la ayuda de dos ángeles (probable analogía a sus hijos) y salir de esa vida tan nefasta.
"Pues, no me arrepiento de haber bajado. Pero bajar, bajé, ¡eh! Bajar, bajé (duele, duele, duele)"
Ahora viene otro sencillo arrollador: Bagdad. Desde el inicio se nota el sample de Cry Me a River de Justin Timberlake, cuyo significado literal emula en el vídeo musical. Ahora la protagonista no ha podido ser capaz de rehacer su vida amorosa, y vaga como alma en pena en una realidad decadente en la que no quiere estar. Los arreglos instrumentales no son muy destacables, pero eso es compensado por la estructura de coro angelical que se arma en una frase sencilla como “Junta las palmas y las separa”… Eso sumado al efecto recalcitrante del estribillo, suman a la magistralidad de la pieza.
"La miraban sin ver na', solita en el infierno"
Di mi nombre cambia el enfoque de la historia que se llevaba hasta el momento. De hecho, es más una canción de goce que cualquier otra cosa, debido a que ese “ángel” que se mencionó de forma esquiva en la melodía anterior resultó ser el escape perfecto para que la protagonista encontrará un estado de euforia y éxtasis plenos a escondidas. El “estribillo” fue directamente sacado del fragmento final de los tangos de La Repompa de Málaga, como un homenaje a la misma. Los bajos de la canción llegan a ser adictivos e intensos, sin caer en lo repetitivo (aunque se acerca bastante, claramente). Aceptable.
"Pon tu cuerpo contra el mío, y haz que lo malo sea bueno"
Lo primero que se puede notar en Nana, el principio del fin de esta historia, es la ausencia de instrumentos musicales. Llega a tal punto de minimalismo, que la voz de la muchacha es lo único que se escucha, cuyo eco o alteración por medio de efectos es lo más cercano a una instrumentación. Su significado llega a un punto de ambigüedad difícil de explicar: así cómo puede hacer referencia a la concepción de una nueva esperanza para esta mujer, después del calvario que ha vivido con su cónyuge; también podría referirse a la muerte de alguno de los ángeles que había concebido debido a su pareja, la cual la conduce a un punto de no retorno. Sea como sea, es una pieza cuyo trasfondo es digno de admirar.
"Nadie a ti te ha conta'o que ningún sueño sabe de horas o tiempos, ni tiene dueño"
El capítulo respectivo tiene como título “Cordura”, pero la perspectiva desde donde se contemple puede llevar a que el desvarío sea el factor dominante. Con lo anterior dicho, Maldición es un oximorón en toda regla. Este es el momento en el que se toma justicia por mano propia, y la mujer termina con la vida del desgraciado que la hundió en el infierno. Mientras tanto, la melodía se entrama en la locura absoluta con una secuencia de notas y lo que parecen ser unas castañuelas para finalmente caer en un trance de ritmos pausados que reflejan la calma después de la tormenta. Que detalle.
"Porque el querer causa pena, pena que no tiene fin si el loco vive sin ella"
El cierre llega con A ningún hombre, máximo reflejo de poder y de imponencia de aquella mujer, la cual prefiere recordar eternamente su sufrimiento pasado para evitar cometer más errores como ese en lo que le queda de vida. “Sólo Dios la puede juzgar, y ningún hombre la puede sentenciar”, porque ninguna otra persona conoce ese calvario. Al igual que Nana, la canción sólo se nutre de la voz de Rosalía, que expone el final abierto que queda de esta amarga historia de una manera contundente. Autotune como intención, y no como un mecanismo para arreglar errores sonoros: ¡Bien ahí, otra vez! Así termina El Mal Querer.
"Yo era tuya compañero, hasta que fuiste carcelero"
Los tesoros artísticos no son tan fáciles de encontrar. En especial, si hablamos de un medio que en la actualidad prefiere coartar la creatividad con el objetivo de generar más ganancias fácil e inconscientemente. No obstante, siempre se abren rayos de esperanza que permiten seguir creyendo que aún existe material con un cuidado detallado y una calidad impresionante. Rosalía lo logró. Y por esto último, no me queda más que otorgarle la puntuación máxima de esta prestigiosa página (un 4), y a la vez ubicarla en el salón de la fama, como el tercer disco analizado que obtiene este reconocimiento. ¡Felicitaciones!
Ya van 3 (y quedan muchos más por descubrir). Vamos!
Quisiera ver más tesoros como El Mal Querer, y no cosas como lo de Ozuna (Pésima canción, lamentablemente)
Aquí finaliza este artículo, y nos vemos en una próxima ocasión. ¡Hasta la otra!
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“Ahora el fin marca un nuevo inicio”